El gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, imprimió una alta dosis de pragmatismo a su relación con el Gobierno, que fueron desde el apoyo al Pacto de Mayo reclamado por Javier Milei hasta la exhibición con su par bonaerense Axel Kicillof, pasando por la concurrencia al Congreso este miércoles a defender leyes a pedido de Patricia Bullrich.
La estrategia ondulante, de acuerdo a los temas y las necesidades circunstanciales, lo llevaron a marcar sus diferencias con el Gobierno nacional en materia de fondos que llegan al interior –por ejemplo, universidades y transporte– o en la letra chica de leyes que el mandatario provincial, cree, pueden atentar contra la producción santafesina.
Pullaro es, desde hace semanas, unas de las voces que se muestra a favor del deseo presidencial de cerrar un acuerdo con los gobernadores.
El viernes, sentado incluso a Kicillof, uno de los líderes de la oposición, ponderó el llamado para lograr una concertación nacional. “La Argentina está como está porque los que tenemos miradas distintas perdimos la capacidad de dialogar. A pesar de pensar distinto, estamos dispuestos a escucharnos”, destacó.
Acompañamiento a Javier Milei con disidencias
Más allá de su respaldo al llamado de Milei, el radical viene marcando que será necesario sumar puntos para dar el aval definitivo al pacto entre presidencia y los gobiernos provinciales. Por caso, citó la necesidad de avanzar en definiciones para el sector productivo y habló del financiamiento de la educación.
Pullaro exige, por ejemplo, la restitución del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID). Se trata de una partida que permitiría afrontar una parte del salario de los docentes.
También reclamó por el financiamiento a las universidades nacionales que funcionan en Santa Fe: la de Rosario, la de Rafaela y la del Litoral.
Este lunes volvió sobre la cuestión al marcar que a la Universidad de Buenos Aires se le destinaban aumentos de 270% en las partidas para gastos de funcionamiento contra 105% para las del interior del país. Su posición fue un tono más abajo que la semana anterior, cuando dijo estar molesto por la decisión del Gobierno, al que describió como "centralista, unitario y porteñocéntrico".
También subrayó sus disidencias con los subsidios para el transporte público: mientras que al AMBA le aportarán en el primer semestre 332 mil millones de pesos en subsidios, Santa Fe no recibirá nada.
“El federalismo nos va a permitir salir adelante. La discriminación respecto al envío del subsidio compuesto por un fondo que sostenemos entre todos es un error incomprensible del gobierno nacional, que repite el esquema del gobierno de Alberto Fernández y Cristina Kirchner”, se quejó.
Para reforzar con datos técnicos la voz del gobernador, la Casa Gris organizó una conferencia de prensa este lunes a la mañana con funcionarias del área de Transporte para exponer los números de los recursos que "se lleva" la Nación de Santa Fe (27.000 millones) y los que devuelve (4.700 millones). Con especial hincapié en la recaudación del impuesto a los combustibles, que no se coparticipa y a partir de la eliminación del Fondo de Sustentabilidad del Transporte al Interior, que se financiaba con esa recaudación, tampoco retorna nada de su recaudación en alza, que en mayo llegó a 14.000 millones.
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El gobierno provincial convocó a conferencia de prensa con Renata Ghilotti y Mónica Alvarado para mostrar números.
Con Axel Kicillof, una alianza por seguridad y algo más
Pullaro tiene una sintonía con el gobernador bonaerense que fue afinando desde finales de enero. Cuando se desató la crisis por la inseguridad en Rosario –a principios de marzo, con el homicidio de dos taxistas, un chofer de colectivos y un playero– Kicillof dispuso la entrega de móviles para patrullar las calles y terminó cediéndole 80 patrulleros.
Unos días después firmaron un convenio de cooperación conjunto en el tema seguridad y el viernes pasado volvieron a encontrarse en Rosario para ampliar esos acuerdos. La idea, entre tantas otras, es ajustar la información y la inteligencia criminal en función de la frontera común y la lucha contra bandas narcocrominales.
La relación entre ambos excede, sin embargo, los asuntos de la seguridad. Ya en la muestra Expoagro, y ante la motosierra que aplicaba Milei, empezaron a través de sus equipos de trabajo a explorar posibilidades de financiamiento conjunto.
La cercanía con el exministro de Economía del kirchnerismo provocó que este fin de semana el presidente Milei cargara contra Pullaro.
“Tal vez les gusta sacarse fotos entre ellos, pero bueno... si les gusta abrazarse con salvavidas de plomo...”, reflexionó el presidente desde España, en referencia a los encuentros que tanto Pullaro como el chubutense Ignacio Torres mantuvieron con Kicillof.
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Axel Kicillof y Maximiliano Pullaro.
Respaldo a las políticas de Patricia Bullrich
En su línea de pragmatismo, Pullaro acudirá al Congreso de la Nación a pedido de la ministra Patricia Bullrich, quien promueve un paquete de leyes, entre ellas la ley antimafia, que el miércoles se discutirá en comisión.
Bullrich le pidió a Pullaro que fuera a la comisión de Seguridad Interior de la Cámara de Diputados a defender el proyecto que envió el Ejecutivo, con el que el santafesino estuvo de acuerdo desde el principio. Esa iniciativa recoge las antecedentes normativos de Estados Unidos con la conocida como ley RICO, del gobierno de Nayib Bukele en El Salvador para combatir las maras y especialmente de Italia para enfrentar a la mafia.
La ley antimafia implica que aquellos que cometen distintos tipos de delitos encadenados para el objetivo que tiene una organización criminal, van a tener una pena que ya no será la pena individual, sino la pena por pertenecer a esa organización mafiosa. La pena por el delito más grave que le correspondería a quien cometió el hecho se va a aplicar a todos los miembros de la organización.
Desatada la crisis por los asesinatos de trabajadores, Pullaro logró el involucramiento directo del gobierno nacional, que bajó fuerzas federales y puso en marcho el sistema acusatorio en la Justicia penal, además de la conformación de un comité de crisis que trabaja en conjunto.