El jefe de Gabinete, Nicolás Posse, envió al Congreso este viernes el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/23 que reforma o modifica más de 300 leyes. El decretazo, firmado el 20 de diciembre por el presidente Javier Milei, empezó a regir la semana pasada y puede ser eliminado en forma automática si una mayoría la vota en contra en ambos recintos. En tanto, la oposición retoma la rosca para voltearlo.
El DNU ingresó a las 14 al Senado, con copia a la Cámara de Diputados. De esta manera, Posse cumplió los plazos previstos en la ley 26.122, que fija un máximo de diez días hábiles a la Jefatura de Gabinete para completar el trámite. El mismo plazo tiene ahora para dictaminar la comisión bicameral de trámite legislativo, que aún no se conformó: restan definir los ocho miembros de la Cámara baja. En cualquier caso, la vicepresidenta Victoria Villarruel y el titular de la Cámara baja, Martín Menem, se aseguraron que Unión por la Patria quedara en minoría.
El paso siguiente es el tratamiento en el recinto y sólo si las dos Cámaras se pronuncian en contra el DNU se anula en su totalidad. No se puede votar por fragmentos, porque el Congreso no tiene la tarea de evaluar el contenido de la medida (como ocurre con los proyectos de ley), sino su constitucionalidad, es decir, si el Presidente tuvo justificativos valederos para tomar esas decisiones obviando el parlamento.
Ese decreto debería empezar a debatirse la semana próxima en la bicameral, pero si eso no ocurriera, puede tratarse a partir del 18 de enero en los recintos y votarse por sí o por no con simples mayorías. El oficialismo deberá definir la estrategia para protegerlo.
Diálogos opositores
Al día siguiente de conocerse el DNU, la mayoría de la oposición se expresó en contra, por lo que si se replicara ese escenario en cada hemiciclo, quedaría derogado. Sin embargo, luego aparecieron matices. La senadora Carolina Losada y el diputado Martín Tetaz, ambos de la UCR, presentaron el contenido del decreto en proyectos de ley para desmenuzar su tratamiento y asegurar la aprobación de la mayoría de su contenido. Chocaron con la intransigencia de Milei, quien se resiste a tocar una coma.
El radicalismo, una vez más, no pudo ocultar su interna. Este jueves, surgió una rebelión de siete miembros del bloque de Diputados, quienes solicitaron por nota a Menem apurar la creación de la bicameral y recordaron que el 18 el DNU puede tratarse en cualquiera de las Cámaras. Si bien no anticiparon posición, pareció un mensaje sobre la falta de unidad de criterio del partido centenario, que es decisivo para que La Libertad Avanza consiga mayoría.
Unión por la Patria es la bancada que más milita en contra del DNU. Patrocinó presentaciones judiciales y el bloque de Diputados, presidido por Germán Martínez, recibió a sectores afectados, como asociaciones de jubilados y de inquilinos, empresarios del turismo y organismos de derechos humanos. Aliados a partidos provinciales que se expresaron en contra y a un sector de la UCR, pueden conseguir mayoría en las dos Cámaras. Es la rosca que empezó este mismo jueves, con diálogos entre referentes legislativos de estas fuerzas.
Milei hizo algunos gestos la última semana, como el de incluir algunos temas del DNU en el proyecto denominado Ley ómnibus, como la eliminación de la fórmula jubilatoria y la privatización de empresas públicas. Fue un pedido de la bancada de Diputados Hacemos Coalición Federal, la otra llave del cuórum, porque considera que son temas que podrían judicializarse si no se aplican con una ley vigente.
Por ahora, los únicos fallos adversos fueron sobre el capítulo del DNU referido a la reforma laboral, que podría haber tenido consenso si era parte de un proyecto de ley, según vaticinó este miércoles Luis Juez, el jefe del PRO en el Senado. "El Gobierno no puede andar a los empujones. Le pedimos que se deje ayudar", le recriminó a Milei el cordobés, uno de los miembros de la bicameral que debe discutir el polémico decreto.