ES LA POLÍTICA

Javier Milei y un curso acelerado de rosca

El Presidente traga saliva y se pone al frente de las negociaciones con "la casta". Busca ordenar la interna de LLA. Agenda, Macri y ampliación de la Corte.

La cumbre de este viernes por la noche en la Casa Rosada con los jefes de los bloques dialoguistas fue la señal más contundente del nuevo rol que comenzó a tomar el mandatario, con su administración asediada por las tres derrotas legislativas consecutivas, como el rechazo por los fondos reservados de la SIDE, la pérdida de la comisión bicameral de inteligencia que investiga estos gastos a manos de Martín Lousteau, y la reforma previsional que vetará este mismo lunes.

En concreto, con el objetivo de hacer un control de daños, Milei le adelantó a parte de lo que llamó "la casta" del "nido de ratas" que vetaría la nueva fórmula jubilatoria que fue sancionada hace escasos días en el Senado, con la idea de buscar apoyo político para esta antipática decisión. Para el blindaje al veto, igual, el mandatario necesita de más aliados.

Javier Milei, en el barro

El cónclave fue tomando volumen. Primero estaba previsto que Milei agasajara sólo a algunos de los principales legisladores aliados a su gobierno: Cristian Ritondo, el interlocutor del PRO designado por Mauricio Macri y Oscar Zago, el desplazado jefe de los libertarios en Diputados que sueña desde hace tiempo con un gran acuerdo transversal. Con el correr de las horas la lista de presentes se fue ampliando y finalmente fueron 24, lo que le permitió al Presidente mostrar una fotografía mucho más amplia, que podría funcionar como borrador de un acuerdo lectoral para el próximo año.

Fue también un gesto presidencial para ordenar a La Libertad Avanza (LLA) que era un polvorín y esta semana terminó de explotar, con las salidas que se presagiaban de Lourdes Arrieta en el bloque libertario de Diputados y Francisco Paoltroni de la bancada en el Senado. El mensaje de Milei no pudo evitar que, una hora después de la cumbre, las diputadas Marcela Pagano y Lilia Lemoine tuvieran un nuevo round en Twitter con acusaciones cruzadas.

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La reunión de gabinete secreta

Alejado por un momento de su perfil netamente económico, el jefe de Estado tomó protagonismo también en la propia interna de su fuerza. De hecho, este mismo martes dio una contundente doble señal. Por un lado, mostró cierta desconfianza con algunos de sus ministros, al dejarlos afuera de la última reunión de gabinete, algo que en sus ocho meses de gestión jamás había pasado; y, por el otro, armó un encuentro paralelo para su círculo político de confianza. No se filtró ni una palabra.

Además de la secretaria General Karina Milei y el asesor Santiago Caputo, los dos funcionarios que completan el triangulo de hierro presidencial, estuvieron presentes en esa reunión de gabinete blue el ministro coordinador, Guillermo Francos; el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem; la titular de Seguridad, Patricia Bullrich; y el vocero presidencial y uno de los principales hombres del karinismo, Manuel Adorni. Todos los demás, se quedaron afuera.

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Javier Milei, en una de sus últimas reuniones de gabinete ampliado.

Javier Milei, en una de sus últimas reuniones de gabinete ampliado.

No estuvieron Toto Caputo (Economía) ni tampoco Federico Sturzenegger (Desregulación), que pese a ser uno de los ministros favoritos del gobierno, cae sobre él la sospecha de ser buen operador en medios de comunicación, ni tampoco Sandra Pettovello (Capital Humano), que mantiene un enfrentamiento directo con el asesor presidencial.

En total, hubo 12 sillas vacías, si también se cuenta a Victoria Villarruel, que cuenta con más faltazos que asistencias, por diferencias indisimulables con Milei, aunque siempre bajo el pretexto de tener algún otro tipo de agenda. Como sea, en Balcarce 50 dan a entender que la relación entre ambas caras de la fórmula libertaria "está completamente rota".

Después de no hablarse durante dos meses, Milei recibió cuatro veces a Macri en la Quinta de Olivos, lo cual también revela un cambio de postura presidencial. Entre milanesas y entrañas, hablaron de la SIDE, de Ariel Lijo y de Santiago Caputo. Unas de las autocríticas que hizo el expresidente en su libro Primer Tiempo fue haber delegado la negociación con el peronismo porque, al igual que Milei, la rosca no le gustaba. Trascendió que hubo un consejo para que el mandatario no repitiera su error.

Los movimientos de Milei para su segundo semestre se ven también en su agenda doméstica. El jefe de Estado canceló hace unas semanas un viaje a México, donde iba a participar de una conferencia de conservadores, como ya lo hizo en Estados Unidos y Brasil, y se agendó un acto en Rosario por los 140 años de la Bolsa. Su próxima semana estará algo más cargada de lo habitual: el lunes hablará frente empresarios en un acto organizado por la Unión Industrial Argentina (UIA), en uno de los peores años para el sector; el miércoles visitará las oficinas de Mercado Libre junto a Marcos Galperin, que enfrenta una cruzada con los bancos; y, el jueves abrirá una nueva reunión del Foro de Madrid en Buenos Aires, donde estará Santiago Abascal, líder el partido Vox.

La Casa Rosada y el anhelo de una Corte ampliada con sillas propias

Con el polvorín que es LLA y amenazado por una unidad opositora en el Congreso, hay otra rosca a la que Milei le presta atención. La designación de dos de los jueces de la Corte Suprema de Justicia también abrió un nuevo capítulo de sospechas dentro de la propia alianza libertaria y mostró cierta precaución entre los principales aliados de la oposición, que se suponía iban a aportar los votos para nombrar a Lijo y a Manuel García Mansilla.

En los pasillos de la Casa Rosada aseguraban a última hora de este viernes que tenían los votos para avanzar con ambas designaciones hace, al menos, una semana. Afirmaban que tenían nueve de las 17 manos que se necesitan para sacar el dictamen de la comisión de Acuerdos del Senado y llevar el debate al recinto.

Sin embargo, hubo un freno en las negociaciones con la oposición dialoguista, se duplicaron los llamados hacia la Casa Rosada con un sinnúmero de nuevos pedidos a cambio de los votos y, finalmente, los acuerdos previos se cayeron. En la cúpula libertaria culpan, para variar, de toda esta estrategia derrotista la vicepresidenta y al senador Francisco Paoltroni, que militan en contra de la designación de Lijo. "Operaron que estábamos acordando con el kirchnerismo y detonaron todo. Ya teníamos los votos", se lamentaban en Balcarce 50. Sus cálculos, sin embargo, eran demasiados optimistas.

Por esta desconfianza hacia Villarruel que manifiestan distintas voces en Casa Rosada es que el Presidente también tomó como propias las sospechas, sobre todo después de un viejo antecedente en el cierre de listas del 2023, en el que, los memoriosos libertarios recuerdan una tensa pelea por los principales lugares y una supuesta amenaza de la vice de romper la fórmula si no le daban lo que pedía.

Agosto fue el peor mes para el gobierno y cerró con una intervención directa del Milei sobre el tablero político, negociando con ajenos y tratando de ordenar a los propios, al meter los pies en el barro de la rosca política que tanto detesta. En la sede gubernamental sobrevuela la duda de qué tanto sostendrá este rol en el tiempo y qué lugar le dejará a los integrantes de su tridente de hierro. En septiembre debería comenzar la primavera libertaria.

Javier Milei encabezará una cumbre en Casa Rosada.
Javier Milei, junto a diputados y senadores en Casa Rosada.

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