Elecciones 2017

En el centro de la escena porteña, Lousteau espera que muevan Carrió y Larreta

El embajador de Macri en EE.UU. se sacó una foto con Massa, que siempre lo quiso en su equipo, pero sigue de cerca a la chaqueña. Todos lo miran, pero aún no decide si bajar en 2017 o esperar a 2019.

Los tres puntos que separaron a Martín Lousteau de Horacio Rodríguez Larreta en el ballotage por la Jefatura de Gobierno de la Ciudad en 2015 lo entusiasman hasta la actualidad: está convencido de que su futuro es en el distrito porteño pero aún no logra dilucidar si su regreso será en dos años o en cuatro, como el propio presidente Mauricio Macri se animó a aventurarle cuando le confió la embajada argentina en Estados Unidos.

 

Mientras acumula fotos y diálogos con el jefe de Estado por su rol en el Gobierno nacional, el economista se ve compitiendo en la Ciudad de Buenos Aires, aunque todavía no determina si como opositor o como oficialista. La Unión Cívica Radical local, que comanda Emiliano Yacobitti y que le garantizó estructura en los comicios del año pasado, se le aferra y le aclara que un futuro acuerdo con el PRO debe ser “conversado” y “consensuado”.

 

El radicalismo porteño no es afín al armado de Cambiemos que, pese a las indisimulables tensiones, se replica en la Nación y en la provincia de Buenos Aires. Pero esta determinación no es de carácter ideológico, sino porque entienden que el macrismo de la Capital, particularmente Larreta, no está dispuesto a avanzar hacia una coalición de gobierno y sólo promueve una alianza electoral que se traduzca lisa y llanamente en un acuerdo parlamentario de convivencia en la Legislatura. El partido centenario busca discutir políticas de gobierno y nombres para un futuro gabinete, si es que en 2019 toma cuerpo la idea de Cambiemos en el bastión PRO.

 

Para eso, el oficialismo debe pasar el escollo de las elecciones de medio término, a las que pretende llegar más cerca que lejos de los radicales y la Coalición Cívica, que reclama más atención por parte del Gobierno. Ambos partidos son hoy opositores en la Ciudad, pero abrieron hace tiempo una ventana para avanzar hacia un entendimiento electoral de cara a 2017.

 

En el verano, Larreta se reunió con los diputados de esas agrupaciones, pero la idea no prosperó. Los dirigidos por Elisa Carrió esperan una señal en torno a si efectivamente se medirá en la provincia o si volverá a competir en la Ciudad y el ex ministro de Economía mira de cerca esta decisión también. Si Lilita decide competir en la Capital el año próximo, el panorama podría tornarse complejo para Lousteau, que evitaría enfrentarla en las urnas.

 

En paralelo, sus diputados, agrupados en el bloque SUMA +, esperan también una señal concreta, ya que la última vez que se vieron no se habló de fechas, sino de “escenarios posibles”.

 

Días atrás los reunió en el Consejo Económico y Social, que conduce Federico Saravia, y les marcó tres “escenarios posibles”: ir con lista propia por afuera con su nombre en el tope de la lista de diputados nacionales por la Ciudad; competir con ese mismo esquema pero dentro de una interna general con el PRO o acordar y consensuar lista con el oficialismo y mantener su lugar en la embajada. De este último punto se desprende que sería posible si llevase como condición su regreso en 2019 para apostar por el premio mayor, que es la alcaldía. No obstante, el economista no dio precisiones.

 

Lousteau planteó el abanico de posibilidades en caso de querer mantener su posición opositora y continuar pegado a la UCR, aunque sigue de cerca y espera los futuros pasos de Larreta, que ya puso en movimiento a ministros y legisladores de su riñón para acercar posiciones con los boinas blancas porteños y los lilitos.

 

DAME UN LIMÓN. El economista sabe que es una amenaza para el macrismo en la Ciudad, pero mantiene su decisión en suspenso. Mientras tanto, se divierte y se deja fotografiar bebiendo limonada con Sergio Massa en ocasión de la Convención Demócrata que consagró a Hilary Clinton como la primera mujer que será candidata a presidenta de Estados Unidos.

 

El líder del Frente Renovador lo quiso en su armado y lo tentó durante el verano de 2015, cuando “Guga” empezaba a reunirse con los radicales y Graciela Ocaña para formar ECO, una alianza que se construyó sobre el fósil de la experiencia UNEN y en la que el PRO tuvo mucho que ver, a pesar de que luego se le convirtió en una espada de Damocles.

 

El tigrense no está pensando en la Ciudad y sus diversos dirigentes tratan de amigarse para organizar internamente el espacio, pero el ex jefe de Gabinete tiene algo que en el futuro puede tentar al economista: estructura y proyección nacional para traccionar una boleta porteña. Por ahora, ocupa su tiempo en consolidar su ligazón con Margarita Stolbizer y forjar un acuerdo nacional amplio entre sectores del Frente Renovador y la centroizquierda, que podría imitarse en la provincia y en la Ciudad. Al menos eso piensan los peronistas renovadores, que recuerdan que en 2015 el embajador y la jefa del GEN se elogiaron mutuamente en plena campaña.

 

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