El excandidato a presidente Sergio Massa elige el momento de su regreso a la escena política en la estratégica provincia de Buenos Aires de la mano del Frente Renovador. Sin embargo, sus planes de rearmado tienen un carácter federal. Córdoba asoma como una de sus prioridades, y en particular, la productiva ciudad de Río Cuarto.
Recreando una agenda productivista que ha operado como nomenclador del cordobesismo, pero sin intenciones de prodigar roces en las disputas que ya burbujean en el peronismo vernáculo, Massa mantiene su voluntad de consolidar una estructura formal para el Frente Renovador en la provincia mediterránea.
Los tres próximos meses resultarán cruciales para tal cometido, ya sometido a sucesivas prórrogas. En el calendario que comparte el massismo aparecen remarcados tres eventos que operarán como constatación empírica, acaso final, de las chances de construcción en la tierra que más ha repelido al kirchnerismo, sus alianzas y sus sociedades políticas.
A ese mismo electorado, la tropa del exministro de Economía ofrecerá un perfil marcadamente opositor a Javier Milei. Aunque no olviden que hace sólo 10 meses, en el ballotage presidencial, ocho de cada 10 cordobeses eligieron al libertario por sobre Massa, su dirigencia confía en que el impacto de la recesión ha cambiado la percepción general. “Sergio tenía razón”, repiten aún como adagio.
A Río Cuarto
Todas las movidas del Frente Renovador se encausarán a través de la Fundación Encuentro, el laboratorio de investigación y análisis que sirve como soporte de los proyectos de gestión que promueven sus dirigentes.
Río Cuarto será el lugar elegido para la primera puntada de este trayecto. En la capital alterna de la provincia el massismo procurará dotar de formalidad al trabajo que, con vaivenes, llevan adelante la voluntariosa dirigencia.
Una parte de la tropa mantienen vínculos con Adriana Nazario, la excandidata que desafió a Juan Manuel Llamosas, hombre fuerte de Llaryora en el sur, en las elecciones para intendente de la ciudad. Por especulaciones electorales, el apoyo de aquellos permaneció bajo superficie. Sin urgencias de coyuntura, las ligazones podrían quedar expuestas.
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Sergio Massa, junto a Adriana Nazario, en una gira de campaña nacional por Río Cuarto.
Fuente: X
Otra pata forma parte de grupos que recelan del armado del Partido Cordobés. Como ocurre en la capital, hay voces que se sienten desplazadas de un proyecto que incluye a muchos exrivales. Tal desconfianza crece junto a los reproches a una gestión que aún no los enamora.
Sin distinción de antigüedad, los jugadores del massismo trabajan con la producción industrial del agro como eje ordenador. Interlocutor predilecto del cordobesismo, el sector agroindustrial ha encabezado reclamos contra las administraciones nacionales de las que el tigrense ha sido funcionario.
El izamiento de esta bandera responde a una idea concreta: ajustar las discusiones a la realidad económica de cada región. La falta de “regionalización” sigue siendo una de las principales falencias que se achaca a los años K.
La ventana de "la Rural"
Los armadores del Frente Renovador pretenden aprovechar la dinámica que se genera en torno a la Expo Rural, evento insignia para el campo cordobés.
La 90° edición se llevará a cabo entre el 4 y el 8 de septiembre en el predio de la Sociedad Rural de Río Cuarto. Descontada la presencia de Llaryora y su equipo, se espera también la confirmación del presidente Milei, quien ya visitara la ciudad autopercibida imperio en distintas ocasiones.
Nadie espera ver a Massa en el palco de honor. El massismo tiene un objetivo módico: participar de las charlas y exposiciones que se realicen, en toda la zona, en el marco de la Expo. Idealmente, plasmar allí los análisis elaborados en la Fundación Encuentro.
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La dirigencia de Frente Renovador de Córdoba tuvo su mano a mano con Sergio Massa en Buenos Aires.
Los nombres ofrecidos como interlocutores son dos conocidos del sector: Juan José Bahillo, exsecretario de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación; y Juan Manuel Fernández Arocena, exjefe de Gabinete de esa cartera. A ellos podría sumarse otro dirigente de peso propio, el vasco José Ignacio de Mendiguren, extitular de la Unión Industrial Argentina y exministro de Producción.
“Tenemos que participar de lo que allí se genere. La discusión no es ideológica ya. Hay que ser pragmáticos y ofrecer soluciones para el sector. Sergio tiene muy claro eso”, repiten voces mediterráneas.
Rumbo a Córdoba
La experiencia en tierra hostil puede marcar la tónica del primer congreso que el Frente Renovador, que se realizará la segunda semana de septiembre en la ciudad de Córdoba.
Presentado como un encuentro para la formación técnica de cuadros, con presencia de encumbradas referencias nacionales, permitirá también revalidar las credenciales de dirigentes que se mantienen firmes en el trajín territorial, como Agustín González, intendente de Cruz Alta; la exlegisladora Tania Kyshakevych; el dirigente gremial Juan Monserrat y el exfuncionario provincial Javier Taborda.
A ese grupo se suma también el empresario Gustavo Gómez, gerente general de Blangino, histórica empresa dedicada a la construcción y venta de mosaicos, baldosas y losetas, la más grande del rubro.
Alrededor de Gómez se tejen expectativas. Además de un interlocutor idóneo para dialogar con el sector industrial, funge como extensión de la familia Blangino, cuyos integrantes intentan mantener un equilibrio entre las demandas del peronismo cordobés (Juan José Blangino fue legislador provincial por Hacemos Unidos por Córdoba) y las ofertas del massismo.
Como contara hace un año Letra P, la visita del entonces candidato a presidente a dicha fábrica motivó disputas impensables entre compañeros.
Distintos a Martín Llaryora
El álgido trimestre del FR cerrará con una (también postergada) visita del exintendente de Tigre a la capital provincial. Previsto para octubre, aún sin fecha precisa, el viaje se concretará con la presentación de “Querer un país”, libro en que narra su experiencia como ministro de Economía del gobierno del Frente de Todos.
Aunque se descuenta la realización de encuentros por fuera de dicha actividad, por el momento, el massismo cordobés se cuida de adelantar más detalles. A la habitual cautela para evitar filtraciones se suma el cuidado de no generar oleaje en el ya picado peronismo cordobés.
“No somos Llaryora. Somos diferentes. Pero nuestro diálogo es con todos los sectores. Hay que reunificar al peronismo”, remarcan voceros locales.