ES LA COMUNICACIÓN

Javier Milei: disimulo, simulación y panelismo

Inmediatez y espectáculo matan análisis y el Presidente lo sabe. De la posverdad a la hiperrealidad y el algortimo de Yrigoyen. ¿El enigma del truco libertario?

En la era de la comunicación instantánea y las redes sociales, el panelismo se ha convertido en un formato dominante en los medios de comunicación, donde la inmediatez y el espectáculo prevalecen sobre el análisis profundo. La comunicación política ha tomado debida nota de ello y el gobierno de Javier Milei también.

Para comprender este fenómeno, nos parece útil vincular los conceptos de disimulo y simulación, de Jean Baudrillard, con la dinámica del panelismo.

Baudrillard sostiene que, en la sociedad contemporánea, la simulación reemplaza a la realidad, creando una hiperrealidad donde lo simulado se presenta como más real que lo real. El disimulo, por su parte, es la ocultación de la verdad, mientras que la simulación es la creación de una apariencia que no tiene correlato con la realidad.

En el panelismo, estos conceptos se entrelazan. Los panelistas no solo disimulan su falta de conocimiento o la superficialidad de sus argumentos sino que, a través de la simulación, construyen una narrativa que, aunque carece de profundidad, se impone como verdad ante la audiencia.

En las redes y en el bar

El panelismo, en muchos casos, deja de ser un espacio de análisis para convertirse en una representación de opiniones que, más que informar, buscan entretener y reafirmar prejuicios. Así, los panelistas, en su rol de simuladores, vocean sus opiniones en las que la apariencia de saber se convierte en el único criterio de verdad, desdibujando la frontera entre la ficción y la realidad.

Para los políticos profesionales y sus equipos de comunicación, el panelismo ha ganado prominencia como una vía para aparecer en los medios de comunicación tradicionales, fundamentalmente en la televisión, y contactar con actuales y posibles votantes, ciudadanos y ciudadanas en general. A esta altura, ¿es muy osado señalar que todos somos en algún punto panelistas en las redes y en el bar?

El algoritmo de Yrigoyen

Se ha vuelto casi un lugar común señalar que la comunicación política del presidente Javier Milei, tanto en su campaña como durante su mandato, se aleja de las estrategias tradicionales. Algunos críticos lo han llamado "panelista" debido a sus inicios en la esfera pública, mientras que otros expertos en comunicación analizan su enfoque desde distintas perspectivas. Algunos advierten que sus autoelogios, como cuando afirmó este domingo que es "el político más relevante del planeta" junto a Donald Trump, podrían dañar su credibilidad. También se destaca que Milei parece priorizar la comunicación sobre la gestión, sugiriendo que un enfoque más equilibrado entre ambas áreas sería beneficioso.

Embed - Milei afirmó ser "uno de los dos políticos más relevantes del planeta Tierra"

El uso del “autoelogio” por parte de Milei ha sido comparado con el "diario de Yrigoyen", una referencia al presidente Hipólito Yrigoyen, a quien sus colaboradores le proporcionaban un “diario” sesgado que solo contenía noticias positivas, distorsionando así su percepción de la realidad. De manera similar, Milei ha sido criticado por su uso intensivo de redes sociales, donde filtra los contenidos que comparte, generando lo que algunos llaman el "algoritmo de Yrigoyen".

En Twitter, por ejemplo, publica elogios y fotos editadas por inteligencia artificial, presentándose como una figura hollywoodense más que como un político. Además, ha afirmado tener un alto porcentaje de votos, incluso cuando los datos no lo respaldan, lo que sugiere una tendencia a rodearse de información favorable y a ignorar la realidad.

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Javier Milei puede ser quien elija ser.

Javier Milei puede ser quien elija ser.

Esto plantea la pregunta de si estamos ante un presidente ingenuo, engañado por su equipo de comunicación, o si es parte de una estrategia calculada. Las consecuencias de practicar el autoelogio y utilizar información selectiva en la comunicación política pueden ser tanto positivas como negativas. Entre los aspectos negativos, se encuentran la falta de autenticidad, la distorsión de la realidad, la polarización social y la desconexión con las necesidades reales de la población. Sin embargo, el autoelogio también puede motivar a los seguidores, generar confianza, inspirar lealtad y controlar la narrativa en beneficio propio, constituyendo una estrategia de comunicación política efectiva.

Keyser Söze y Los Simuladores

En una escena memorable de The Usual Suspects (1995), película conocida como Los sospechosos de siempre en algunos países de habla hispana, dirigida por Bryan Singer y escrita por Christopher Mc Quarrie, presenta una trama intrigante centrada en el interrogatorio del aparentemente débil personaje Verbal Kint, protagonizado por el entonces no cancelado Kevin Spacey. Cuando le preguntan quién es el mítico Keyser Söze se le escucha decir: “El mejor truco que inventó el diablo fue convencer al mundo de que no existía”.

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La simulación gubernamental no para y, ya que hablamos de cine, también cayeron Los Simuladores. Diego Peretti, actor de la serie, anunció que la película basada en la serie, inicialmente prevista para 2024, se ha retrasado hasta al menos 2026 debido a la falta de financiamiento por la crisis en el país y en las plataformas de producción. A pesar de los obstáculos, el equipo sigue comprometido con el proyecto, esperando asegurar los fondos necesarios para llevar la película a la pantalla grande.

El aparato de propaganda oficial no dudó en atacar de nuevo, desviando la atención, explotando lo noticiable, simulando. El periodista Jony Viale replicó: "No llores pauta, Peretti. No necesitan un mango del Estado", y los trolls oficialistas Javier Mileikovsky y Oppenheimer se sumarton. "El Encargado se hizo sin apoyo del INCAA", dijo uno. "¿Con todo respeto a Los Simuladores, pero en serio no van a tener financiamiento? Se las produce Paramount", dijo el otro.

Probablemente el público acompañe al mejor truco de Milei, convencer a los argentinos de que tiene un plan, hasta que el cansancio muestre que no hay novedad, cambio, reservas, fondos frescos, inversiones ni anarcocapitalismo.

Sólo improvisación y panelismo, sin pan ni circo.

Donald Trump y Javier Milei.
Un balcón para Javier Milei en la Madrid derechista de Isabel Díaz Ayuso.

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