Deuda con el FMI: Daniel Kostzer, el economista que propuso negociarla en el Club de París.
El peronismo piensa qué hacer con la deuda con el FMI si le toca gobernar después de Javier Milei. El kirchnerismo desempolvó una propuesta de Daniel Kostzer: pagar lo máximo que hubiera correspondido recibir de acuerdo con la cuota del país (unos u$s 20.000 millones) y negociar el resto por afuera del Fondo, con el Club de París.
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Kostzer es un economista de larga trayectoria que fue director del Banco Mundial en los últimos años del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y actualmente reside en Bruselas.
Economista jefe de la Confederación Sindical Internacional, habló con Letra P sobre una propuesta que acercó, en 2021, al equipo del ex ministro de Economía Martín Guzmán y que, como contó este medio, el kirchnerismo retomó.
La deuda eterna
-¿Qué espacio hay para negociar la deuda con el FMI por afuera del organismo?
-Nos atenemos a la imposibilidad de servir la deuda y a cuestiones jurídicas. Imposibilidad no sólo por cómo está planteada, sino conforme a los reglamentos actuales del Fondo. Hay riesgos de incumplimiento, que, además, se trasladan al resto de la deuda argentina, porque ajustarse para cumplir con el FMI implicaría dejar de atender a los acreedores privados con los que se negoció en 2021. Esta imposibilidad fáctica de servir la deuda abre el camino para explorar otras opciones.
-¿Cuáles son las cuestiones jurídicas?
-El factor legal es el acuerdo de la ONU de 2015 sobre las reestructuraciones de deudas soberanas. Este acuerdo tiene nueve puntos sobre las condiciones para negociar. Tiene que haber buena fe, sin asfixiar al acreedor, partiendo de la base de que los países no quiebran. Sobre estos principios se puede plantear una instancia institucional distinta.
El FMI y el Club de París
-¿Por qué cree que esa instancia puede ser el Club de París?
-En la propuesta original, hablo del Club de París porque ofrece una serie de condiciones que no existen en otros ámbitos de negociación. El primero es que estos países están sentados en el directorio del FMI, tienen el 70% de los votos del Fondo y estuvieron sentados cuando les dieron los créditos a los gobiernos de Mauricio Macri y de Milei. Por esto se podría encarar una negociación sin las condicionalidades que impone el Fondo. Por ejemplo, veo difícil que el FMI permita pagar la deuda en función al aumento de las exportaciones. En cambio, el Club de París no tiene la rigidez que tiene el Fondo.
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Deuda con el FMI: Daniel Kostzer, el economista que propuso negociar en el Club de París.
-Si estos países integran el directorio del Fondo, ¿por qué podrían definir algo distinto a lo que suele negociarse con el FMI?
-La excusa es que los estatutos del Fondo no permiten determinadas cuestiones. Esto quedaría superado si la negociación se hace en el contexto del Club de París, que condonó deudas de Cuba e Irak, por ejemplo, e hizo ciento y pico de arreglos. El debut del Club de París fue con Argentina, en 1956, para darle apoyo a la autodenominada Revolución Libertadora.
Donald Trump, la UE y las oportunidades que se abren
-Pero, al avanzar por esta vía, ¿los países del Club de París no descalificarían a sus propios directores dentro del Fondo?
-Es una forma de verlo, pero pasaría lo mismo en cualquier otro ámbito de negociación, ajeno al FMI. Posiblemente ya ha pasado suficiente tiempo con el crédito que tomó Macri para que asuman que ha sido un error. Por otro lado, actualmente estamos en medio de una geopolítica complicada. Donald Trump le impone tarifas a la Unión Europea, en una decisión muy cuestionada que no se sabe cómo va a terminar.
A mí me pareció oportuno plantear esto en la época del Covid, contra el crédito que tomó Macri. Creo que las tensiones geopolíticas de la actualidad posiblemente se profundicen, por ejemplo, con la intención de Canadá y de Francia de reconocer al estado de Palestina para avanzar en la solución de dos Estados. Con el tema de los aranceles, creo que estamos en una situación en la que la UE puede tener una visión de bloque en algunos temas importantes pero no centrales para el día a día de su política que nos puede resultar favorable.
Kristalina Georgieva, de Francisco a Sturzenegger
-¿Es posible que Argentina se siente en una mesa por arriba de organismos multilaterales como el Fondo?
-Bueno, no soy especialista en temas diplomáticos, pero debería explorarse en embajadas o con referentes que puedan ser más simpáticos con la propuesta argentina y la necesidad de solucionar la deuda. Se debe hacer carne que Argentina no puede pagar, que esto no se puede pagar. Creo que el argumento para negociar de esta forma es la imposibilidad para pagar.
Estamos lejos de la cabeza de los funcionarios de Finanzas de Europa. Pero, si se muestran los resultados, el profundo deterioro de la economía argentina desde 2015 y, en particular, desde 2018, con una situación que empeora independientemente del Covid y de la guerra en Ucrania, con empresas que quiebran, y que este acuerdo obliga a una política cambiaria, monetaria, crediticia y de ingresos que impone grandes restricciones al crecimiento del país…
-Dijo que comenzó a pensar esta alternativa durante la pandemia. Se la hizo llegar al ministro Guzmán cuando él negociaba. ¿Por qué cree que no prosperó?
Y eso nos hizo pensar que había un nuevo Fondo. Porque, además, ella se encargaba de predicar públicamente que había un nuevo Fondo, con la promesa de redistribución de nuevos DEG, que se asignaron de manera proporcional a las tenencias de acciones, pero que podían redistribuirse de manera voluntaria para favorecer a los países más endeudados. Pero Georgieva fue la primera que se colgó la motosierra en la solapa y lo llevó a Federico Sturzenegger como asesor.