La negociación que mantiene el Gobierno nacional con los gobernadores PRO Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal para la presentación del Presupuesto 2019 y lograr llevar el déficit al 1,3% el año que viene es la llave para destrabar los acuerdos con el resto de las provincias. Tanto que logra ralentizar el debate que los equipos económicos de cada distrito ya iniciaron la discusión por el achique del gasto público con los ministros Rogelio Frigerio (Interior) y Nicolás Dujovne (Hacienda), que buscan acelerar el cierre de los números con la Ciudad y la provincia de Buenos Aires.
En este contexto, se hará la reunión de esta tarde en la que Frigerio y Dujovne recibirán en Casa Rosada a la delegación política bonaerense encabezada por Federico Salvai (jefe de Gabinete) y el ministro ; en tanto, por la Ciudad estarán Diego Santilli (vicejefe de Gabinete) y el ministro Martín Mura (Economía y Finanzas).
En el Gobierno reconocen que la negociación con Larreta y Vidal es la más “complicada” y de la que dependen el resto de los acuerdos con los gobernadores, que reclaman que los mandatarios del sello PRO se hagan cargo de los servicios públicos. Los dos ofrecen sus terruños para el ajuste fiscal pero piden que sea de corte “gradualista”. Mientras tanto, los gobernadores opositores -como también los radicales- esperan ver los números del ajuste de los distritos macristas para comprometer su propio achique de cara al texto del Presupuesto 2019, que debería estar presentado el 15 de septiembre en el Congreso.
En la intimidad, tanto el jefe de Gobierno como la gobernadora bonaerense admiten que harán un “gesto” en el marco de la “colaboración” que reclamó el presidente Mauricio Macri a las provincias para cumplir las metas del Fondo Monetario Internacional (FMI), pero únicamente aceptarán la transferencia y la toma de control de la electricidad y el transporte público. Ni Larreta ni Vidal están de acuerdo con dividir y traspasar el control de Aguas y Saneamientos Argentinos (AySA)
Sonríe el gobernador cordobés Juan Schiaretti, quien primero hizo hincapié en que la Ciudad y la Provincia se financian gracias a “todos los argentinos”. Sin embargo, Vidal y Rodríguez Larreta exhiben una ecuación para refutar el argumento de los mandatarios opositores acerca de que el interior sostiene los subsidios que la Casa Rosada vuelca en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA): aseguran que aportan la mitad de los recursos que la Nación coparticipa. Detrás de estas ecuaciones hay un pedido explícito de rediscutir la ley de coparticipación, como informó Letra P.
Los gobernadores PRO aceptan un traspaso “progresivo” del transporte público y las eléctricas Edenor y Edesur. Rodríguez Larreta apuesta a desembolsar 6 mil millones de pesos para absorber estas transferencias, pero en el Gobierno le reclaman una cifra cercana a 10 mil millones. En tanto, se espera que Vidal destine cerca de 30 mil millones.
La Ciudad se hará cargo del control de las líneas de colectivo que únicamente circulan en los límites porteños y advierten que “continuarán” con la política de incremento tarifario autorizada por el Ministerio de Transporte de la Nación, que conduce Guillermo Dietrich. Para paliar el incremento, un sector del oficialismo porteño propuso subsidiar el boleto según sector social.
AUMENTO DE TRANSPORTE. El jefe de Gobierno espera que en menos de un mes se resuelva el fallo que frena el aumento de la tarifa del subterráneo. La justicia porteña deberá definir si avala el incremento y en la Jefatura de Gobierno aspiran a llevar el boleto directamente a 12,50 pesos. El Gobierno de la Ciudad estimaba subirlo a 11 pesos en abril y estirarlo a 12,50 en junio, pero un amparo de legisladores del FIT frenó el incremento. El larretismo desembolsa 3.500 millones por año para subsidiar la tarifa y calcula que actualmente pierde 3,5 millones por día por el frustrado aumento.
Por otra parte, en el marco del Pacto Fiscal, la Ciudad resignará 2.500 millones en concepto de Ingresos Brutos durante 2018 y para 2022, año en el que el tributo debería desaparecer, la cifra a ceder ascenderá a 20 mil millones para la economía porteña. A su vez, en otro gesto a Macri, en este caso para paliar los efectos del incremento de las tarifas, el jefe de Gobierno porteño anunció la quita de ese mismo impuesto en las facturas de agua y gas, que afectará en 1.500 millones las cuentas fiscales de este año. Lo mismo hizo Vidal. Como resultado, la Ciudad verá resentidas algunas obras pautadas para 2019, el año en que Larreta buscará la reelección. Un “gesto” para respaldar la gestión nacional.