En una jugada sorpresiva para Cambiemos, el peronismo selló este viernes la negociación con la que el kirchnerismo, el massismo y Argentina Federal lograron quedarse con dos representantes en el Consejo de la Magistratura y arrebatarle un asiento al oficialismo, con la misma estrategia que a fines de 2015 había usado Emilio Monzó para ocupar el lugar que le correspondía al Frente para la Victoria. El acuerdo para la designación de Eduardo “Wado” de Pedro (Fpv) y Graciela Camaño (Frente Renovador) como consejeros fue tejido en profundo sigilo en conversaciones que incluyeron a Cristina Fernández de Kirchner, Sergio Massa y los gobernadores del peronismo no K y podría ser leído como un adelantamiento de la estrategia de unidad para 2019, una versión que entusiasmó al cristinismo pero que fue negada de manera rotunda por el Frente Renovador y el peronismo federal.
Monzó firmó este viernes por la tarde la resolución que designa a Camaño y De Pedro.
La decisión de acercar posiciones lleva meses en la cabeza de dirigentes del massismo y el kirchnerismo, sobre todo a partir de la decisión del oficialismo de congelar el tratamiento de los proyectos de reforma del Consejo de la Magistratura que presentaron esos espacios a través de Rául Pérez (Frente Renovador) y María Emilia Soria (FpV) y que descansan desde abril en la Comisión de Asuntos Constitucionales, que preside el diputado del PRO Pablo Tonelli, actual representante de Cambiemos en ese órgano.
El acuerdo sorprendió a la Casa Rosada, que esperaba confiada la renovación de los consejeros Tonelli y Mario Negri, por la primera minoría, y de un representante del kirchnerismo por la segunda. El miércoles por la tarde, el presidente de la Cámara de Diputados tenía lista en su despacho la nota con la propuesta que este viernes esperaba presentar, con la firma del oficialismo y aliados y la supuesta anuencia – traducida en una probable abstención- del peronismo federal.
Casi en paralelo, sin embargo, el massismo y el kirchnerismo terminaban de darle forma a las conversaciones. El mismo miércoles De Pedro escuchó de boca de un hombre de máxima confianza de Massa, con quien mantiene una diálogo fluido, la propuesta para que el acuerdo incluyera a Camaño como consejera. El diputado camporista lo consultó inmediatamente con Cristina. La presidenta del bloque del Frente Renovador pasó, sin problemas, el filtro de la ex presidenta. Lo mismo pasó del otro lado con De Pedro. El nombre del diputado no irrita a ningún peronista.
Para entonces, Camaño ya había obtenido, también, el visto bueno de los gobernadores no kirchneristas, con los que se encargó de hablar Massa, y también el del pampeano Carlos Verna, de diálogo frecuente con Cristina y con el líder del Frente Renovador. Las negociaciones incluyeron contactos de Massa con el tucumano Juan Manzur, la fueguina Rosana Bertone, el sanjuanino Sergio Uñac y el cordobés Juan Schiaretti, quien exigió la suplencia de Camaño para un hombre de su extrema confianza, el vicegobernador en uso de licencia Martín Llaryora. El diputado cordobés reemplazaría a Camaño en 2019 si la diputada decidiera abocarse de lleno a la campaña presidencial de Massa.
La inclusión de Llaryora como suplente de Camaño no solo neutralizó los insistentes pedidos del Gobierno nacional al cordobés para que se bajara del acuerdo que incluía al kirchnerismo, sino que respondió a un conflicto político local: el segundo candidato del oficialismo, Negri, aspira a disputarle la gobernación de Córdoba a Schiaretti en 2019. El gobernador no estaba dispuesto, entonces, a que sus diputados le dieran su aval a quien será su adversario en la provincia el año próximo.
De Pedro escuchó de boca de un hombre de máxima confianza de Massa la propuesta para que el acuerdo incluyera a Camaño como consejera. El diputado camporista lo consultó inmediatamente con Cristina. La presidenta del bloque del Frente Renovador pasó, sin problemas, el filtro de la ex presidenta.
Sin embargo, no todo el peronismo federal avaló las conversaciones. El salteño Pablo Kosiner, presidente del Bloque Justicialista, manifestó su disconformidad y delegó la firma en el pampeano Sergio Ziliotto. Kosiner evitó dar así el visto bueno de Juan Manuel Urtubey a una negociación que incluye al kirchnerismo, implica la designación de un camporista en el Consejo.
“Esto es un acuerdo coyuntural, no tiene nada que ver con las elecciones presidenciales”, aclaró a Letra P uno de los firmantes de la nota que presentó este viernes la oposición para pedir por las designaciones de De Pedro y Camaño. La misma fuente explicó que la decisión de unirse al kirchnerismo obedece a la necesidad de “evitar que el oficialismo tenga tanto poder”, mucho más de cara al año electoral. “El kirchnerismo ya tenía su lugar asegurado. Este es un triunfo del acuerdo del Frente Renovador y el peronismo federal. Ahora vamos a tener un lugar cada uno”, dijo a este portal uno de los negociadores del massismo.
La nota que presentó la oposición unida incluyó, finalmente, a Camaño (por el Frente Renovador), Ziliotto (por el Bloque Justicialista), Llaryora (Córdoba Federal), Agustín Rossi (Frente para la Victoria), Leonardo Grosso (Movimiento Evita), Felipe Solá (Red por Argentina), Hugo Infante (Frente Cívico por Santiago), Pablo Yedlin (Justicialista por Tucumán), los diputados sanjuaninos Walberto Allende, Florencia Peñaloza y Graciela Caselles, Gustavo Saadi (Elijo Catamarca) y los monobloquistas Alejandro Ramos, Victoria Donda, Alejandra Rodenas, Juan Manuel Pereyra, Omar Félix, José Luis Ramón y Jorge Taboada. En total, fueron 131 firmas.
La ley anti tarifas, en mayo, también unificó a todo el arco peronista.
En tanto, el escrito presentado por el oficialismo, que mantuvo las propuestas de Tonelli y Negri, reunió 121 firmas. A los 108 diputados de Cambiemos (PRO, UCR y la Coalición Cívica), se sumaron los cinco diputados del Frente de la Concordia Misionero (alineados con el gobernador Hugo Passalacqua), los cuatro representantes de San Luis (que no responden a Alberto Rodríguez Saá sino a su hermano, Adolfo), Evolución Radical (de Martín Lousteau) y la neuquina Alma Sapag.
Fue la doctrina ideada a fines de 2015 por el jefe del bloque PRO, Nicolás Massot, la que durante tres años le permitió al oficialismo tener dos consejeros y la misma que, paradójicamente, benefició ahora a la oposición. Sucede que la ley 24.937, del Consejo de la Magistratura, establece en su artículo 2 que los representantes del Senado y de la Cámara de Diputados serán designados “a propuesta de los bloques parlamentarios de los partidos políticos” y que le corresponderán dos a la mayoría y uno a la primera minoría.
Ese artículo fue reinterpretado a fines de 2015 por el presidente de la Cámara de Diputados, a propuesta de Massot, para que el oficialismo le arrebatara un consejero al Frente para la Victoria, por entonces bloque mayoritario, formando una mayoría parlamentaria circunstancial con otros bloques. Esa decisión le valió a Monzó una denuncia penal pero la Justicia finalmente le dio la razón.
Con ese mismo criterio, la oposición se unió ahora para quedarse con dos consejeros. Una maniobra que el presidente de la Cámara, dice, no esperaba, pese a que mantiene un diálogo más que fluido con Massa y también con el Frente para la Victoria, a través de Máximo Kirchner. Monzó, quien ya anunció que dejará Cambiemos a fines de 2019, firmó este viernes por la tarde la resolución con la designación de Camaño y de Pedro.
El jueves, la oposición había logrado alzarse también con los dos consejeros por la mayoría del Senado. Luego de que la salida de José Alperovich y Beatriz Mirkin amenazara con sacarle la mayoría a Miguel Ángel Pichetto y, por consiguiente, hacerle perder los dos asientos en el Consejo, el peronismo logró frenar la sangría del Bloque Justicialista, que se quedó con los lugares. Los designados para ocuparlos fueron el propio Pichetto y la santiagueña Ada Itúrrez de Cappellini, representante de Gerardo Zamora.