Ante el Foro de Madrid, el Presidente mostró el perfil que más le gusta ante sus aliados. Discurso anticasta, mensaje a la tropa y poca presencia del Gabinete.
El presidente Javier Milei abrió este jueves la tercera edición del Foro Madrid, un encuentro organizado por el partido español Vox, con un extenso discurso contra la "casta" y el socialismo que le sirvió para mostrarse como un líder mundial de la ultraderecha, pero lo hizo ante un auditoria semivacío.
El primer mandatario fue presentado con encomio por Santiago Abascal, referente del partido ibérico y mentor intelectual de esta jornada, y Jorge Martín Frías, eurodiputado y director de la Fundación Disenso, quienes no titubearon a la hora de definirlo como la cabeza de un movimiento transoceánico que defiende "soberanía nacional y la defensa de la libertad en contra del socialismo", por contraposición a otros mandatarios como el brasilero Lula da Silva o el colombiano Gustavo Petro.
"No sólo estoy poniendo a la Argentina al tope mundial siendo uno de los dos políticos más conocidos del mundo junto a Donald Trump, sino que además estoy haciendo el mejor gobierno de la historia argentina", argumentó Milei ante unas 500 personas ubicadas en el auditorio principal del Palacio Libertad (ex Centro Cultural Kirchner), ubicado a pocos metros de la Casa Rosada.
Pese a que en la previa se había mencionado la posibilidad de que la totalidad del gabinete acompañara al Presidente, tal como sucedió en otros actos partidarios, finalmente sólo dijo presente un puñado de libertarios locales. Estuviero los ministros Luis Petri y Mario Russo; el vocero Manuel Adorni, el único integrante de la mesa chica presidencial; y el secretario de Culto, Nahuel Sotelo. Los últimos dos funcionarios tenían previsto exponer horas más tarde.
Es por eso que llamó la atención los diez asientos libres en la primera fila de La Ballena Azul, un auditorio preparado para albergar a 1.750 espectadores, así como también los cuatro palcos laterales del primer y segundo piso, que estaban completamente desiertos.
Con su discurso, que empezó a las 10.15 y terminó 45 minutos después, el Presidente buscó posicionarse como líder de un sector de la ultraderecha y aprovechó también para retomar sus críticas a las restricciones sanitarias durante la pandemia impuestas por su antecesor, Alberto Fernández.
Las cuestionamientos al gobierno anterior provocaron un aplauso cerrado de los presentes, incluso, una persona entre la multitud gritó "basura", en referencia al exmandatario. Lejos de inhibirse por la interrupción, y fiel a su estilo disruptivo ante el público, Milei animó al joven insultarlo aún más: "Tranquilo, dale con todo". El auditorio se colmó con risas y otros comentarios contra Fernández, a quien ya había definido como "un autócrata golpeador", en relación a la denuncia de la exprimera dama Fabiola Yáñez por violencia de género.
Milei también recordó que Carlos Menem, el único presidente peronista digno del bronce según la lectura que hace de la historia, llevó adelante la reforma más "grande de la Argentina" hasta su llegada al poder en diciembre pasado. "La ley Bases y el DNU 70 es ocho veces más grande que esa reforma. No sólo estamos haciendo la reforma más grande de la historia en menos de nueve meses de gobierno, sino que lo hemos hecho con 15% de la Cámara de Diputados y 10% del Senado", señaló.
Tras meterse en el barro de la conducción política interna, un lugar que siempre detestó, Milei le envió un mensaje a su propia tropa al advertirles sobre el poder que tiene el "partido del Estado". En este sentido, remarcó que los libertarios no pueden darse el "lujo de la dispersión y de las peleas internas", como las que sucedieron las últimas semanas, con las rupturas recientes de los bloques oficialistas en el Congreso y las peleas intestinas de su propio gabinete.
"Sólo estando juntos podemos ser fuertes, sólo siendo leales de militante a militante y ayudándonos entre nosotros podemos defender a los argentinos de las garras del poder permanente", sostuvo en este foro en el que también hablarán otros dirigentes de la ultraderecha de América Latina y Europa.
En ese marco, el mandatario aludió a los "degenerados fiscales", a quienes "no les importa un pepino los jubilados y la educación pública", sino solamente "sus negocios con la política y la casta política”, a punto tal que "están dispuestos a quebrar al Estado y que 10 millones de argentinos más caigan en la pobreza y la miseria con tal de sumar unos puntitos con discursos lindos en el recinto”.
Ese extenso pasaje de su discurso hacía referencia a la reciente sanción de la nueva fórmula de movilidad jubilatoria. En ese momento, un hombre del público se paró y animó al Presidente: "Vetales todo, Javi". Milei, otra vez sonriente, retrucó: "De hecho, es lo que hago".