La estrategia de Horacio Rodríguez Larreta para encarar las elecciones legislativas en la Ciudad de Buenos Aires que consiste en “cooptar” y “rodear” a los aliados de Martín Lousteau que llegaron hasta el ballotage del 2015 empieza a dar resultados, pero ahora el jefe de Gobierno porteño suma un nuevo objetivo: quiere que en el distrito se forme Cambiemos pero sin que el embajador argentino en Estados Unidos participe de los comicios.
El planteo es una afrenta para la Unión Cívica Radical capitalina, que se aferra a la imagen positiva del ex ministro de Economía y se entusiasma pensando en 2019. La misma sensación corre por las venas de algunos correligionarios nacionales, que le auguran un futuro presidenciable en unos años. Lo cierto es que Larreta primero intentó sin éxito avanzar hacia un entendimiento legislativo, más tarde rechazó sistemáticamente la conformación de esa alianza en la Ciudad y ahora busca promover un acuerdo en el que el PRO pondrá más condiciones que el resto de los integrantes.
La decisión de Larreta no es unilateral ni tampoco responde a una vocación aperturista. Se trata de un pedido del presidente Mauricio Macri, aunque también pesó la determinación de la Mesa Nacional Cambiemos, que resolvió el 17 de marzo, en un cónclave en el lobby del Hotel NH Bolívar, “aunar esfuerzos” para evitar internas en todos los distritos y avanzar en nóminas unificadas e integradas por los tres socios mayoritarios de la coalición: PRO, Unión Cívica Radical y Coalición Cívica. La intención de huir a las primarias dentro de Cambiemos y evitar tensiones también se la transmitieron personalmente a Lousteau el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro de Interior, Rogelio Frigerio. Incluso el titular del Ejecutivo nacional le sugirió que no pondrá obstáculos a su intención de presentarse en 2019 y de enfrentar a Larreta, pero le pidió que se abstenga de competir en 2017 en la Ciudad. Distinta fue la actitud del presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó: el año pasado lo recibió en su despacho, lo alentó a competir, cuestionó la gestión de Larreta y le dio a entender que el alcalde no podrá renovar su mandato.
En la previa de esa reunión, los tres partidos acordaron que se presentarían los representantes de todas las provincias menos de la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, el presidente de la UCR porteña, Emiliano Yacobitti, cantó “sorpresa” y fue de los primeros en llegar al encuentro. Para los macristas y los “lilitos” se trató de un quiebre del acuerdo del día anterior.
Yacobitti y Larreta hablan seguido y se respetan, pero sólo coinciden en que ambos presiden sus respectivos partidos en la Capital Federal. A excepción de esa similitud, el resto son diferencias: el radical es el principal mecenas de Lousteau y pide un “gran acuerdo”, mientras que el macrista recién ahora abre la posibilidad de formalizar Cambiemos aunque con la condición de que el embajador no figure en la lista.
El “gran acuerdo” que promueven los radicales comprende no sólo espacios en las nóminas de diputados nacionales y legisladores porteños, sino el avance hacia una coalición de gobierno en la que el radicalismo comparta el poder y lugares en el gabinete porteño con el PRO. El larretismo descarta esta posibilidad de plano, prefiere discutir con la Coalición Cívica- que hasta ahora no habló de cargos- y duda del reclamo público de los radicales de formalizar la versión local de Cambiemos.
En la Jefatura de Gobierno le adjudican una dosis de “especulación” a ese pedido, que se materializó la semana pasada en una reunión del Comité Capital del centenario partido y a pesar de que el propio presidente de la UCR, en tándem con Lousteau, cruzó y acusó públicamente a Larreta de impedir la conformación de la alianza. “Haremos Cambiemos con quienes quieran estar”, responden desde la gobernación capitalina.
Mientras tanto, el alcalde profundiza su vínculo con la Coalición Cívica y con Elisa Carrió, a quien quiere como candidata a diputada nacional por la Ciudad. La historia comenzó con una cena de camaradería que -como contara en exclusiva Letra P- fue organizada por Fabián “Pepín” Rodríguez Simón, siguió con apoyos explícitos de Larreta a proyectos de ley de los lilitos y un aval para que un hombre de de la legisladora ingrese a un organismo porteño. Este fin de semana terminó de cristalizarse con una recorrida por Recoleta junto a Paula Oliveto, Maximiliano Ferraro y Maricel Etchecoin Moro, dirigentes de máxima confianza de la chaqueña.
La foto y la actividad se gestaron hace semanas y tenían un objetivo claro: dar una señal del acuerdo que se está tejiendo en la Ciudad de cara a las elecciones de medio término. Antes de la recorrida y charla con vecinos, macristas y lilitos tomaron un café en La Farola de Avenida Santa Fe. Además de Larreta, los diputados porteños y la secretaria General de la CC, participaron por el PRO el vicejefe de Gobierno, Diego César Santilli, la vicepresidenta primera de la Legislatura, Carmen Polledo, el jefe bloque PRO, Francisco Quintana, y el secretario General de la Ciudad, Fernando Straface, uno de los funcionarios a quien más escucha el jefe de Gobierno.
En la breve reunión previa se evitó hablar de las listas y se puntualizó sobre temas de gestión y el vínculo entre ambos espacios en la Legislatura. Sin embargo, el PRO volvió a insistir con la intención de ver a la diputada jugando en el distrito y los cívicos evadieron la respuesta pero entregaron un mensaje: Carrió quiere discutir mano a mano con Larreta el plan anti piquetes que elabora el Ministerio de Justicia y Seguridad porteño. Esa cartera la conduce Martín Ocampo, hombre de confianza de Daniel Angelici, blanco de las más feroces críticas de la chaqueña.
En la Coalición Cívica entienden que atraviesan “el mejor momento”, insisten en que “privilegian” Cambiemos y adelantan que Carrió definirá su futuro político luego de Semana Santa, cuando lo discutirá con su partido y luego en privado con Macri. De todas formas, admiten que las opciones son tres: Ciudad, provincia de Buenos Aires o convertirse en “gran electora” y acompañar a los candidatos de la alianza gobernante. A excepción de Jorge Macri, a quien ya vetó en público y en privado.
Lousteau no piensa mostrar sus cartas hasta fines de abril o principios de mayo, a la espera de movimientos de Carrió y de Larreta. Ante rumores que indicaban que evitaría enfrentar a Carrió, instruyó a su mano derecha en la embajada y en su armado político, Guillermo Laje,que les haga saber a macristas y lilitos que competirá sin importar quién esté en frente. Esta semana, a raíz de una millonaria compra de armas a Estados Unidos, el funcionario nacional quedó en el ojo de la tormenta y fue denunciado penalmente junto al presidente, el ministro de Defensa, Julio Martínez, y los diputados nacionales del PRO Eduardo Amadeo y Luciano Laspina.