NUEVO CICLO

Con aval de los gobernadores, Fernández gambeteó a los ultras de Cambiemos

El ala dura de Juntos por el Cambio había amenazado con bloquear la asunción de los nuevos diputados para trabar la emergencia. El oficialismo consiguió apoyo y el viernes se aprueba en el Senado.

 

A horas de su debut en el recinto, el oficialismo pasó un mal trago el martes por la noche, cuando el interbloque de Juntos por el Cambio anunció que no daría quórum en la sesión prevista para el jueves. Como más de una veintena de diputados del Frente de Todos renunció a sus bancas para pasar a las filas del Ejecutivo, sin los diputados de Juntos por el Cambio en el recinto, al oficialismo no le alcanzaba el número para iniciar la sesión en la que pretendía tratar el proyecto.

 

 

Massa y Kirchner trabajaron en el despacho de Presidencia junto a los ministros (Télam)

 

 

La decisión de Juntos por el Cambio había sido fruto de una feroz discusión interna, en la que el ala dura, representada por los diputados que responden a Elisa Carrió, un sector del PRO, liderado por Waldo Wolff y Fernando Iglesias, y una parte de la UCR, se impuso sobre los legisladores que responden a la línea dialoguista de Emilio Monzó e, incluso, sobre la posición de los jefes de los bloques del PRO, Cristian Ritondo, y de la UCR, Mario Negri.

 

 

 

El sector más moderado había intentado contener la rebelión que se inició el martes por la noche en la reunión que el interbloque opositor celebró en el edificio anexo de la Cámara. Antes, había protestado ante Massa y Kirchner, al señalar que en las reuniones previas al inicio de sesiones extraordinarias les habían asegurado a Negri y a Ritondo que los proyectos del Ejecutivo no incluirían delegación de facultades ni declaraciones de emergencia. La ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva quiebra las dos promesas, algo que lamentaron incluso algunos diputados peronistas. “La Casa Rosada mandó un misil”, resumió ante Letra P un legislador opositor que acompañará la iniciativa en el recinto. El ala dura aprovechó la ocasión para dar su golpe y amenazó con paralizar el Congreso.

 

 

 

En paralelo, Massa mostró su malestar con los jefes de Juntos por el Cambio durante la reunión del bloque oficialista, que se celebró en el tercer piso del Palacio Legislativo y que cerró Kirchner con una fuerte defensa de la ley. Por lo bajo, el presidente de la Cámara acusaba a Ritondo y a Negri de haber faltado a su palabra de dar quórum en la primera sesión acordada entre los dos sectores. La Casa Rosada transmitió su malestar por el imprevisto. “El número estaba garantizado igual. Nunca estuvo en riesgo”, relativizaron cerca de Massa. En la Presidencia de la Cámara aseguran que el oficialismo contaba con el apoyo de un sector de Juntos por el Cambio, encarnado por los radicales que responden a los gobernadores Gerardo Morales (Jujuy), Gustavo Valdés (Corrientes) y Rodolfo Suárez (Mendoza) y por el sector que encabeza Monzó. Massa mantuvo varias reuniones con el ex secretario de Interior y hombre de Monzó en la Cámara, Sebastián García de Luca.

 

 

Con todo, la posición de Juntos por el Cambio se modificó radicalmente este miércoles por la mañana, cuando los tres gobernadores de la UCR salieron en tándem a marcar la cancha. “No estoy de acuerdo con la actitud antidemocrática de no permitir jurar a los legisladores del Frente de Todos que se tienen que integrar a la Cámara de Diputados de la Nación. La rechazo terminantemente”, dijo Morales. Lo siguieron Valdés y Suárez. Los tres estuvieron el martes en Casa Rosada junto al presidente Fernández y celebraron la decisión del Gobierno de suspender el Consenso Fiscal. Según pudo saber Letra P, los radicales le habían pedido a Horacio Rodríguez Larreta que los acompañara en su postura pero el jefe de Gobierno porteño lo evitó. Tras ese episodio, la oposición dio marcha atrás y le pidió a Massa que convocara a dos sesiones diferentes: una para la jura de los nuevos diputados y otra para el debate de la Ley de Solidaridad Social. El presidente de la Cámara cedió. Antes, el oficialismo había hecho otra concesión a la oposición, al eliminar del proyecto el artículo 85, que le otorgaba amplias facultades al Gobierno para reformar el Estado. Massa lo acordó vía telefónica con el presidente Fernández. Para el jueves, estudia admitir otras modificaciones.

 

 

 

En la conversación sobre los posibles cambios intervinieron este miércoles diferentes protagonistas. Secundado por Cristina Álvarez Rodríguez, Kirchner llevó las negociaciones con el interbloque Federal, que conduce Eduardo “Bali” Bucca, y con el interbloque Unidad Federal para el Desarrollo, que encabeza el mendocino José Luis Ramón, que también habló con Massa. Por el despacho del presidente de la Cámara pasaron el miércoles por la tarde todos los funcionarios nacionales que defendieron el proyecto en comisiones, los ministros Martín Guzmán (Economía), Claudio Moroni (Trabajo), Ginés González García (Salud), Matías Kulfas (Producción), Daniel Arroyo (Desarrollo Social), la titular de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont, y la secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, que analizó los cambios que pidieron la oposición y también algunos diputados oficialistas. Por la mañana, Kirchner había estado juntos en la Rosada haciendo un punteo de los votos.

 

 

 

En ese escenario, el oficialismo llegará al recinto el jueves confiado en que podrá apobar la ley ómnibus que pide Fernández. El optimismo es tal que ya agendó para el viernes el tratamiento del proyecto en el Senado, donde Juntos por el Cambio, con el aliento de los gobernadores, ya anunció que dará quórum y habilitará el tratamiento exprés. 

 

 

 

La convocatoria del Gobierno a sesiones extraordinarias ingresó por el Senado.
Mauricio Macri ubica a Adela Arning como una de las figuras de la renovación del PRO.

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