Los gobernadores pusieron el tema sobre la mesa en la reunión que Alternativa Federal celebró el miércoles pasado en la Casa de Entre Ríos. “Tenemos que ver qué hacemos con el partido”, soltaron en el primer piso del edificio de la calle Suipacha, tras acordar los detalles de lo que comunicarían públicamente sobre el encuentro. El comentario daba la señal de largada para la pelea que los mandatarios provinciales están dispuestos a darle al kirchnerismo por el control del PJ, y que tiene como ejes tanto el uso del sello partidario para las próximas elecciones como los fondos de campaña que el peronismo debería recibir en función de los votos obtenidos en las elecciones 2015.
Desde que a principios de agosto la Cámara Nacional Electoral barrió con la intervención dispuesta por la juez María Servini, el partido volvió a quedar bajo el mando de José Luis Gioja, empecinado en construir la unidad peronista con Cristina Fernández de Kirchner con un rol protagónico dentro del espacio, algo que resisten los gobernadores. Ahora unidos detrás de la marca Alternativa Federal, los mandatarios empezaron a buscar la manera de volver a intervenir en la vida interna del partido o, si es posible, de arrebatarle nuevamente la conducción al sanjuanino.
Los gobernadores miran con atención dos temas fundamentales, uno relacionado con el sello en sí mismo y otro, con los fondos de campaña. "Nadie quiere entregar el partido", resume un mandatario provincial. El primer eje tiene que ver con el temor a que la conducción que encabeza Gioja piense en subordinar en 2019 el nombre del PJ al frente Unidad Ciudadana, como en su momento se hizo con el Frente para la Victoria. El partido convocará en enero o febrero del año próximo a un Congreso Nacional, el órgano encargado de autorizar las alianzas, para empezar a definir la estrategia electoral.
“Eso no tiene sentido, la idea es armar un frente amplio. Unidad Ciudadana es un frente que se armó específicamente para la candidatura de Cristina en la elección 2017 en la provincia de Buenos Aires. No está planteada esa posibilidad a nivel nacional”, dijo a Letra P un dirigente que recorre habitualmente los pasillos del edificio de la calle Matheu.
El otro eje - fundamental en la pelea- tiene que ver con los recursos que le corresponden al partido para las elecciones 2019, que están directamente relacionados con los votos que obtuvo en las últimas presidenciales, en las que el PJ formó parte de la alianza Frente para la Victoria. De acuerdo con el artículo 36 de la ley de financiamiento de los partidos políticos, los fondos correspondientes al aporte para la campaña electoral se distribuyen en un 50 por ciento de forma igualitaria entre todas las listas y en otro 50 por ciento, “en forma proporcional a la cantidad de votos que el partido hubiera obtenido en la elección general anterior para la misma categoría”.
Para tener una referencia, el Frente para la Victoria obtuvo en 2015 cerca de 9,8 millones de pesos en aportes públicos para las elecciones primarias y 21,8 millones para las generales. A eso se sumaron 4,1 millones para la impresión de boletas en las PASO y casi 6,2 millones para las generales de octubre. Nadie quiere perder esos montos en 2019.
Con el kirchnerismo al mando del PJ, para que Alternativa Federal pueda tener acceso a los recursos, los gobernadores deberán sentarse, necesariamente, a negociar la unidad. “No es imposible”, reconoce un operador del espacio federal, sobre la posibilidad que el peronismo tenga una gran primaria en la que compitan los dos sectores.
Aún con esa posibilidad sobre la mesa, en el peronismo federal barajan otra alternativa que se apoya en la puerta que, dicen, dejó abierta la Cámara Electoral en la misma decisión que desarmó el fallo de Servini, y que se relaciona con las supuestas irregularidades que tendrían los libros y actas partidarias, según la denuncia de la propia intervención. “Corresponde que la señora juez de primera instancia verifique si se dan las circunstancias denunciadas y, de corresponder efectúe la investigación pertinente”, indicaron los camaristas Santiago Corcuera y Alberto Dalla Via.
“¿Quieren pedir otra intervención? No había motivos en ese momento y menos los hay ahora”, dijo un dirigente del PJ nacional que asegura que la denuncia de la falsificación de firmas “no tiene ningún fundamento”. “Se pusieron a ver de qué se podían agarrar. La Cámara ya la escarmentó a la jueza con un fallo durísimo. No se va a meter dos veces a hacer lo mismo”, agregó la misma fuente.
En caso de que tanto la posible intervención como la primaria conjunta naufraguen, el peronismo federal intentará un acuerdo político que garantice la neutralidad partidaria: que ni unos ni otros puedan usar el sello del PJ.