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El toma y daca del gabinete de Larreta, clave en la convivencia con la UCR

Angelici y Yacobitti piden espacio en el plantel de ministros de la Ciudad. La negociación se extiende a la Legislatura. Las variantes posibles y los cargos en disputa.

Se lo escucharon decir antes y después del resultado electoral que lo catapultó a convertirse en el primer jefe de Gobierno en ganar en primera vuelta. Horacio Rodríguez Larreta admite en privado que su próximo gobierno tendrá la identidad y la imagen de una “coalición” que dio sus primeros pasos con el cierre de listas porteñas. Se firmó la alianza Juntos por el Cambio entre el PRO, la Coalición Cívica, Confianza Pública y el socialismo, pero también se selló una promesa: la amplitud para negociar las nóminas de candidatos debía reflejarse en los puestos de gobierno. Esa es la clave para la convivencia entre el PRO y el radicalismo porteño, que fichó con la versión local de Cambiemos en esta elección, tras más de seis años de enfrentarse y atacarse mutuamente, desde la experiencia UNEN hasta los comicios de 2017.

 

Como contó Letra P, Rodríguez Larreta quiere mantener al staff que lo acompañó en su primer mandato y abrir su gobierno a figuras del radicalismo y el partido de Elisa Carrió, a la luz de la alianza que forjó en la Ciudad. Es parte del compromiso que asumió con Daniel Angelici y Emiliano Yacobitti, referentes de dos expresiones distintas que conviven en la UCR local, pero que negocian como un conjunto ante el PRO. 

 

El radicalismo aspira a conducir dos ministerios del gobierno porteño. Angelici se quedará con el área de Seguridad y el sector de Yacobitti y Martín Lousteau apunta hacia Salud o Desarrollo Humano y Hábitat. Sin embargo, el larretismo abrió la puerta a conversar un "candidato de consenso" para que, en nombre del radicalismo, conduzca el Ministerio de Desarrollo Económico, que debería crearse a través de una reforma de la ley de ministerios. El desafío de Larreta, como le sucedió a Mauricio Macri con Cambiemos, es pasar de una coalición electoral a una coalición gubernamental. Desde que se firmó la conformación de Cambiemos en la Ciudad, la UCR reclamó espacio en la agenda y el organigrama de gobierno. 

 

Durante todo el mandato de Macri, el PRO y el radicalismo convivieron en plena tensión y con quejas del partido centenario por falta de espacios y de gravitación en la toma de decisiones. Larreta apuesta a evitar esa confrontación y a estrechar lazos con el radicalismo, que también juega fuerte en el reparto por la Auditoría General de la Ciudad (AGC) y el Consejo de la Magistratura, como reveló este medio.

 

El futuro del gabinete porteño también incide en la Legislatura, donde el oficialismo tendrá 37 bancas si logra mantener la alquimia de la campaña entre el PRO, la UCR, la Coalición Cívica, Confianza Pública y el socialismo de Roy Cortina. La negociación por la constitución de un bloque único o un interbloque sigue vigente. Si se respeta el acuerdo, el radicalismo se mantendrá esparcido en tres: Yacobitti mantendrá su tropa en Evolución, mientras que los legisladores de Angelici y Radicales en Cambiemos seguirán bajo el amplio paraguas de la bancada oficialista.

 

 

 

Si lo conversado entre la UCR y Larreta se traba, el radicalismo amenaza con formar un bloque único de al menos nueve miembros, aunque siempre dentro de Cambiemos o Juntos por el Cambio. Angelici volvió a la vida orgánica del radicalismo en 2017, en plena tensión entre Lousteau y Larreta. Intervino en la interna radical y, desde allí, recompuso la relación con Yacobitti y Enrique "Coti" Nosiglia, a quien también lo une intereses alejados del radicalismo, como la vida política de Boca Juniors.

 

En paralelo, Rodríguez Larreta insiste en que su gobierno no será un "aguantadero" y refuerza el lema "equipo que gana no se toca". En los primeros trazos de la hoja de ruta su próximo mandato hay una intención de conservar a la mayoría de sus ministros, con énfasis en funcionarios que lo acompañan desde antes de la fundación del PRO. Por otra parte, el alcalde apunta a movimientos de piezas entre las segundas y terceras líneas de los ministerios.

 

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