La definición de la presidencia de la Bicameral de fiscalización de organismos de inteligencia se convirtió en una puja directa en el Congreso entre Javier Milei y Mauricio Macri, quien tiene como aliada a Victoria Villarruel. Si no hay acuerdo entre el oficialismo y la oposición dialoguista, el árbitro de la contienda será Unión por la Patria.
El senador Edgardo Kueider, del bloque Unidad Federal, confirmó a Letra P que Karina Milei y Santiago Caputo le ofrecieron el cargo. Conocida la declaración, a través de sus referentes legislativos, Macri hizo saber que seguirá peleando para que el senador del PRO Enrique Martín Goerling Lara sea el titular de esta comisión.
Cómo relató LetraP, Villarruel le dio su apoyo a Goerling Lara cuando oficializó los integrantes del Senado en la bicameral, en abril, pero la semana pasada chocó contra la pared cuando Caputo y Karina Milei, quien venía de cruzarse fuerte con la vicepresidenta por el conflicto con Francia, le ofrecieron la presidencia de la comisión a Kueider, quien confirmó esa gestión a Letra P.
El entrerriano dijo que aceptó el ofrecimiento -lo habría hecho ante Caputo-, no sin antes aclarar que no será oficialista. El senador tuvo una posición oscilante con el Gobierno: votó la ley ómnibus y la reforma fiscal, pero rechazó el DNU 70/23.
La pelea de Mauricio Macri
Un acuerdo de La Libertad Avanza con la oposición dialoguista no parece posible, porque requeriría unanimidad entre los ocho miembros que reúnen estos espacios en la comisión y nadie está contento. La UCR tiene dos votos y quiere la presidencia. La pide el senador Martín Lousteau para la diputada Mariela Coletta.
La otra radical en la bicameral es la senadora Mariana Juri, cercana al gobernador Alfredo Cornejo. La restante vocal de la comisión nombrada en la cámara alta es Edith Terenzi, quien reporta al gobernador de Chubut, Ignacio Torres, aunque proviene del radicalismo. Torres tiene otro nexo con Lousteau: Daniel Angelici, una de las figuras que siempre busca pisar fuerte en la bicameral de inteligencia. La considera clave para sostener su influencia en la justicia federal.
Ajeno a esta rosca radical, Macri no está dispuesto a ceder los dos votos del PRO: el de Goerling Lara y el del diputado Cristian Ritondo. "El bloque apoya a Goerling Lara. La definición la tiene el oficialismo", sostuvo ante Letra P un vocero de la bancada macrista del Senado, que preside Luis Juez, de diálogo cotidiano con el titular del PRO.
Además de Caputo y Karina, quien está interesada en controlar la comisión es Patricia Bullrich, porque el área de inteligencia de la Policía Federal también se somete al control legislativo. No la quiere a cargo del kirchnerismo pero tampoco del PRO, sobre todo luego de haber echado a su segundo en el Ministerio de Seguridad, Vicente Ventura Barreiro, cercano a Ritondo. Lo acusó de corrupción.
La idea de apurar la constitución de la bicameral surgió de la excandidata presidencial, preocupada porque supo que el diputado kirchnerista Leopoldo Moreau, quien presidió la comisión hasta diciembre, recibió a dos personas que denunciaron supuestos espionajes ilegales en la fuerza federal.
¿Pacto con UP?
La única salida que tiene LLA para destrabar la bicameral es echar mano a los seis votos de Unión por la Patria (tres por cada cámara), que junto a los tres oficialistas garantizan una mayoría y podrían ignorar al resto.
Fuentes del peronismo aseguran que no hay conversaciones. En LLA no niegan los primeros sondeos. "Estamos negociando todos los cargos de las bicamerales para que haya un equilibrio general", repiten cerca de Martín Menem, sin dar precisiones.
Otra versión es que si UP no acepta la negociación, podría perder lugares, aun cuando hace quince días circuló en el Congreso un bosquejo de la resolución oficial de ambas cámaras con las seis vacantes reservadas para el peronismo.
Si bien Kueider no se fue en buenos términos del bloque PJ el año pasado (integró hasta febrero el Frente de Todos), es difícil que en UP no lo prefieran antes que a un macrista para controlar los organismos de inteligencia. Aunque en el kirchnerismo bromean que tal vez sea mejor apostar a Lousteau y Angelici. Dicen que podrían tener más códigos.
Durante la gestión anterior, Moreau y el kirchnerismo impulsaron en la comisión un informe sobre las denuncias de inteligencia ilegal que hubo durante la gestión de Macri. El ahora presidente del PRO busca devolver gentilezas, si logra controlar la agenda de la bicameral. Tiene el apoyo de Villarruel. No el de Milei.