Después de dejar afuera de la composición de la bicameral de fiscalización de organismos de inteligencia al bloque Hacemos Coalición Federal que preside Miguel Pichetto, Karina Milei y Santiago Caputo intervinieron en la definición de la presidencia de esa comisión e impidieron que pudiera conformarse esta semana. La pelea, una vez más, tiene como protagonista a Victoria Villarruel.
La vicepresidencia tiene peso porque, por rotación, la titularidad de la comisión le corresponde al Senado. Como explicó Letra P, Villarruel promueve para ese cargo al senador del PRO Enrique Goerling Lara, cercano a Mauricio Macri.
No inocentemente, cuando firmó la resolución de los miembros de la cámara alta, la vice anotó al misionero primero en la lista de designados, una costumbre del Senado para anticipar quién será el presiente de una comisión. Curiosamente, la vice no inscribió a ningún miembro de la La Libertad Avanza (LLA).
Karina y Caputo no tienen intenciones de darle la presidencia de la bicameral a un macrista y evalúan alternativas, aunque para cualquier caso necesitan el número. Se anotó para presidir el senador Edgardo Kueider, de Unidad Federal, un experonista que jugó fuerte con el Gobierno para sancionar la ley Bases.
Con la discusión abierta, la UCR no se quiere quedar afuera y tiene un miembro por cámara en la comisión: Mariana Juri (cercana al gobernador Alfredo Cornejo) y Mariela Coletta (responde a Emiliano Yacobitti, de la línea de Martín Lousteau). Sin UP, el oficialismo y sus aliados puede reunir la mitad más uno de los miembros, lo justo, por lo que Karina debe cerrar un acuerdo que contente a todos para abrir las puertas. Es lo que no está logrando.
Las urgencias de Karina Milei
Como explicó Letra P, la bicameral nunca se conformó porque Martín Menem definió sus miembros recién hace 15 días, presionado por una posible citación a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que evaluaba hacer el diputado kirchnerista Leopoldo Moreau, presidente de la comisión hasta diciembre.
Para sumar presencia, Menem nombró a dos miembros de su bloque: Gabriel Bornoroni y Cesar Treffinger. Son leales a su conducción y a Karina Milei. Para hacerles lugar, el riojano le negó un cupo a HCF y se cruzó fuerte con Pichetto.
Aunque la presidencia no le corresponde a la cámara baja del Congreso, hay antecedentes de no respetar la rotación y si hubiera consenso podría repetirse. De hecho, es lo que pide Yacobitti con Coletta. Menem sólo promete "respetar los equilibrios" para que la comisión funcione, pero no la tiene fácil.
Además de Goerling Lara, el PRO está representado en la comisión por el jefe del bloque de Diputados, Cristian Ritondo, a quien Javier Milei le ofreció conducir la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) en diciembre. A diferencia de Bullrich, el legislador no quiso poner un pie en el Gobierno sin que haya un acuerdo marco con el PRO. Es quien promueve la agenda de Macri para marcarle la cancha a Milei.
La alternativa de Kueider empezó a tomar forma el lunes, porque su cierre con el Gobierno por la ley Bases lo dejó en buenos términos con Caputo y Guillermo Francos, quien lo premió con varios cargos nacionales pedidos por el entrerriano. Los principales eran el de la represa Salto Grande. En el entorno de Villlarruel no lo creen posible. "Ya es presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales. Si quiere le damos la llave del Senado", bromean. El problema es que si la UCR no acepta, ningún acuerdo tiene los votos.
La agenda de la comisión
La definición de la presidencia de la bicameral no es poca cosa, porque quien ocupe ese cargo deberá definir la agenda de trabajo.
La tarea de la comisión es controlar las actividades de espionaje de la flamante Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE) y de los equipos similares que funcionan en la fuerzas armadas y la policía federal.
A la oficina del quinto piso del edificio anexo del Senado, sede de las reuniones que se realizan a puertas cerradas, llegan agentes citados por los legisladores. Si alguno no va, puede ser denunciado. Suele no faltar nadie.
Una de las primeras tareas de la comisión será recibir las denuncias que empezaron a llegar por supuesto espionaje ilegal realizado por agentes de la policía federal que responden a las órdenes de Bullrich, en los operativos que se llevaron a cabo durante las sesiones de la ley Bases. Quien presida, deberá coordinar ese debate.