Pasó año nuevo, el brindis, uno o dos días de descanso y el peronismo entró lentamente en una instancia de reuniones en las que se repite, siempre, una serie de palabras: “Agenda de trabajo en común”. Los encuentros, que son por separado, tienen a representantes del PJ bonaerense, del Frente Renovador y el kirchnerismo reconvertido -desde la última elección- en Unidad Ciudadana.
“Los años pares nos tienen más vinculados y los impares se tensan”, le dice a Letra P un diputado nacional del bloque de Unidad Ciudadana que explica, además, que la cena que celebraron Martín Insaurralde y Máximo Kirchner el jueves último en Lomas de Zamora “no es nueva”. Y agrega: “Se vienen juntando desde antes de las elecciones; lo que pasa es que ahora salieron a comunicarlo”.
En la lectura de esa reunión hay una certeza que maneja Unidad Ciudadana. Tras la votación de la reforma previsional de la Caja del Banco Provincia, el bloque PJ Unidad y Renovación, que capitanean los intendentes bonaerenses, quedó marcado como el espacio que le dio a Vidal la chance de ajustar la jubilación de los empleados de la banca pública provincial. Y que esa ley es la puerta de entrada a una reforma integral del Instituto de Previsión Social.
Pero, como informó Letra P, ese plan jubilatorio de Vidal es el único que une en términos legislativos a la oposición. Todos los bloques opositores rechazan una modificación al esquema previsional bonaerense. En eso están de acuerdo y es un punto de partida que muestran por estos días de verano.
Insaurralde, Máximo junto al diputado nacional Rodrigo “Rodra” Rodriguez y el legislador provincial Federico Otermín comieron un asado en el quincho del Parque de Lomas de Zamora. Allí hablaron de la articulación entre el PJ y Unidad Ciudadana en la provincia de Buenos Aires, un tema bastante complejo y que, en definitiva, nunca pudo darse plenamente desde que Cambiemos gobierna suelo bonaerense. Algunos diputados y senadores provinciales le votaron a favor, por ejemplo, un millonario endeudamiento a Vidal y otros no. Tampoco existió nunca un bloque unido.
El lomense y el patagónico también plantearon “una juntada masiva de firmas contra la reforma previsional”. Por eso, una reforma del IPS los acercaría.
24 horas antes de esa cena y a 377 kilómetros del Parque de Lomas, en la localidad de Pinamar, el presidente del PJ bonaerense e intendente de Merlo, Gustavo Menéndez, tomaba gaseosa schweppes y café en la casa vacacional del líder de Frente Renovador, Sergio Massa. La parrilla, apagada, era testigo muda de ese encuentro.
El jefe del sello peronista le transmitía a Massa la misma línea que intercambiaron Máximo e Insaurralde. Como informó este medio, hubo siete puntos para empezar a trabajar en esa “agenda común” que intentan mostrar antes de que el año tome vuelo propio. Entre ese boceto apareció la “consolidación de un conjunto de legisladores que sean firmes contra la reforma laboral” y “la creación de un sistema de patrocinio letrado gratuito para jubilados contra el recorte jubilatorio”.
LA FOTO QUE AMONTONÓ. Hubo un hecho que permitió que estos encuentros -que siempre se dieron- no tuvieran respuestas ni rebotes de alto impacto negativo al interior del universo peronista. Fue la votación de la reforma previsional y la primera caída de aquel quórum en el Congreso de la Nación.
Ver a a los diputados nacionales Agustín Rossi, Felipe Solá, Axel Kicillof, Facundo Moyano, José Ignacio De Mendiguren y hasta Nicolás del Caño en esa escena alentó los ánimos. Por ahora, todo es concilio. Atado al speach, el diputado de Massa Daniel Arroyo dijo que la oposición trabajará en el Congreso en una agenda común.
También hay un factor siempre vigente que permite estas reuniones sin coletazos: Cristina Fernández de Kirchner. La ex presidenta estará atenta al manejo de la Legislatura bonaerense, pero no muestra resistencia a este tipo de reuniones y acuerdos estratégicos de corte peronista que, en el plano ideal, servirían para esmerilar el poder político de Cambiemos. Pero, cuando el peronismo escarba un poco sobre Cambiemos, aparecen los matices.
En declaraciones públicas, Unidad Ciudadana sostiene que “Vidal es Macri”, pese a que en discusiones internas el cristinismo empieza a comprender que los intendentes necesitan que a Vidal no se le complique mucho la gobernabilidad. Los logros o los fracasos decantarán inevitablemente en sus distritos.
Por estos días el peronismo se muestra amigable, de puertas abiertas y dialoguista. La cumbre en Santa Teresita prevista para el 17 de febrero será una de las primeras pruebas para Menéndez como nuevo jefe del PJ. A diferencia de los últimos años, la de 2018 podría contar con cristinistas y hasta massistas, que ahora transitan en verano en modo zen.