LIBERTARIOS VS. FEDERALES

Por qué Stellantis se convirtió en un socio clave de Martín Llaryora en la guerra fría contra Javier Milei

En la antesala electoral, el gobernador agita una muestra del Modelo Córdoba. Luis Macario, Marcelo Urribari y Leonardo Destéfano, el nexo industrial.

Para Martín Llaryora, la fabricación de la pick-up Fiat Titano, un producto de la multinacional Stellantis, en el Polo Industrial de Córdoba, representa la mejor muestra posible, en un contexto repleto de complejidades, del proyecto de administración cordobesista con el que busca dar proyección nacional a su gestión.

Números en mano, marca también un contraste con la gestión libertaria, sin necesidad de enfrentamientos que le puedan granjear rechazos de un electorado que mantiene alta estima por el líder libertario.

En simultáneo, el mandatario mediterráneo puede presentar un anuncio de impacto para la alicaída industria automotriz, histórico emblema que enorgullecía a la provincia. La misma que este jueves evocó un “Cordobazo”, cada vez más lejano, del que fueron parte destacada los trabajadores del rubro.

Martín Llaryora, un viejo conocido

Fuentes cercanas al gobierno destacan que el lanzamiento de “la Titanio”, cuyo proyecto promete una inversión de 385 millones de dólares, debe enmarcarse en un proceso que inició con la llegada del peronismo al poder y lleva ya 25 años.

En dicho proceso reconocen distintas medidas para fomentar la producción, que incluyen exenciones impositivas y se corporiza en la vigente Ley de Promoción Industrial.

También destacan la existencia de una mano de obra calificada -gracias a distintos programas de enseñanza técnica- y la persistencia de un ecosistema de autopartistas que, aún mermado, ha superado sucesivas crisis y mantiene proximidad con las terminales.

El reconocimiento se corporiza en dos nombres que han dado continuidad a aquellas políticas, el exgobernador Juan Schiaretti y su sucesor, Llaryora. De ambos recuerdan su paso como ministros de Industria, función que les permitió comprender las necesidades y pedidos de la Unión Industrial de Córdoba, uno de los destacados integrantes del Círculo Rojo cordobés.

Los industriales de Córdoba, otra clave

La Unión Industrial de Córdoba es uno de los interlocutores clave con que ha construido poder el cordobesismo. Para voces opositoras, en muchos casos opera como supervisor de determinadas decisiones políticas, en sintonía con las entidades del agro.

Referentes de la UIC suelen celebrar la continuidad de políticas para el sector, confiando en su persistencia aún si ocurriere un cambio en el signo político de la gobernación. También describen como virtuoso el proceso de integración público-privada, del que participan universidades, cámaras empresariales y gremios de mayor afinidad que antaño.

Entre los articuladores destacan nombres reconocidos en corrillos políticos. Deseosos de exportar aspectos del modelo cordobesista a un proyecto nacional, han avalado la aventura presidencial de Schiaretti, aunque hoy evalúan positivamente la gestión de Milei. Entre ellos el reelecto presidente Luis Macario, representante de la Cámara del Maní, legumbre de creciente participación en la economía regional; su antecesor, Marcelo Uribarren, comisionado de los industriales metalúrgicos y titular de la Asociación de Empresarios Región Centro Argentino.

Otro dirigente de peso y particular relevancia para el diálogo con las automotrices es el secretario de la UIC, Leonardo Destéfano. Gerente de Asuntos Públicos en Stellantis, acredita experiencia como responsable de la comunicación de Renault y Fiat, firmas insignes para la provincia. Desde tal rol ha tejido sólidos contactos con el funcionariado cordobés y los referentes gremiales del sector.

Martín Llaryora, Luis Macario y Daniel Passerini
Martín Llaryora, Luis Macario (presidente de la UIC) y Daniel Passerini

Martín Llaryora, Luis Macario (presidente de la UIC) y Daniel Passerini

Modelo Córdoba

Desde la Industria perciben la decisión de Stellantis como lógica apuesta por una jurisdicción que ofrece ventajas competitivas difíciles de concebir en otras provincias. La referencia cobra valor al considerar los vaivenes del sector automotriz, que tuvo una marcada caída en las operaciones en 2024 y cuyas fábricas suelen apelar a aceitados sistemas de suspensiones de personal en función de restricciones varias.

Para ese mismo sector, la gigante con sede en Países Bajos proyecta una demanda de 1800 puestos de trabajo, la mitad para mujeres, que se sostendrá sobre todo en la fabricación del motor Multijet.

Desde Stellantis enfatizan que dicho motor será integrado con componentes locales. Es decir, un producto de confección nacional, en un rubro donde buena parte de la actividad se reduce al ensamblado de piezas importadas. “Apostamos por la fundición. El auto con mayor cantidad de piezas locales es nuestro Fiat Cronos, con un 50%. Es también uno de los más vendidos”, evocan desde la planta ubicada al sur de la capital.

Representantes del grupo empresarial y proveedores de la industria automotriz traspolaron estas explicaciones a la sede de la gobernación este martes. Se llevaron como souvenir compromisos de más medidas y beneficios desde los ministerios de Economía, Desarrollo Social y Producción.

El espejo de Javier Milei

Todos y cada uno de esos datos computan como insumos para la estrategia del llaryorismo: mostrarse como oposición responsable, puliendo la bondadosa cara de un Estado presente, sin antagonizar directamente con el presidente minarquista.

Al reclamo por la mirada productivista que corean los responsables de las provincias de la Región Centro, el dirigente cordobés lo nutre de un ejemplo con denominación local.

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Martín Llaryora en la planta de Stellantis en el Polo Industrial de Córdoba

Martín Llaryora en la planta de Stellantis en el Polo Industrial de Córdoba

A las preocupaciones de la industria por el impacto de la apertura de importaciones, contrapone una millonaria inversión que impacta en decenas de pymes y ofrece una previsibilidad demandada por los empresarios.

A un alicaído sector, que afronta la paulatina salida de Nissan, le suma novedades que revitalizan una cadena de valor: hace menos de un año Renault anunciaba una inversión de 350 millones de dólares para su planta de Santa Isabel. “Hay una estrategia de largo plazo que tiene como objetivo posicionar al Polo Industrial Córdoba como un hub regional de pick-ups”, dicen desde Stellantis.

Políticamente, también brinda respiro al gobierno, duramente cuestionado por la oposición por los incrementos impositivos y con crecientes reclamos salariales desde la órbita pública. Todo ello, en la antesala de una campaña electoral para la que aún abundan interrogantes.

Luis Macario, junto a industriales de Córdoba.
Martín Llaryora y Daniel Passeri, en la presentación de la nueva Fiat Titano, que se fabricará en el polo automotriz de Córdoba

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