Sergio Massa“celebró” en Córdoba en modo rockstar su primer año al frente del Ministerio de Economía. En rodeo muy ajeno, el ministro-candidato de Unión por la Patria (UP) hizo pie este jueves en el reducto más difícil para el peronismo fuera de la Capital Federal. Como casi siempre ocurre cada vez que una figura oficialista llega a la indómita provincia mediterránea, la guardia estuvo alta, pero con constantes guiños a la figura del fallecido exgobernador José Manuel de la Sota y al gobernador electo Martín Llaryora.
En plan zen, también hubo algún elogio al gobernador Juan Schiaretti: destacó su “interesante” visión a largo plazo en referencia a la construcción de los gasoductos provinciales que serán reversionados antes de fin de año para trasladar gas de Vaca Muerta.
Claro y sencillo. Massa sabe que no sirve entrar con los tapones de punta en Córdoba. “Este estado de situación sirve. No hay que contestar tanto”, indicaron operadores massistas cordobeses. Saben que después de las PASO y en una eventual segunda vuelta se tornará necesario pescar en el estanque mediterráneo. Mejor hacerlo en aguas calmas.
Con picardía, Massa sentó una leve posición respecto de la segunda época del cordobesismo, que tendrá a Llaryora como principal referente. “Sé que será un gran gobernador… si me toca ser presidente, me sentaré con él a trabajar por la agenda que los cordobeses necesitan", expresó. Algo similar ocurrió dijo de Daniel Passerini, intendente electo de la capital provincial.
Más allá de la relación que Letra P reveló que los une desde mediados de los 90, el titular del Frente Renovador metió una pequeña cuña en la transición que se viene en Córdoba. “Hay mucho trabajo en el interior. Después de las PASO se va a notar”, aseguran quienes trabajan en el justicialismo provincial por la boleta de UP. El hilo conductor cada vez más a la vista es De la Sota.
Aunque no lo veamos…
La figura del exgobernador, con quien compartió una interna presidencial en 2015, estuvo muy presente en el tour. “Descalificar al otro no es parte de mi estilo. En eso aprendí mucho de De la Sota, que más que descalificar, proponía”, lanzó para que la grey delasotista se frotara las manos. Figuras como Carlos Caserio, vicepresidente del Banco Nación, y el presidente de la Casa de la Moneda, Ángel Elletore, ex ministro de Finanzas del “Gallego”, son parte de ese link. Más abajo, dicen, la cantidad de nombres aumenta. “Estamos donde tenemos que estar”, sostienen en ese grupo, que poco hace para ocultar las diferencias con Schiaretti. Sin embargo, como se dice en Córdoba, es mejor “no hacer mucha carpa” o levantar la perdiz.
La matrix discursiva del ministro-candidato se terminó de completar cuando Massa, durante el picante diálogo con Miguel Clariá en Cadena 3, dijo que Llaryora “es lo más parecido a De la Sota”. “La noche que Martín ganó, inició una nueva etapa junto a legisladores jóvenes que aparecen como una nueva referencia para la provincia”, y ratificó que con el sanfrancisqueño se abrirá, en caso de ser presidente, una nueva etapa en la tormentosa relación con la tierra del fernet y los criollitos. Pituquitos y algo más.
Picante y full picado
En menos de 300 kilómetros, la figura de Massa se repartió en una cena con representantes del movimiento obrero local, donde estuvieron figuras de las dos CGT y la CTA y la visita a la fábrica de mosaicos Blangino en Monte Cristo, propiedad de la familia de Juan José Blangino, legislador de Hacemos Unidos por Córdoba. Touché.
El tour incluyó una recorrida por Río Cuarto, la patria chica de De la Sota, y un encuentro institucional con autoridades locales en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). Asterisco: para mañana se espera que Horacio Rodríguez Larreta cumpla el mismo ritual por los claustros.
Además de defender la educación universitaria “pública y gratuita”, recibió un reconocimiento de parte de un grupo de militantes kirchneristas al canto de “boleta completa”. La ligazón tiene que ver con la idea que promueven algunos intendentes de apoyar a Massa en el tramo presidencial y al cordobesismo en Diputados.
De fondo se escuchaban algunas consignas en contra del ministro enarboladas por agrupaciones de izquierda, que llegaron a la puerta del nuevo rectorado a reclamar contra “el ajuste y la pobreza”.
Después llegó el turno de Montecristo, Río Cuarto y la promesa de volver antes de fin de mes, pero en modo ministro.