De manera repentina y en medio de reproches cruzados entre distintos sectores de la oposición, el vicepresidente primero del Senado, Juan Carlos Marino, levantó este miércoles la sesión del cuerpo y evitó que se pusiera a consideración el decreto de necesidad y urgencia del presidente Mauricio Macri que elimina los reintegros por puertos patagónico, y que el peronismo se disponía a rechazar.
La situación se generó cuando empezaba a discutirse en el recinto el DNU que termina con los reembolsos, y que ya había sido rechazado en la Comisión Bicameral Permanente de Trámite Legislativo. Luego de que el senador por Chubut Juan Pais, expresara su rechazo a la medida, tomó la palabra el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, quien planteó una moción de orden para mandar el proyecto de nuevo a comisión, con la intención de ganar tiempo en la negociación entre los gobernadores y la Rosada.
En ese momento, no estaban en el recinto el presidente del bloque del PJ-Frente para la Victoria, Miguel Ángel Pichetto, ni otros senadores que forman parte de su grupo de confianza como Juan Manuel Abal Medina y José Mayans. Cuando los legisladores del sector kirchnerista advirtieron que corrían el riesgo de perder la votación, se levantaron de sus bancas y dejaron la sesión sin quórum.
“¿No hay quórum? Entonces se levanta la sesión”, apuró el radical Marino, que no esperó los 15 minutos que estipula el reglamento antes de terminar la reunión. De manera inmediata, la sesión se dio por terminada, mientras varios senadores del peronismo clamaban por la presencia de Pichetto y se preguntaban qué había sucedido.
El enojo de los legisladores opositores no solo tenía que ver con que se hubiera trabado la posibilidad de propiciarle una derrota al Presidente sino con que, además, quedaba trunco el debate de otros proyectos, como el que planteaba anular el otorgamiento de pensiones no contributivas a personas con discapacidad, iniciativa de la senadora del FPV María de los Ángeles Sacnun.
Tras la sesión, un grupo de senadores del peronismo, furiosos por la situación, se reunieron y casi desataron una rebelión contra Pichetto. Los ánimos se fueron calmando y varios legisladores aprovecharon para salir rápidamente del Senado, rumbo a sus provincias.