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Larreta le cierra su gabinete a Macri boys y piensa en cuadros propios

El jefe de Gobierno no quiere a la ciudad como "aguantadero" para funcionarios de la Nación de salida y busca ampliar el "larretismo". Solo acojerá a Ferrari. La sombra de Dietrich y el rumor Lacunza.

El jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, empezó a bosquejar la identidad de su próxima administración: quiere un plantel de ministros "mixto", mezclando políticos de peso que pueden actuar de fusibles, ante otro escenario nacional con el peronismo en el poder, y los cuadros técnicos leales que lo acompañaron en este primer mandato. Ese perfil de funcionarios trae, a su vez, la decisión de cerrar su gobierno a los dirigentes nacionales que reportan exclusivamente a Mauricio Macri y que, desde hace meses, buscan acercar posiciones con el alcalde para buscar refugio en la ciudad.

 

Tras la derrota de Macri y María Eugenia Vidal, todas las miradas del PRO apuntaron a la Jefatura de Gobierno de Uspallata 3160 como destino político. Incluso, desde el 12 de agosto que muchos funcionarios nacionales y bonaerenses volvieron a mirar con cariño el bastión fundacional del macrismo, que Rodríguez Larreta alambró durante estos años. El alcalde recibió llamados y mensajes de todo tipo, pero ante sus íntimos repite los mismos conceptos: no quiere a su gobierno como un "aguantadero" ni una máquina expendedora de "seguros de desempleo", en obvia alusión a funcionarios del gobierno de Macri que apuntan a desembarcar en la Ciudad.

 

 

 

Al margen de una negociación con el Presidente, Rodríguez Larreta tiene antes que solidificar sus alianzas locales. Está dispuesto a encarar su segundo mandato con un gabinete multipartidario con la inclusión de la Unión Cívica Radical (UCR), la Coalición Cívica y Confianza Pública de Graciela Ocaña. El oficialismo abre la puerta de dos ministerios para el radicalismo: uno para el sector de Daniel Angelici y otro para el tándem Emiliano Yacobitti-Martín Lousteau. El poroteo es inagotable y el partido centenario apunta a Salud y Desarrollo Humano y Hábitat, a sabiendas de que Rodríguez Larreta quiere que  Soledad Acuña continúe en Educación.

 

El área de Seguridad quedará para Marcelo D'Alessandro. En tanto, Rodríguez Larreta tiene un pre-acuerdo con Vidal para reclutar a Gustavo Ferrari. El ministro de Justicia bonaerense, clave en la gestión de la gobernadora y en el vínculo que tejió con la familia judicial, podría ocupar el mismo cargo en la Ciudad.

 

 

 

EL NUEVO Y VIEJO LARRETISMO. El ¿nuevo? gabinete porteño podría traer sorpresas. Al tiempo que Rodríguez Larreta busca un mix de políticos y funcionarios leales, también evalúa modificar ministerios y fusionar áreas. Pero no está dispuesto a tirar por la borda al equipo que lo acompañó cuando el PRO obtuvo la triple corona y la Ciudad quedó desguarnecida, aunque él aprovechó para cimentar -aún más- el larretismo y rodearse de dirigentes de su riñón. "Equipo que gana no se toca", suele repetir. Más de un funcionario porteño quiso conocer detalles en el festejo de cumpleaños austero en el subsuelo de Estilo Campo: hubo brindis y menú fijo, pero ninguna novedad política.

 

Rodríguez Larreta aún estudia dividir Justicia de Seguridad y apunta a un esquema similar con Ambiente y Espacio Público. En paralelo, sigue vigente la idea de crear el Ministerio de Desarrollo Económico, que en tiempos de Macri condujo Francisco Cabrera. Esa cartera fue ofrecida abiertamente a Matías Tombolini en plena temporada electoral, pero el candidato de Consenso Federal la rechazó. El larretismo ya negocia con el peronismo su reemplazo en el Consejo Económico de la Ciudad (CESBA).

 

 

 

 

La temporada de pases de la Casa Rosada al gobierno porteño se abrió en agosto, pero Larreta busca ponerle un límite. En las últimas horas, el nombre de Guillermo Dietrich corrió como reguero de pólvora como futuro ministro coordinador porteño. En el larretismo confirman la actual conducción de la Jefatura de Gabinete. Respira aliviado Felipe Miguel -guardián del presupuesto y las cuentas públicas-, que temía por una mudanza del ministro de Transporte hacia su oficina de la Jefatura de Gobierno de Parque Patricios.

 

Son ideas plasmadas en la hoja de ruta del nuevo gobierno, pero restan definiciones. Mientras tanto, Larreta puso en marcha su red de contactos para aceitar vínculos con Alberto Fernández y Axel Kicillof. Como contó Letra P, en las últimas horas habló con ambos para avanzar con su transición moderada, alejada de la biblia de construcción política del macrismo puro y más cercana y tendiente a una buena relación con el peronismo opositor.

 

También, en la Ciudad miran de reojo el devenir del ministro de Hacienda, Hernán Lacunza. Antes, tiene que atravesar una prueba de fuego: amarrar el golpeado barco de la economía argentina ante el traspaso de mando. Larreta imagina a Lacunza para  alguna posición en el Banco Ciudad, la banca pública porteña que gestiona el economista Javier Ortiz Batalla y que obtuvo uno de los mejores resultados del sistema bancario nacional.

 

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