A dos semanas del plazo para la presentación de las alianzas que competirán en las elecciones municipales de Río Cuarto, las fuerzas transitan lugares comunes de los comicios. En el peronismo toma velocidad el tráfico de encuestas y la UCR, que puso la cabeza a la fórmula de Juntos por el Cambio, mantiene un silencio tan conveniente como sintomático.
Las adiciones resultarán clave para una competencia que arranca sin nítidos favoritismos. El PJ, que espera hilvanar un histórico tercer triunfo en una ciudad considerada bastión radical por décadas, dividirá votos entre Guillermo de Rivas, ungido como sucesor por el intendente Juan Manuel Llamosas, y la retadora Adriana Nazario, que apela al corazón delasotista mientras scoutea entre los disconformes con ocho años de oficialismo.
Atento a la posibilidad que brinda la división peronista, Gonzalo Parodi confía en retener el grueso de los apoyos cambiemistas. En simultáneo, respira ante las dificultades de los dirigentes libertarios para conformar una opción atractiva, la vía de escape que oteaban potenciales tránsfugas.
Cada postulante espera llegar allí con la mayor cantidad de pines, peronistas o no. Para ello, pragmática pura, debe mostrarse como el líder en intención de voto. Especialmente De Rivas, quien arrancó desde atrás en las mediciones previas a la confirmación de candidaturas.
Una encuesta realizada por la consultora Punto Doxa muestra al secretario de Gobierno con 20 puntos porcentuales, dos puntos arriba de Nazario y cinco encima de Parodi en un escenario de “voto seguro”. Las magras cifras se corresponden con una elevada proporción de indecisos: 25%.
Con proyección de indecisos, el oficialista se estiraría hasta 31 puntos, ampliando diferencias a siete y seis puntos, respectivamente, sobre la exdiputada y el concejal radical.
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Guillermo De Rivas, uno de los dos candidatos que presentará el peronismo para las elecciones en Río Cuarto.
Al cierre de esta semana, el llamosismo dio paso a una medición digital que coincide en asignar dos puntos de ventaja a su delfín sobre Nazario y siete ante Parodi. Fuentes oficiales, que adjudican el estudio a esferas del gobierno de Martín Llaryora, admiten la existencia de un “escenario abierto”, pero destacan la trayectoria ascendente que mantiene De Rivas.
La confianza de Nazario
Desde el comando nazarista mantienen una confianza que “no precisa de números”. Ante consultas, remarcan que desde hace años la contadora es la dirigente más conocida y con mejor imagen en la capital alterna de la provincia.
Su ilusión se nutre, no obstante, de algunas mediciones de confección artesanal. La última de ellas, adjudicada a “medios locales”, muestra a “la gringa” con 32 puntos, lejos de De Rivas, que llegaría a 18%, y Parodi, que alcanzaría 16%.
Las encuestas rigurosas, afirman, comenzarán desde la próxima semana, para incrementarse al momento del cierre de alianzas.
Hasta entonces, mantienen tendida una mesa de negociaciones a la que ya se ha sentado Yvon Tesio, tribuno de cuentas de la Municipalidad y exprecandidato a intendente por el partido PAÍS. De origen radical, su incorporación es señalada como indicio de acuerdos con dirigentes con pasado en el centenario partido.
Como contrapartida, los mismos armadores desestiman la existencia de vínculos que le enrostran sus competidores. Con énfasis, califican de “fake” la versión sobre un apoyo explícito de Sergio Massa y la existencia de un acuerdo con el Frente Patria Grande de Juan Grabois. “Nos quieren catalogar de K para perjudicarnos”, repiten a Letra P.
La oportunidad para la UCR
Desde el entorno de Gonzalo Parodi, candidato radical que encabezará la fórmula de JxC, preparan un acto de lanzamiento para los últimos días de abril, posiblemente el penúltimo fin de semana.
Según afirman a Letra P, se aprestan a una campaña de 60 días, de gran intensidad, en la que concentrarán las principales propuestas para la ciudad.
Mientras tanto, recurrentemente abordado por la solidez de Juntos por el Cambio, Parodi pide atender a la división del PJ como principal condición para las elecciones. “El problema lo tiene el peronismo que siempre intentó dividirnos y no lo logró. Sí logró su propia división”, chicanea.
No obstante, remarca que su propia coalición ya es “mucho más amplia” que la que presentara JxC en el 2020. Sobre tal afirmación destaca el apoyo orgánico de una UCR que no ha apuntalado aventuras independentistas como las que inspeccionó Gabriel Abrile.
También remarca el aval del PRO riocuartense, atravesado por tensiones de variado origen. A las controversias sobre la conveniencia de alianzas con La Libertad Avanza, que incluyeron cavilaciones sobre un ensayo riocuartense, se suman tironeos mediterráneos por la incorporación de dirigentes amarillos al gobierno provincial, imán del Partido Cordobés que proyecta el gobernador Llaryora.
Las fuerzas de Río Cuarto
El dirigente radical ya incluye en su formación a fuerzas locales como Riocuartenses Por la Ciudad, Respeto, Encuentro Vecinal y NOS, así como a muchas caras que vienen “por fuera de la política tradicional”.
La referencia a la externalidad del mundillo político ratifica la vigencia de los discursos que alientan renovaciones. También da cuenta de la necesidad de engrosar el armado ante un escenario de alta dispersión y un previsible “techo bajo” para la colecta de sufragios.
Las exiguas diferencias obligan a atender el juego de dos postulantes conocidos, el libertario y exfuncionario provincial Mario Lamberghini y el exconcejal Pablo Carrizo, extitular de Podemos, cualidades que perdiera tras ser condenado en una causa por violencia de género.
Aún con reservas, los principales candidatos sopesan la distancia que conviene guardar con ellos. Rechazos o adhesiones comienzan a cotizar en alza a menos de tres meses para la cita electoral.