Preocupados por los números de la caja y, en algunos casos, la deuda que contrajeron durante el gobierno de Mauricio Macri, los gobernadores de Juntos por el Cambio se comprometieron con Alberto Fernández a garantizar quórum durante el debate por el paquete de emergencias que envió el Gobierno al Congreso. Sin embargo, no contaban con la rebelión de sus propios diputados que, ofuscados por no haber sido consultados y algunos dispuestos a confrontar con dureza al peronismo, hicieron notar su peso parlamentario y amenazaron con voltear el apoyo de bienvenida al Frente de Todos (FdT).
Pese a la bajada de línea de los mandatarios, los diputados más ultras se impusieron en la reunión del interbloque de Juntos por el Cambio y prevaleció la postura más instransigente con el peronismo. Horas después, los gobernadores radicales Gerardo Morales (Jujuy), Gustavo Valdés (Corrientes) y Rodolfo Suárez (Jujuy) cerraron filas para salir públicamente a cruzar a sus diputados nacionales y exigirles que garanticen el quórum para que comience el debate sobre el paquete de emergencias que envió el Gobierno al Congreso.
El jujeño Morales fue un paso más allá y habló de la actitud “antidemocrática” por no garantizar el quórum para la jura de los diputados. Como contó Letra P, los radicales tantearon a Rodríguez Larreta para que los acompañe con sus ráfagas de tweets. Fiel a su estilo, y dispuesto a confesar en privado que la oposición debía dar quórum, esquivó con elegancia la invitación: durante el mandato de Macri en la Casa Rosada hizo esfuerzos denodados para evitar meterse en temas nacionales y, además, optó por no entrar en tensión con el bloque PRO, que demostró en estas horas una fisura en Diputados en torno a qué hacer al primer proyecto de ley de Fernández. El mismo miércoles, en el marco de una reunión de gabinete y cuando el Congreso era un hervidero, Larreta marcó un contrapunto con el interbloque opositor: “El 41% tampoco es decir todo que no. Hay que ser responsables, tenemos que llevarnos bien con los nuevos gobiernos”, le dijo a sus ministros.
En el reguero de mensajes y conversaciones entre los gobernadores de Cambiemos, hubo confesiones de todo tipo. Allí Morales contó la situación fiscal de Jujuy y la necesidad de entablar un diálogo sensato con la Casa Rosada, en el marco de una provincia que depende mucho de la coparticipación federal. La deuda jujeña subió de 69% a 107% en el último año y el stock se duplicó al pasar de $19.554 millones a $40.437 millones, según un informe de la consultora Delphos. El 67% de esa suma está en dólares.
Con Morales a la cabeza, los gobernadores radicales recibieron con brazos abiertos la suspensión por un año del Pacto Fiscal que sus pares peronistas le arrancaron al Presidente. Ante la recesión económica y el cambio de color político, reciben un alivio fiscal que les viene como anillo al dedo. Por ejemplo, al gobierno porteño le costó 8.000 millones de pesos en 2019 esa rebaja impositiva y para 2020, con la suspensión del acuerdo, recaudará 20.000 millones extra.
Los mandatarios radicales no esconden que necesitan cuidar sus finanzas y acercar posiciones con Fernández ante el nuevo ciclo político. Con matices, todos gozaron de la ventaja competitiva de contar con Macri en la Casa Rosada. La Ciudad recibió terrenos federales como nunca antes y los utilizó como método de financiamiento. En tanto, con la venia de Balcarce 50, Morales consiguió préstamos de bancos internacionales y permiso para emitir bonos en Wall Street para sus proyectos de energía solar.
Dentro del interbloque de diputados opositores resaltaron Waldo Wolff y Fernando Iglesias en modo ultra, pero también el mendocino Alfredo Cornejo. El ex gobernador fue de los más eufóricos y, para cumplir con el guión de su proyección federal, disputará semana a semana y en cada rincón con el Gobierno.
A nueve días de la salida de Juntos por el Cambio del Gobierno esta interna muestra el complejo acomodamiento del ex oficialismo en la nueva oposición y la puja de intereses entre quienes tienes responsabilidades ejecutivas y quienes defienden a su base electoral en el Parlamento. Por eso la declaración venenosa de Morales en torno a que la Coalición Cívica "no gobierna ni una comuna". "Que no nos tiren de las narices los que no tienen responsabilidad”, agregó en diálogo con Buenos Días América (América Tv)
Alertados por los números fiscales, los gobernadores promueven una luna de miel con Fernández. También, decoran ese pedido con una intención de culminar con las posiciones extremistas y contribuir a disminuir la agitación política. El miércoles el Congreso ofreció una imagen que dista de ese punto: un grupo de diputados bajó a la Avenida Rivadavia para saludar y agradecer a los manifestantes que, bajo leyendas como "no a Cristina" y "que se vayan", se acercó al Congreso para protestar por los "superpoderes" que denunciaron los legisladores de Juntos por el Cambio.