OBSESIÓN 2025

La Pampa: la UCR se dobla, se rompe, se planta y coquetea a varias puntas

El peronismo seduce a la dirigencia radical. Hay boinablancas que hacen fila para ser alfiles libertarios. Historias de pactos, tramas y proyecciones.

En ese espeso debate por su identidad en una provincia donde el peronismo está invicto en elecciones ejecutivas desde 1983, pasan cosas: la UCR se dobla, se rompe, se planta y coquetea.

La semana pasada la dirigencia radical estuvo más visible que nunca, porque el blanqueo peronista de que busca tender puentes con el otro “partido popular” puso en el centro de la escena a las distintas líneas y sectores que componen a la fuerza boina blanca. Además, en el colmo de las paradojas, la UCR tuvo un 2023 electoralmente no desechable, con una derrota ajustada ante el reelecto gobernador peronista Sergio Ziliotto, con interesante representación legislativa y asegurándose la conducción en varias comunas importantes.

La UCR que gambetea el Operativo Seducción

El ziliottismo hizo sonar un canto de sirenas cuyo impacto está en proceso dentro de la UCR. A primera vista, suenan más rechazos a un posible frente con los primos del PJ. La mayoría de la dirigencia correligionaria salió a ponerle un frente al Operativo Seducción del compañeraje.

De todos modos, para ese espacio radical una alianza en la otra dimensión, la de los libertarios y sus socios, es intragable y ya fue derrotada internamente el año pasado: si se avanzara en ese rumbo, la UCR puede romperse.

UCR y peronismo: abrazos de otros tiempos

El peronismo y el radicalismo tienen una larga historia de pactos tácitos entre gobernadores del PJ e intendentes de la UCR, agrupados en su momento en una “liga” que lograba el milagro de obtener reelecciones en sus pueblos, pero con triunfos electorales del candidato peronista al premio mayor. De ahí, y con esa estrategia, salieron figuras poderosas de la UCR, como el exsenador Juan Carlos Marino o Daniel Kroneberger, que actualmente ocupa un escaño en la cámara alta.

Eran otros tiempos, donde la hegemonía peronista y específicamente de Rubén Marín, aparentaba imposible un triunfo provincial de otra fuerza. En cambio, la última elección demostró que la oposición amuchada está a la altura: la derrota del año pasado fue muy justa, con un empate legislativo entre oficialismo y oposición, pese a que una porción de la dirigencia radical se quedó con las ganas de abrirle las puertas a Comunidad Organizada, el espacio de Juan Carlos Tierno.

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Ya se sabe que la política no es matemática, pero el porcentaje que sacó esa tercera fuerza disparó la idea de que ampliando el rejunte el triunfo es posible. En 2023 el candidato a gobernador Martín Berhongaray salió bien parado: hoy, después de concluido su mandato como diputado, está en una suerte de año sabático, en silencio y observando el panorama.

La UCR que se dobla y que se planta

Eso fue antes de la repentina aparición de la rabia de Javier Milei, que también ganó en La Pampa y trastocó el escenario. Milei cosechó votos de todos los espacios, sin estructura ni figuras conocidas. Hoy hay quienes hacen fila para ser sus referencias en la provincia: Tierno, alineado con Patricia Bullrich, es el más visible.

En el PRO cuecen de las mismas habas, aunque tras la asunción de Mauricio Macri como presidente del partido la diputada provincial María Laura Trapaglia salió a avisar: “no somos lo mismo que La Libertad Avanza”. Hasta se le cayeron críticas al gobierno libertario.

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Sin embargo, en el Congreso Martín Ardohain, primo de “Pampita”, se desvive en elogios al presidente que él mismo definía como “un salto al vacío”. Martín Maquieyra, paloma larretista, sorprendió con su aparición en el show del Luna Park: las canciones de Milei son su nueva melodía.

Hay radicales que por lógica se sienten más cerca de ese armado que del convite peronista: el exintendente de Santa Rosa Leandro Altolaguirre hace rato que se muestra en ese barrio. Su hermano, Hipólito Altolaguirre, el jefe del radicalismo en la Legislatura, intenta hacer equilibrio, pero claramente se para de manos ante la propuesta de una coalición con el filoperonismo: anuncia que ningún intendente va a saltar de vereda. “Ni siquiera Kenny”, desafía.

La UCR que coquetea con el peronismo

Hugo Kenny es el intendente radical de Victorica, la localidad más importante del oeste. Fue el primero que le dio el sí a la idea de una confluencia con el PJ. Para él no sería del todo novedoso: con su “unión vecinal” ya tuvo experiencias, blanqueadas y todo, en el mismo sentido. El coqueteo sumó el apoyo del espacio “Nuestra Causa”, integrado sobre todo por mujeres del partido, que desde hace rato patalean contra las conducciones varoniles.

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Otra intendenta clave, Mónica Curutchet, dijo desde la norteña Eduardo Castex que no la tengan en cuenta para ninguna especulación preelectoral tempranera. El diputado provincial Rubén Prieto le tiende la alfombra roja a una alianza de los espacios no peronistas, incluyendo tiernistas y libertarios. “Ahora el peronismo nos ve rubios y de ojos celestes”, se quejó.

El propio Prieto dijo que “dos no bailan si uno no quiere”. Como si lo estuviera escuchando, su colega de la contra, el ultravernista Hernán Pérez Araujo, metió ruido en el PJ: a contramano de la línea ziliottista que salió a la caza de dirigentes radicales, echó sal en la herida. “La UCR dejó de ser un partido popular hace mucho tiempo”, soltó y no sólo le aportó dinamita al pretendido puente, sino que sacó al sol los trapitos que el PJ pampeano todavía no limpió.

El gobernador de La Pampa, Sergio Ziliotto, junto a figuras de su riñón: el senador Daniel Bensusán, el diputado Ariel Rauschenberger, la secretaria de Género, Patricia Labourié, y el ministro Pascual Fernández.
Karina Milei y Martín Menem junto a los representantes del Partido Libertario en La Pampa, Nicolás Boschi y Luciano Ortiz: ¿saltarán a la cancha electoral?

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