Unidos avanza para darle la chance de otro mandato al mandatario radical. Ya tiene los votos, pero opera para conseguir muchos más... no solo en el peronismo.
Maximiliano Pullaro tiene asegurada una chance de reelección con los votos de Unidos, pero va por el apoyo de la oposición.
Maximiliano Pullaro ya se lo aseguró. Formalmente restan dos pasos, pero podrá, por primera vez en la historia de Santa Fe, competir por un segundo mandato en la Casa Gris. La coalición gobernante Unidos tiene la mayoría en la Convención, pero ya logró un primer apoyo de parte del peronismo.
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Ahora, el oficialismo va a la carga por convencionales de otros espacios para redondear una chance de reelección transversal.
Como publicó días atrás Letra P, tres senadores del PJ estamparon su firma el jueves en el dictamen que contiene la cláusula transitoria que habilitará a Pullaro a intentar pelear por su reelección. El trío ya había dado indicios, antes de iniciada la Convención, de que convalidaría la posibilidad en el marco de la reforma constitucional. Consecuencia de ello o no, hace tiempo se abrió una instancia de diálogo y negociación entre la Casa Gris y el eje de los caciques territoriales justicialistas.
Convención: ruidos internos en el peronismo
El movimiento de los senadores permite dos lecturas: el juego históricamente solitario de los legisladores de la cámara alta y la dificultad de cohesión en el bloque panperonista Más para Santa Fe. Cuatro días atrás, el PJ estaba sellando, aunque con heridas certeras, una lista de unidad para competir en las legislativas nacionales.
La eventual reelección de Pullaro rompe los cimientos del bloque peronista. Porque Letra P pudo reconstruir que, además de los tres senadores que avalaron la cláusula, hay otros cuatro convencionales (tres mujeres y un varón) que evalúan seriamente acompañar con su voto.
La extitular del Servicio Público Provincial de la Defensa Penal Jaquelina Balangione; la subsecretaria de la Cámara de Senadores, Patricia Boni; el senador Osvaldo Sosa y la exvicegobernadora Alejandra Rodenas se anotarían a favor de la posible continuidad de Pullaro al frente del gobierno provincial.
A estos cuatro y a los tres que firmaron el dictamen los une un mismo ecosistema político dentro del peronismo, en contraposición con otro sector interno que conduce a su manera Juan Monteverde. Balangione es la esposa del ministro de la Corte Suprema Rafael Gutiérrez; Boni es una ladera histórica del senador Rubén Pirola; y Rodenas responde al cacique de San Lorenzo Armando Traferri.
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Si efectivamente Unidos suma siete votos del bloque peronista, solo quedarán cinco de esa bancada, una franca minoría, que no sumarán su apoyo a la cláusula transitoria. Además de Monteverde, los convencionales Pablo Corsalini, Facundo Olivera, Diego Giuliano y Lucila De Ponti rechazarían de plano la chance de que el radical continué en el gobierno hasta 2031.
Unidos engrosa sus cuentas para la reelección
Unidos tiene 33 convencionales. Con siete votos peronistas treparía a 40, pero seguramente logrará la adhesión del Frente de la Esperanza, que ostenta tres bancas. Ahí llegaría a 43 de 69, un número para nada despreciable en uno de los asuntos más sensibles de la reforma, pero la cúpula del oficialismo confía en conseguir más manos levantadas.
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La coalición de radicales, socialistas, dirigentes del PRO y demás partidos cree que está en condiciones de sumar convencionales sueltos de los bloques que lideran Amalia Granata y Marcelo Lewandowski. No los espacios enteros, pero sí confía en sumar voluntades, porque la cúpula política de Unidos observa que no son bloques homogéneos. En el caso de Granata, se suma también que la exmodelo bajó mucho el perfil después de un arranque explosivo y en los últimos días eligió refugiarse en sets de programas de chimentos en Buenos Aires.
Calma chicha en el team de Maximiliano Pullaro
El frente provincial goza de buena salud. Después de un cierre de listas nacionales tenso, pero ordenado, Unidos ahora reencauza la centralidad de sus intereses en la Legislatura, donde restan unas dos o tres semanas de trabajo. Si no falla el plan, la cláusula transitoria que habilite a Pullaro a buscar su reelección tendría luz verde el jueves próximo en el ámbito de la comisión redactora. “Quieren sacar eso primero y después el resto”, le admitió a Letra P un convencional opositor.
Una vez que finalice toda su tarea la comisión redactora, será el turno final de las sesiones. Para estampar una chance de continuidad para el radical de Hughes y para sellar el resto de las profundas reformas que se propone la enmienda constitucional. Con los votos de Unidos, pero también con el apoyo de sectores o electrones sueltos de todo el arco opositor.