Las vacantes aún no cubiertas y más recursos para el Poder Judicial serán los temas que dominen la insólita reunión que tendrán Maximiliano Pullaro y la Corte Suprema de Justicia de Santa Fe. Las tres reformas -constitucional, judicial y previsional- probablemente no se toquen. "No se van a animar", creen en el gobierno provincial.
El espadeo entre el gobernador y los supremos adquirió ribetes insólitos cuando la Casa Gris dejó saber que concedería la audiencia pedida por los cortesanos y la fijó en un estrafalario lugar en la agenda: el próximo domingo a las 7.30 de la mañana. “Es el único tiempo libre que tenía Maxi, después tiene una recorrida por el norte”, justificaron en el entorno del gobernador. “Trabaja los domingos, no juega al golf”, sumaron, como para que la picardía quede clara.
El encuentro será en la Casa de Gobierno, en la ciudad capital. Al menos cinco de los seis cortesanos asistirán: solo Daniel Erbetta está en duda. La reunión tendrá lugar luego de una semana donde el vínculo del gobierno provincial con la Justicia de Santa Fe se tensó al máximo, con varios focos ígneos atravesados por el mar de fondo de la intención de Pullaro de correr a cinco de los seis supremos por exceder el máximo constitucional de edad.
La agenda de la reunión de Maximiliano Pullaro con la Corte
El principal tema que los cortesanos pondrán sobre la mesa será la cobertura de las vacantes que hay en los distintos juzgados de los fueros santafesinos. En ámbitos judiciales calculan que a fin de año serán noventa los cargos a cubrir. A principios de año, Pullaro le pidió al tribunal cimero que le diga cuáles son las vacantes más prioritarias para completarlas, pero no recibió como respuesta algo así como que todas son importantes.
La Corte se niega a confeccionar un orden de prioridad entre los cargos vacantes porque sería ceder ante la visión del gobernador, quien considera que la justicia es “cara e ineficiente”. “Esto no es una máquina de hacer chorizos, que faltan 70 cargos y vos los cubrís sin saber si tienen 100 o 2.000 causas”, llegó a decirle Pullaro a Letra P. En la Casa Gris sospechan que detrás de la presión por llenar los casilleros que ejerce el máximo tribunal existe un interés por allanar el camino a figuras amigas antes de que la mayoría de sus miembros se retiren. “Saben que están de salida”, dicen.
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La foto de los magistrados de la Justicia de Santa Fe, en pie de guerra contra Maximiliano Pullaro.
Seguramente, sobre la mesa estarán los pedidos para que se firmen los decretos de designaciones, ascensos y cesantías de empleados judiciales, frenados desde hace meses, y para que se habilite el presupuesto necesario que permita continuar con algunas obras que está encarando el Poder Judicial hace tiempo, como los tribunales de Santa Fe y Casilda o la morgue de Vera. Ante estos pedidos, Pullaro repetirá lo que ya dijo en público y solicitará más eficiencia en la gestión de los recursos. “Les va a pedir que sigan los esfuerzos que hace el Ejecutivo”, adelantó una fuente.
En la Casa Gris están convencidos de que el tema que más les importa a los supremos es la reforma previsional. El proyecto que envió el Ejecutivo a la Legislatura contempla una suba de los aportes que pagan los sueldos más altos del estado provincial -los de los jueces- y un tope más estricto al monto de las jubilaciones más altas -la de los magistrados retirados-.
Además, una cláusula transitoria obliga a aquellos empleados públicos que tienen los trámites jubilatorios terminados pero no pidieron el cese laboral aún a hacerlo antes de que se ponga en vigencia la reforma bajo pena de perder los beneficios del viejo sistema. Cuatro de los seis ministros de la Corte están en esa situación: Rafael Gutierrez, María Angélica Gastaldi, Eduardo Spuler y Mario Netri. Roberto Falistocco cumple con los requisitos, pero nunca inició el trámite.
Sin embargo, cerca de Pullaro están convencidos que los cortesanos “no se van a animar” a plantearle el tema previsional. “Los dejaría mal parados, quedaría como que vienen a discutir por el bolsillo de ellos”. Tampoco creen que los supremos se larguen a discutir la reforma constitucional, donde se planteará la posibilidad de sacarle el control de la caja del Poder Judicial a la Corte para dársela al Consejo de la Magistratura, ya con jerarquía constitucional.
Es improbable pero no imposible que se haga alguna mención a la intención del hughense de forzar la salida de cinco de los seis magistrados. El gobierno provincial continúa con las discretas gestiones, a cargo de los operadores más importantes de Unidos, para convencer a los supremos de retirarse sin conflictos, pero reconocen que no ven “generosidad, sentido común o apego a la ley” y agitan la posibilidad de correrlos por decreto. El único éxito de la Casa Gris en esta materia fue el de Mario Netri, que anunció su retiro para noviembre y le puso un plazo a la resolución del conflicto.
Los concursos que habilitó Maximiliano Pullaro
Como gesto de buena voluntad, el Consejo de la Magistratura presidido por el secretario de Justicia Santiago Mascheroni llamó a concurso el martes que pasó para cubrir dieciocho vacantes. Se trata de una medida que fue anunciada por el propio Mascheroni y por el ministro de Seguridad y Justicia Pablo Cococcioni en la reunión que tuvieron hace dos semanas con el máximo tribunal. Son los cargos que el Ejecutivo consideró urgentes luego de que la Corte se niegue a confeccionar un orden de prioridad.
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Pablo Cococcioni y Santiago Mascheroni, los enviados de Maximiliano Pullaro a la última reunión con la Corte.
Ninguna de las vacantes que la Casa Gris ya busca cubrir es de índole penal. El concurso busca magistrados para seis juzgados de distrito civil y comercial -dos en Rosario, dos en Santa Fe, uno en Reconquista y uno en Rafaela-; cuatro juzgados de distrito civil, comercial y laboral -San Javier, Casilda, San Cristóbal y Tostado-; dos juzgados de distrito de familia -Venado Tuerto y San Cristóbal-; cuatro juzgados de distrito en lo laboral -Esperanza, Reconquista, San Lorenzo y Venado Tuerto-; y dos juzgados de circuito -Coronda y Venado Tuerto-.
La reunión entre Cococcioni, Mascheroni y la Corte fue el último contacto público entre el tribunal cimero y la Casa Gris. A los supremos les quedó gusto a poco del encuentro, ya que solo hablaron de vacantes y cuestiones relacionadas a la política de seguridad. En el tintero les quedaron varios reclamos por recursos. Por eso es que habían convocado al ministro de Economía Pablo Olivares a una nueva reunión el último martes: el funcionario se vio obligado a rechazar el convite por ya tener agenda completa con el Santa Fe Business Forum.
La Justicia de Santa Fe se pinta para la guerra
La reunión entre el gobernador y los cortesanos se dará tras la semana más públicamente traumática en el vínculo. “Yo me voy a jubilar el día que yo quiera. El gobernador tiene un tiempo establecido. Mientras yo tenga buena conducta e idoneidad puedo continuar en mi cargo”, dijo el presidente del máximo tribunal, Rafael Gutierrez, en una entrevista a Radio Mitre Santa Fe. Es la primera vez que un supremo responde de manera tan vehemente en público a los intentos reformistas de la Casa Gris.
Los últimos días estuvieron signados por la foto de unos doscientos jueces en las escalinatas de los Tribunales de Rosario. La excusa fue un congreso de magistrados, pero en realidad querían dejar en claro su postura en contra del gobierno provincial, en línea con las razones que esgrimen en la Corte. “Hay un avance contra la independencia judicial”, clamaron. Aunque ningún supremo participó, en el ecosistema del gobernador están convencidos de que detrás de la movida está la mano del tribunal cimero.
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El presidente del tribunal cimero, Rafael Gutiérrez -uno de los cortesanos apuntados- y el gobernador Maximiliano Pullaro.
Apenas tuvo oportunidad, Pullaro cruzó a los jueces. “Se piensan que tienen coronita”, dijo, y avisó que va por sus “privilegios”. En el entorno del gobernador se reivindican como anticorporativos y hay hasta un cierto goce en tensionar con la estructura judicial anquilosada. Algunos memoriosos recordaron cuando, en una cena de magistrados a fines de 2007, se entonaron las estrofas de la canción “Resistiré” como mensaje al entrante gobierno de Hermes Binner. El pullarismo respondió en la misma clave musical: “Ese junco no va a seguir en pie”, avisaron.