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Minigabinete en acción: más voces, control “flexible” y menos reuniones

El nuevo equipo de gobierno diversificó la comunicación oficial para descomprimir a Marcos Peña. Ibarra asume un monitoreo "light" y liberó la agenda de funcionarios del "reunionismo permanente".

La crisis económica obligó al presidente Mauricio Macri a plantear un rediseño del gabinete de ministros, que incluyó diálogos y propuestas analizadas con miembros de su gobierno y, en menor medida, con la Unión Cívica Radical (UCR) y la Coalición Cívica de Elisa Carrió. A regañadientes, el jefe de Estado degradó funcionarios, fusionó ministerios y alteró la dinámica de funcionamiento de una administración acostumbrada a la multiplicación de reuniones.

 

En rigor, la modificación de este esquema ronda en torno a dos dimensiones: una interior y otra exterior. Hacia adentro del Gobierno cambiará un estilo de control sobre la marcha de la gestión al que Macri dio apoyo y fogoneó: las reuniones de coordinación en las que los entonces vicejefes Mario Quintana y Gustavo Lopetegui seguían la cotidianidad de los proyectos de las distintas estructuras del Estado. Esas reuniones se reemplazarán por encuentros directos de los ministros con Macri, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el flamante vicejefe de Gabinete, Andrés Ibarra, que, como comentó Letra P, buscará implantar un monitoreo más “flexible” sobre la gestión y trabajará sobre el presupuesto y el cumplimiento de los objetivos de cada área.

 

 

No obstante, se mantendrán la tradicional reunión de gabinete (ahora con 10 ministros) de los martes y el encuentro ampliado, al que asisten legisladores, secretarios y subsecretarios, como las que suele encabezar Macri en el CCK.

 

La dimensión exterior en torno al cambio en el funcionamiento de gabinete debutó la semana pasada y consiste en una amplitud de las caras y voces que defiende la gestión y al gobierno de Macri. Ese trabajo recaía únicamente en Peña y, a veces, estaba secundado por el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Esta alteración de los voceros del discurso oficial funcionará, creen en la Casa Rosada, para descomprimir al ministro coordinador, general a cargo de cada batalla para blindar al Presidente.

 

Ese desgaste, natural por el cargo y el protagonismo sobre el discurso oficial, lleva al último pedido de Macri a su gabinete: estar al tanto de la marcha de la gestión para poder defenderla ante los medios de comunicación.

 

 

 

Como informó Letra P, los equipos de cada ministro realizarán un informe diario sobre los temas “candentes” de la agenda pública y de gobierno para que los funcionarios puedan estar al corriente. Ese compromiso se verificó la semana pasada: horas después del anuncio de Macri sobre cambios en el gabinete, los funcionarios que sobrevivieron como ministros realizaron conferencias de prensa en la Casa Rosada, ante los periodistas acreditados. El lunes lo hicieron Frigerio y Carolina Stanley  (Desarrollo Social), el martes el titular de Interior y su par de Relaciones Exteriores, Jorge Faurie. En tanto, el miércoles se dirigieron a los medios  Patricia Bullrich  (Seguridad) y Guillermo Dietrich  (Transporte).

 

Este esquema está lejos de socavar el poder de Peña hacia dentro de la coalición de gobierno. Tras la infinidad de especulaciones, pedidos explícitos del establishment y de dirigentes de su propio espacio, Macri respaldó al jefe de Gabinete y lo sostiene como el funcionario de mayor confianza. La incorporación de nuevas voces para defender la gestión del oficialismo busca descomprimir la figura de Peña, pero también es un impulso de Cambiemos por “ganar” la agenda ante la oposición. 

 

Laura Alonso, vocera del GCBA.
Maximiliano Pullaro y Mauricio Macri acordaron de cara a la reforma constitucional de Santa Fe.

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