Congreso Nacional

Cambiemos esquiva las sesiones ordinarias y evita rechazos a los DNU de Macri

Durante 2017 las reuniones se repartieron entre especiales y extraordinarias. El oficialismo elude que se incorporen al temario los decretos presidenciales que no pasarían el filtro del recinto.

La sesión preparatoria del 6 de diciembre, en la que todos los bloques lo reeligieron como presidente de la Cámara, Emilio Monzó volvió a escuchar de boca de Graciela Camaño el reclamo que los diputados le hicieron durante todo el año en el recinto. “El presidente debe sentarse los días miércoles y esperar a reunir el número para que los diputados podamos discutir los proyectos. Es importante que recuperemos la normalidad de las sesiones comunes", le dijo la presidenta del bloque Federal Unidos por una Nueva Argentina. “Soy consciente de eso”, reconoció Monzó, a sabiendas de que el cuerpo no celebró sesiones ordinarias en todo 2017. Aunque prometió trabajar para cambiar esa situación en 2018, el referente de Cambiemos sabe la dificultad que implica: el oficialismo esquiva las reuniones de tablas para evitar el tratamiento en el recinto de los decretos de necesidad y urgencia (DNU) del presidente Mauricio Macri, algunos de los cuales ya fueron rechazados en la comisión Bicameral de Trámite Legislativo.

 

En consonancia con el artículo 99 de la Constitución Nacional, la ley 26.122, que regula el control del los DNU, establece que la comisión tiene un plazo de “diez días hábiles contados desde la presentación efectuada por el jefe de Gabinete, para expedirse acerca del decreto sometido a su consideración y elevar el dictamen al plenario de cada una de las Cámaras”. En caso de que la comisión no se expida, una vez vencido el plazo de diez días hábiles, “las Cámaras se abocarán al expreso e inmediato tratamiento del decreto”. Pero para que sean tratados en el recinto, los decretos deben ser incorporados en el Orden del Día de la sesión, una posibilidad de que se ve frustrada en la celebración de sesiones especiales.

 

“En 2017, durante el período de sesiones ordinarias –que se celebran desde el 1 de marzo al 30 de noviembre -, todas las sesiones fueron especiales. Las sesiones especiales tienen un temario acotado, que incluye los temas que propone quien pide la sesión especial, que habitualmente es el oficialismo. Por fuera de ese temario, no se puede incorporar nada”, explicó Camaño a Letra P.

 

Por el contrario, si la Cámara celebrara sesiones ordinarias, los dictámenes de la comisión se podrían incorporar al temario del día, a propuesta de cualquier diputado, con una mayoría simple. “Entonces Cambiemos no hace funcionar la Cámara en sesiones ordinarias y no hay órdenes del día. Todo queda reducido al temario acordado para las sesiones especiales”, dice Camaño.

 

 

Entre los 24 decretos que trató en 2017 la Bicameral de Trámite de Legislativo, cinco obtuvieron dictamen de rechazo y en otros 10 el oficialismo no alcanzó a reunir las firmas necesarias para el respaldo. El resto fueron avalados por la Comisión. Los cinco rechazados fueron el 52/17, que modificó los feriados nacionales y pasó a “inamovible” el que corresponde al 24 de marzo; el 54/17, que modificó la ley de Riesgos de Trabajo; el 102/17, sobre la extensión de mandatos a dos jueces designados por la Corte; el 698/17, que crea la Agencia Nacional de Discapacidad; y el 746/17, que modificó la Ley de Acceso a la Información Pública. Todos llevan la firma de la mayoría que formó hasta diciembre el peronismo y que intercaló, según cada caso, a Marcos Cleri, Adolfo Rodríguez Saá, Diana Conti, Juliana di Tullio, Raúl Pérez, Anabel Fernández Sagasti, Teresa González, Juan Irrazábal, Daniel Lovera y Juan Mario Pais.

 

Aunque no logró juntar la mayoría – se necesitan nueve firmas sobre 16 miembros de la comisión-  el peronismo también rechazó otros 10 decretos, entre ellos el 70/17, que modificó la ley migratoria para agilizar la expulsión de extranjeros; el 146/17, que eliminó la prohibición de indexar créditos en el plan PROCREAR; el 513/17, que resolvió el traspaso de la Secretaría de Deportes del Ministerio de Educación al ámbito de la Secretaría General de la Presidencia; y el 516/17, que dispuso la ampliación de  créditos a beneficiarios de la AUH a través de la tarjeta Argenta.

 

La llegada de eso 14 decretos al recinto podría significar un riesgo para el oficialismo, que no consiguió el respaldo en la bicameral de DNU y tampoco podría garantizar el aval en el recinto, tanto en Diputados como en el Senado, donde una eventual unidad del peronismo le podría propinar un golpe a la decisión presidencial. El rechazo por ambas Cámaras implica la derogación del decreto.  

 

El temor del oficialismo quedó en evidencia en la sesión especial del 12 de julio, en el Senado. “Habíamos logrado meter en el temario el DNU que eliminó los reembolsos por exportaciones que se realizan desde puertos patagónicos y que ya había sido rechazado por la bicameral, pero se levantó la sesión”, apunta la senadora Fernández Sagasti. A las apuradas y sin esperar los 15 minutos que marca el reglamento, ese día el vicepresidente primero del Senado, el radical Juan Carlos Marino, decidió dar por terminado el debate por falta de quórum. El peronismo se disponía a rechazar el decreto.

 

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