El Gobierno sintió un respiro cuando la presidenta del Consejo de las Américas, Susan Segal, apoyó la gestión de Mauricio Macri en el Hotel Alvear, pasadas las 9 de este jueves, en la apertura de la conferencia “Argentina: perspectivas políticas y económicas”. “Cuando asumió, habló de la transformación completa del país. Esto lleva tiempo. No se transforma un país y un sistema económico en dos o cuatro años”, diagnosticó Segal, otrora defensora a ultranza de Cristina Fernández de Kirchner.
El impulso anímico duró poco. Minutos después, con el mercado abierto, el dólar prosiguió con su tendencia alcista y el Gobierno en pleno apuntó los cañones a mostrar gobernabilidad ante los popes del empresariado argentino y estadounidense, mientras corría como reguero de pólvora un nueva versión de cambios en el gabinete económico.
Tras la presentación de Segal, habló el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, que tenía previsto una alocución centrada en la gestión de la Ciudad, pero la circunstancia económica alteró su plan. El alcalde hizo una encendida defensa del rumbo económico del gobierno de Macri, recordó una anécdota de la administración porteña y apeló a la “colaboración” de los empresarios.
Larreta subrayó que cuando el macrismo asumió en 2007 en la Ciudad, tuvo “todos los palos en la rueda por parte del gobierno anterior” (en referencia a Néstor y Cristina Kirchner); no contaba con el acceso al crédito ni diálogo con la Casa Rosada".
“En 2009, la crisis económica internacional fue mucho peor. Estábamos sin rumbo. No podíamos salir adelante, pero recuerdo como si fuera hoy la convicción de Mauricio. Siempre transmitió al equipo que estábamos en el camino correcto, por más que al principio nos costó mucho. Yo no tengo dudas de que a nivel nacional hoy también lo estamos”, subrayó Rodríguez Larreta.
El alcalde apuntó directamente al empresariado presente en el auditorio: “Necesitamos que inviertan y generen empleo”, le pidió. “Hay diálogo entre el Gobierno y los empresarios para ayudarlos. Hay mesas sectoriales. Se trabaja caso por caso. Vaca Muerta es un ejemplo muy claro para esta asociación entre el sector privado y el público; estamos promoviendo uno de los sectores con mayor potencial en el país”.
“Venimos de ser el país más cerrado del mundo. Los cambios llevan tiempo, pero lo importante es el rumbo”, graficó el alcalde, una de las voces de Cambiemos que más promueve un acuerdo político para sortear la crisis.
Los funcionarios del oficialismo hicieron lo imposible por mostrar tranquilidad. En sus discursos, pero también en los diálogos reservados del Salón Azul, al que accedían únicamente CEOs y los dirigentes políticos invitados. En el hall del Alvear, el empresariado repetía dos consignas: reclamo de cambios en el gabinete y cuestionamientos a la decisión de “exponer” al Presidente.
“Macri habló porque sabe que es el que más confianza inspira hoy en el Gobierno”, confesó un funcionario nacional, asediado por los empresarios presentes. Después de Larreta, tomó las riendas el jefe de Gabinete, Marcos Peña, el más apuntado por los hombres y mujeres de negocios que, sottovoce, cargan duro contra el esquema de la Jefatura de Gabinete.
Peña volvió a hablar de “tormenta” y negó cambios en el Gabinete, al tiempo que sostuvo que el Gobierno no vive el alza del dólar y la inflación como “un fracaso económico”. Reconoció un “momento difícil”, pero consideró que es “útil para recordar la perspectiva”.
Por otra parte, el ministro coordinador justificó el precio del dólar con el argumento que hoy repite la Casa Rosada para explicar por qué el dólar pasó los $40. “Creo que, más allá de todo, hay una demanda de mayores precisiones y de mayores realidades concretas que son las que vamos a ir produciendo a lo largo de los días”, advirtió. Fuentes gubernamentales cuestionan que Macri haya comunicado el acuerdo del adelanto del dinero del FMI sin que se conocieran los pormenores de ese entendimiento. Reducen a esa falta de información la preocupación del mercado y la consecuente tendencia alcista de la moneda estadounidense.
A su turno, los ministros Dante Sica (Producción), Javier Iguacel (Energía) y Andrés Ibarra (Modernización) apuntaron a tranquilizar al sector privado con números de la gestión. Bajo esa lógica, aunque ante un auditorio menor en cantidad de asistentes, Iguacel vertió datos duros sobre las “posibilidades” de Vaca Muerta e Ibarra hizo lo propio sobre trámites online para que empresas “abaraten” los costos de cuestiones burocráticas que deben presentar ante organismos estatales, como AFIP y la Aduana. “Había que dejar en claro que no hay plan de cepo ni convertibilidad ni nada de lo que ya se hizo y nunca funcionó no. Ni acá ni en el mundo”, comentaron a Letra P fuentes gubernamentales.
El auditorio volvió a incrementar su presencia cuando habló el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. Varios CEOs dejaron las medialunas y el café para escuchar al ministro político del gabinete macrista, que insistió en que el Gobierno debe “mostrar templanza y transmitir confianza”. “No tenemos derecho a ponernos nerviosos ni tener la incertidumbre que tiene la gente”, sostuvo.
“Hay errores propios, forzados por una situación política difícil. Y otros errores no forzados por parte de nuestro Gobierno”, reconoció el ministro que, junto a su par de Hacienda, Nicolás Dujovne, negocia con los gobernadores opositores el Presupuesto 2019, cada vez más complicado en el marco de esta crisis cambiaria.
Frigerio junto a Segal y el presidente de la Cámara Argentina de Comercio, Jorge Di Fiori (FOTO: NA)
“Tenemos la responsabilidad de hablarle a la gente más que a los mercados”, consideró Frigerio. En ese sentido, pidió al empresariado “tener mucha templanza”. “Estamos atravesando un río embravecido, pero tenemos un capitán que maneja el timón con mucha firmeza”, soltó en un gesto a Macri. Sin embargo, en línea con las especulaciones de modificaciones en el gabinete, consideró que “los marineros, el equipo, son prescindibles”. “Pueden cambiar”, admitió.
“Los marineros, el equipo, es totalmente prescindible, como también pueden cambiar los instrumentos de las políticas que logren los objetivos que nos hemos fijado al inicio de la gestión. De lo que estoy convencido, íntimamente, es que ya no volvemos atrás, a un país aislado del mundo”, concluyó el ministro.