Mauricio Macri lo repite cada vez que puede. El Presidente reclama públicamente un respaldo del peronismo, los gobernadores opositores y el sindicalismo, pero el diálogo no avanza. Los mandatarios provinciales aseguran no haber sido convocados y el oficialismo advierte que primero definirá el ajuste fiscal en los distritos gobernados por Cambiemos.
En rigor, el Gobierno argumenta que no definirá ninguna negociación oficial con el peronismo hasta culminar la discusión con las cinco provincias oficialistas: Ciudad, Buenos Aires, Mendoza, Corrientes y Jujuy. Ante las quejas de los gobernadores opositores por no haber recibido una convocatoria, en el PRO retrucan: “Falta para lo formal”. Mientras tanto, el Ejecutivo avanza con diálogos informales con la oposición.
El Presidente lo planteó abiertamente en Tucumán, junto al gobernador local, Juan Manzur, durante el acto en conmemoración del Día de la Independencia. “Los sindicalistas y los movimientos sociales saben del esfuerzo que estamos haciendo y quiero convocar a todos los gobernadores a colaborar desde su lugar a que podamos tener un presupuesto ordenado; acá no hay espectadores, todos somos protagonistas”, lanzó Macri, flanqueado por la vicepresidenta Gabriela Michetti y el jefe de Gabinete, Marcos Peña.
El esquema de encuentros bilaterales entre funcionarios nacionales y los mandatarios opositores continuará mientras avanza el diálogo con Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidal, cuya negociación, con el foco en la transferencia de servicios de la Nación a esos distritos, se convierte en testigo para las discusiones con el resto de los gobernadores.
La Casa Rosada empezó a negociar con los mandatarios PRO hace días y esta semana inició la ronda con los tres mandatarios radicales: Alfredo Cornejo, Gustavo Valdés y Gerardo Morales visitaron a Peña y a los ministros Rogelio Frigerio (Interior) y Nicolás Dujovne (Hacienda) en la Casa Rosada. Más tarde, se vieron con Macri en Olivos, en el marco de una cena de camaradería que sirvió para aflojar tensiones y de la que también participaron los radicales Ernesto Sanz, el jefe del interbloque Cambiemos en Diputados, Mario Negri, y el senador Ángel Rozas.
El martes, Macri consiguió aval de la UCR para negociar con el peronismo el ajuste fiscal. Sin embargo, en el seno del Gobierno hay diferentes visiones acerca de esa negociación. Hay quienes plantean que debe desarrollarse mano a mano con cada gobernador y con diputados y senadores del PJ. En esa línea se anotan Rodríguez Larreta, Vidal, Frigerio, el empresario e íntimo amigo del jefe del Estado Nicolás Caputo y el propio Sanz, que, cuanto más cerca está del Presidente, más fastidia a Elisa Carrió.
“Va a haber un acompañamiento responsable”, presionó Peña en diálogo con Radio Mitre para sumarles presión a los mandatarios provinciales. Sin embargo, en la misma entrevista con el periodista Marcelo Longobardi, el ministro coordinador planteó un escenario sin el acompañamiento de las provincias: “Y, si no, estamos confiados de que lo vamos a lograr (reducir déficit fiscal), porque ese compromiso que asumimos no tiene marcha atrás”.
Peña encabeza la otra corriente interna, la de los que no descartan prescindir del peronismo. En este grupo se ubica, además del jefe de Gabinete, Carrió. Y -dato no menor- cuenta con la simpatía del Presidente, a pesar de que, por ahora, deja jugar.
Prescindir del peronismo implicaría una prórroga del Presupuesto 2018 o, lo que es lo mismo, esquivar el debate de la ley de leyes en el Congreso. Sería una pésima noticia para las provincias opositoras. “No hay bancarrota del país porque podemos seguir trabajando con el presupuesto del año anterior”, lanzó la líder de la Coalición Cívica este miércoles, atizando aún más la posibilidad.
Anteriormente, cruzó al cordobés Juan Schiaretti: “Tiene que apoyar porque, si no, no tiene obras. Si Córdoba quiere hacer una obra que no está presupuestada y quiere que la haga la Nación, tiene que estar en el presupuesto”. “A Schiaretti no es que no lo quiero, pero, si no aprueban el presupuesto, sigue el del año anterior y seguirán las obras plurianuales, las rutas y los mismos gastos”, agregó.
En paralelo, los gobernadores esperan un llamado que no llega. En el peronismo también hay grietas en torno a la estrategia a seguir. Concretamente, si encarar una negociación en bloque o aspirar a sacar rédito de encuentros mano a mano con el oficialismo. Tampoco hay acuerdo en torno a cuánto serviría una foto con Macri, en un escenario de ajuste y recesión económica. En caso de avanzar, el Gobierno no descarta una reunión final, imagen de gobernabilidad incluida.
Por lo pronto, como informó Letra P, los gobernadores peronistas motorizaron una reunión de sus ministros de Economía. Reunidos en la sede porteña de la Casa de Entre Ríos, los funcionarios acordaron que cada uno elaborará un informe a su gobernador para que cuente con las herramientas para negociar con la Casa Rosada. No obstante, sus gobernadores repiten hasta el hartazgo que no hubo convocatoria y algunos descreen de que haya diálogo, cuando restan más de dos meses para que el Gobierno presente el Presupuesto 2019 ante el Poder Legislativo. “Esto recién empieza”, insisten fuentes gubernamentales.
Los gobernadores esperan una señal en torno a dónde pasará el reclamo de “esfuerzo” del Presidente. Es decir, quieren que la Casa Rosada blanquee en qué áreas se realizará el ajuste fiscal en los distritos. En la reunión de ministros de Economía, los funcionarios de los gobernadores analizaron con preocupación el recorte de transferencias sociales a los distritos, en especial, el Fondo de Incentivo Docente y los fondos destinados a la salud.