El aumento del 38% en el Impuesto Inmobiliario Rural que proyecta el gobierno de María Eugenia Vidal para el año que viene despertó voces de disconformidad en el arco ruralista, que aún mantiene a flote su malestar por el 50% de incremento que tuvo ese tributo durante 2018. Asimismo, ante el reciente anuncio de la mandataria de una línea del Banco Provincia (Bapro) destinada a “financiar la siembra del pequeño productor agropecuario” -al 3.75% en dólares a 270 días-, predomina la incertidumbre sobre la efectividad de esta herramienta y las entidades cuestionan que, en la actualidad, el financiamiento en pesos vía tarjeta Procampo de la banca estatal bonaerense “está casi al 100%”.
En dialogo con Letra P, el titular de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), Matías De Velazco, adelantó que su entidad buscará “morigerar” el incremento tributario mediante reuniones previstas con “legisladores y el Poder Ejecutivo”. “En vistas de que el año pasado tuvimos un 50% de aumento que duplicó la inflación, vamos tratar de que se acerque más al 30%”, resaltó, para hacer foco crítico en la “enorme presión impositiva que tiene el sector agropecuario”.
A la espera de evaluar el presupuesto “en toda su dimensión”, De Velazco enfatizó: “Queremos ver cómo se aplica en el Inmobiliario Complementario también” y, “sobre todo, Ingresos Brutos”. En este último punto, ahondó: "Queremos ver si realmente es algo que ya se aplica sobre las ventas primarias”.
Por su parte, el representante bonaerense de la Federación Agraria Argentina, Jorge Solmi, sostuvo en declaraciones a Letra P: “Ya el 38% nos preocupa, pero todavía no hemos visto la ley fiscal. Acá se va a venir un revalúo y queremos ver cómo articula este 38%, si es por aumento de alícuota o por aumento de valuación, y qué relación tiene este 38% con el revalúo que va a venir a nivel nacional, que es una situación que no compartimos porque poner la tierra a valor del mercado significa todo lo contrario a los principios de la Federación Agraria, que considera que la tierra no es un producto de mercado. Además, el valor de mercado de la tierra tiene que ver con la oferta y la demanda. La tierra necesita tener una forma de tributación en relación a su producción y su productividad, no a esto”.
LECHERÍA: SE ENDURECE EL RECLAMO. Sin mostrar signos de recuperación del escenario crítico que atraviesa el sector lechero, De Velazco aseguró que, “de no ocurrir ningún cambio y al ir cayendo más tamberos, esto va a desembocar en alguna medida seguramente”. El mes pasado, productores realizaron una manifiestación frente a plantas de La Serenísima en reclamo de una mejora del precio por litro de leche. Pero, más allá de la industria, el titular de Carbap apuntó la mira hacia el rol de la administración central: “El Gobierno tendría que tomar alguna actitud más ejecutiva en lugar de esperar que derrame la exportación; tendría que buscar una salida más pronta, aunque sea para esperar ese momento en que efectivamente derrame la exportación. Por lo pronto, no se están logrando resultados”.
FINANCIAMIENTO CARO. Por otro lado, en lo que refiere al anuncio reciente de Vidal de la “Línea Acopiadores” destinada a “financiar la siembra del pequeño productor agropecuario” (al 3.75% en dólares a 270 días), Solmi sostuvo que no existen “mayores datos” sobre el acceso al programa y advirtió: “El productor es remiso a endeudarse en dólares”.
Por su parte, De Velazco señaló que “el financiamiento para el sector es carísimo y en dólares, las tasas rondan ese valor (de la línea Bapro), un poco más altas”. En este sentido, mostró sus reservas: “Ahora porque bajó de $40 a $36, pero de repente con la suba del dólar te encontrás con tasas del 50% o más. Ahora porque estamos con tranquilidad, pero no sabés cómo termina esto y en pesos hay tasas al 70%. Así están las tasas a nivel general”.
Más aún, Solmi alertó que, “en pesos, la Procampo está casi al 100%”. Esa tasa se disparó teniendo en cuenta que el Bapro cortó el mes pasado los convenios que tenía con las empresas proveedoras de insumos y maquinarias, a partir de los cuales los productores financiaban sus compras mediante esa tarjeta, con plazos de 90 a 360 días libres de intereses.
“Procampo y Agronación (la tarjeta del Banco Nación para el sector rural) no escapan a la suba de todas las tasas en el mercado financiero argentino. El banco está pagando por captación de depósitos un 50%, entonces el financiamiento para la producción está carísimo en un año donde no hay capital de trabajo porque venimos muy golpeados por la seca de 2017; la cosecha ha sido muy chica. Cuando se produzca la cosecha fina, parte de la cosecha está vendida y se va a vender rápido porque no hay plata”, resaltó De Velazco.
El titular de Carbap subrayó: “Estamos encarando la siembra de gruesa con menos tecnología dado que es cara, hay que pagarla, no hay plata y el financiamiento es caro. Lógicamente, menor inversión en tecnología tiene relación directa con un menor rendimiento”.