Mauricio Macri intervino de forma directa y personal en la interna desatada por la UCR porteña. Habló con el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, y respaldó su decisión de pelearle al sector “rebelde” del radicalismo el control del partido. Pero le dejó un pedido, claro y no cuestionable: que en esa puja de poder no complique su aceitada relación con Enrique “Coti” Nosiglia, el histórico operador que no sólo le abre al presidente la puerta de la Convención Nacional radical sino algunas de sus otras zonas de influencia, desde el mundillo de los negocios al de la Justicia federal.
El Presidente habló también con Daniel “el Tano” Angelici para equilibrar los deseos de Facundo Suárez Lastra y Jesús Rodríguez, enemistados hace tiempo con Nosiglia. El presidente de Boca Juniors se involucró a fondo en la riña partidaria, aunque también por pedido de Rodríguez Larreta, decidido a neutralizar a Martín Lousteau y quitarle su principal colchón electoral.
Macri bajó el mensaje y su pedido se cumplió a la perfección. Angelici medió entre las partes para garantizar la candidatura de Nosiglia como primer convencional nacional por la Ciudad y evitar una interna sin cuartel por los cargos nacionales. Sin embargo, sí habrá competencia por los delegados comunales. “Las parroquias”, como le dicen las boinas blancas, definen al próximo presidente de la UCR porteña, cargo que actualmente posee Emiliano Yacobitti.
En este último punto, para contentar a Rodríguez Larreta, Macri dio vía libre. El jefe de Gobierno quiere pintar de amarillo el centenario partido pero choca con Nosiglia, que protege a Yacobitti hace años y es uno de los principales sostenes de Lousteau.
El alcalde porteño, como buena parte de la dirigencia política, prefiere evitar un roce con el operador radical pero el objetivo trazado venía pegado con esa previsible tensión. La mediación de Macri bajó la espuma de ese cortocircuito, pero Rodríguez Larreta apuesta a ganar el partido con el apoyo de Angelici, Suárez Lastra y Jesús Rodríguez. Necesita hacer una buena elección en las comunas el 10 de diciembre para ganar la elección de la próxima autoridad, una vez que se reúna la Convención capitalina de la UCR.
Neutralizar a Lousteau no es el único objetivo detrás de la decisión de Larreta de meterse en la interna radical, deseo aumentado por los consejos de Diego Santilli y Fernando Straface, de estrecho vínculo con Jesús Rodríguez. También colaboró el ministro de Justicia y Seguridad porteño, Martín Ocampo, entusiasmado con volver a participar activamente de la interna radical. Para el jefe de Gobierno sigue vigente la intención de formalizar la coalición Cambiemos en la Ciudad y contar con una conducción “amigable” de la UCR allanaría ese camino.
Como informó Letra P, pese a los tironeos, los sectores involucrados en la disputa radical acordaron lista de unidad en la elección de representantes al Comité Nacional. De esta manera, los aspirantes son Enrique Nosiglia, el ex diputado nacional Rafael Pascual, Sandra Ruiz (por Angelici) y el director nacional de Relaciones con la Comunidad del Ministerio del Interior, Martín Scotto.
AMNISTÍA. Además de la riña personal entre los sectores en pugna, la expulsión del partido de los radicales que fueron candidatos en la lista de Rodríguez Larreta aceleró la disputa y abrió una batalla judicial.
Por estas horas, la conducción actual de la UCR porteña se comprometió a rever las expulsiones que fueron votadas orgánicamente y dejaron sin afiliación a Suárez Lastra y los legisladores electos Ariel Álvarez Palma y Guillermo Suárez.