Iñaki Gutiérrez -según trascendió este martes, desplazado de sus funciones de community manager del gobierno que conduce Javier Milei- encarna un pedacito menor, casi frívolo de una duda perturbadora: ¿qué tipo de genios alberga la leonera libertaria?
Según la Real Academia Española, un genio puede ser quien posee una "capacidad mental extraordinaria para crear o inventar cosas nuevas y admirables" o un "ser fabuloso con figura humana que interviene en cuentos y leyendas orientales", como el que sale de la lámpara cuando la frota Aladino, promete cumplir los deseos del chico y desaparece, se hace humo; o sea, un personaje de fábula, ficcional y efímero.
Como el Presidente, Iñaki -un Milei posadolescente, de raro peinado nuevo similar al del líder- emergió desde el mundo virtual de las redes sociales y la televisión con ínfulas de genio que se las sabe todas para darle clases magistrales de gobernanza a la casta idiota, ladrona y prebendaria que venía chocando el país.
Desde esa nada, Gutiérrez llegó al primer piso de Balcarce 50, pero su minuto de gloria duró lo que un genio fuera de la lámpara. Según Clarín, fue castigado por usar la cuenta de la Casa Rosada para retuitear un mensaje de fin de año que había posteado en su cuenta personal. Le sacaron el celular, como a los chicos -al cierre de esta nota, el influencer llevaba cinco días limpio de Twitter-.
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Otra vez: Iñaki es un tema menor, casi frívolo, aunque su imagen se va oscureciendo conforme se la amplía.
El ex-CM es la tercera pieza del equipo de comunicación del gobierno ultraderechista que cae antes de que la administración Milei haya cumplido un mes. Primero renunció Eduardo Roust, un segundo de la Secretaría de Medios que ni siquiera había sido designado; después se fue la uno de esa oficina, la totocaputista Belén Stettler. Sebastián Iñurrieta cuenta el culebrón con lujo de detalles en una nota publicada este domingo en la que hace la pregunta del millon: ¿Milei es o se hace?
El match de improvisación que ofrece el Gobierno había comenzado antes de su asunción, cuando la caótica formación del gabinete fue dejando un tendal de gestiones que nunca pudieron empezar porque sus responsables saltaban por la borda antes de que el barco llegara al puerto del 10D.
A por todo
No se le puede negar iniciativa, a Milei. Con el decretazo sin necesidad ni urgencia y la ley ómnibus que envió al Congreso, su gobierno arrancó como para llevarse el país por delante, con destino incierto. El problema es la factibilidad política de sus iniciativas fundacionales, dos bodoques cargados de toneladas de ilegalidades y arbitrariedades que, además, desmienten el eslogan medular de la campaña libertaria, aquel que prometía un ajuste que pagaría la casta. El DNU está malherido: este miércoles, la Justicia puso en el congelador los artículos que pretenden modificar la legislación laboral.
Frente a las advertencias de media biblioteca que explicaba la performance inciática del gobierno libertario en la temeridad, la emoción violenta y el amateurismo de un mesiánico que se cree elegido por las fuerzas del cielo para quebrar la historia, otra mitad salió a sugerir que quizá el país estuviera en presencia de un genio estratega con capacidades mentales extraordinarias para forzar transformaciones radicales soltando lastres fríamente calculados, sin dar ninguna puntada sin hilo y, a la pasada, exhibiendo ante la leonera hambrienta las miserias de la casta idota, ladrona y prebendaria.
¿Será ese tipo de genio, Milei, o será apenas una ilusión, un ser fabuloso -"fantástico, irreal o imaginario"- surgido de cuentos y leyendas?
Ni de él ni de su círculo más cercano es posible saberlo. Ni Milei ni su hermana Karina ni el castigado Iñaki ni el jefe de Gabinete, Nicolás Posse; ni "el arquitecto" Santiago Caputo ni la canciller Diana Mondino tienen prehistoria en la política: antes de la Argentina toda, no habían gobernado ni un club de barrio.
Sí, en cambio, hay prehistoria -muy rica- de otras piezas clave del gabinete anticasta. Letra P hizo con esos legajos una saga de notas sobre los grandes éxitos del ministro de Economía, Toto Caputo; de la jefa de Seguridad, Patricia Bullrich; del cerebro del DNU, Federico Sturzenegger, y del procurador del Tesoro, Rodolfo Barra; una sucesión de hechos bochornosos que, como en Deportes en el recuerdo, terminaron en hecatombes. El drama de la Argentina es una tragedia que no deja de renovarse, como el público de Mirtha.
Maradona - El mejor gol del siglo relatado por Victor Hugo Morales
Arranca por la derecha el genio del fútbol mundial, dijo Víctor Hugo cuando Maradona, después de pisarla en la mitad de la cancha, encaró de frente a media Inglaterra con el arco y la gloria como únicos destinos posibles. Fue un golazo, el mejor de la historia. El gobierno de Milei también arrancó por la derecha -por la ultra-. Como Diego en aquella tarde del '86, también tiene a un país en vilo.