Sergio Massa está activo. El exministro de Economía reunió a un grupo 13 legisladores y legisladoras de distintos puntos del país, pertenecientes al Frente Renovador y a líneas aliadas del peronismo, para analizar en detalle el impacto del Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) que anunció el presidente Javier Milei. Para la organización del cónclave, el tigrense usó como paraguas a la Fundación Encuentro, el think tank que recuperó tras la derrota electoral en el ballotage.
El cónclave, que se llevó a cabo en las oficinas de la fundación, sobre la avenida Libertador en el barrio porteño de Retiro, tuvo como principal planteo la discusión del megadecreto y, con Massa al comando, la opinión fue terminante: “No se puede retroceder a la autocracia”, le confió uno de los presentes a Letra P.
Massa, que bajó el perfil desde el 10 de diciembre, había reaparecido públicamente el domingo durante las elecciones del club Tigre. Ahora retoma la senda y se pone al frente de una movida política tras el cimbronazo del DNU de Milei, aunque no del conjunto del peronismo: solo del Frente Renovador y algunas figuras aliadas y amigas.
Las sorpresas
El grueso de las presencias integra las filas del Frente Renovador, pero sorprendió la asistencia de dos diputados: el exgobernador de Entre Ríos Gustavo Bordet y el oriundo de Santa Fe, aliado del exmandatario Omar Perotti, Roberto Mirabella. Casualmente, el rafaelino fue uno de los que motorizó el armado de un nuevo bloque peronista en el Congreso, alejado de paternidades nacionales y con un anclaje en las realidades provinciales.
Bordet, por su parte, se jugó a fuego por Massa durante la campaña. Abrazó al excandidato de Unión por la Patria, lo paseó y levantó por todo Entre Ríos. Ahora, desde el Congreso, está en un modo similar al de Mirabella: buscando su lugar en el mundo.
En el entorno del entrerriano mostraron entusiasmo con la actitud de Massa. En tiempos de peronismo fragmentado, sin liderazgos visibles, el PJ de la provincia mesopotámica ve viable que el exministro de Economía lidere un proceso de unidad interna.
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La ubicación de ambos en la mesa no parece azarosa: le cuidan los laterales a Massa. No obstante, una referencia renovadora le confió a este medio que la presencia del dúo litoraleño no se debe a su incorporación a las filas del sector ni mucho menos, sino que obedece a las implicancias del DNU y al “daño” que provoca en las provincias.
Además de Bordet y Mirabella, dieron el presente Mónica Litza, Guillermo Michel, Micaela Morán, Marcela Passo, Daniel Arroyo, Ramiro Gutiérrez, Tanya Bertoldi, Diego Giuliano, Sabrina Selva, más la exsecretaria de Minería, la catamarqueña Fernanda Ávila, y el diputado tucumano Pablo Yedlin, quienes se sumaron de manera virtual. Dicho grupo, en mayor o menor grado, ya integraba el anillo de confianza de Massa o representa a aliados del excandidato. Es el caso de la diputada peronista Bertoldi, aliada en Neuquén al gobernador Rolando Figueroa, que marcó su apoyo al líder del Frente Renovador en el ballotage.
Rechazo total a las medidas
En el cónclave se analizó que el incremento de la presión fiscal de todo el paquete de medidas se proyecta en 2,36% del PBI, lo que implica una mayor carga tributaria para la clase trabajadora, jubilados, monotributistas pero también para las pymes, las economías regionales y la industria. Asimismo, se analizó cómo se distribuye esta recaudación, entendiendo que el paquete genera asimetrías con las provincias, porque sólo el 20% se distribuye en los distritos y el 80% queda para la caja del tesoro nacional.
“El DNU le asesta un golpe muy duro al federalismo”, le aseguró a Letra P el santafesino Giuliano, persona de extrema confianza de Massa. En ese sentido, el exministro de Transporte mostró especial preocupación por la afectación a la industria aceitera en Santa Fe, porque llevará a la “primarización total del sistema”.