Federico Zapata: "Así como lo puso, a Javier Milei lo va a sacar la sociedad"
Para el consultor y politólogo, la política profesional no la ve. Lo único nuevo, el León y el ausentismo. La oposición, en penitencia. Gobernadores, a marzo.
Federico Zapata: "Así como lo puso, a Javier Milei lo va a sacar la sociedad"
Federico Zapata afirma que la clase política profesional que nació con el 2001 podría estar transitando sus últimos momentos a la par del fortalecimiento de la figura disruptiva de Javier Milei. Para el politólogo cordobés, que dirige la consultora Escenarios junto a Pablo Touzón, la oposición no tiene claro cómo construir la alternativa de cara a 2027.
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En diálogo con Letra P, afirma que el contrato cívico de la época está organizado a partir de las ideas de orden y estabilidad macroeconómica y cree que la oposición necesita replantear su lectura respecto de la sociedad.
Autor de Los Muchachos Cordobeses, cómo se construyó un peronismo diferente (y qué podría aportar a la Argentina del futuro), Zapata abre preguntas respecto de las posibilidades de la Región Centro y el rol de los gobernadores, aunque insiste en que la clave está en el protagonismo de la sociedad empoderada.
Alrededor de Javier Milei
-¿Quién le discute el 2027 a Milei?
-En octubre, la sociedad le dio al oficialismo las herramientas para pasar de la motosierra a una agenda de producción y trabajo, tangible en el bolsillo de los que hicieron el esfuerzo en el '25. A la oposición, en cambio, le exige un reseteo mucho más profundo. Porque hasta acá, la hipótesis fundamental que organizó a la oposición es que Milei es un fenómeno pasajero, cuyo fracaso desemboca en el regreso de la política profesional. Esa es una excusa para no mirar hacia adentro.
Federico Zapata interior
-¿Considerar a Milei como una anomalía implicaría una mala lectura sobre la sociedad?
-Revela una dificultad de lectura de la época. Es la metáfora del aislamiento de la clase política argentina, como si se hubiese quedado sin olfato permanente. No tiene capacidad para entender lo que está pasando. En los '90, la política lideraba las reformas estructurales. Hoy es la sociedad. Es cierto que Milei tiene un nivel de debilidad absoluto, pero la sociedad empuja este proceso de transformación. Es como decir que miramos a Milei para no ver el bosque. El bosque es la sociedad, es una época.
-Milei es emergente de una época distinta.
-Con las diferencias de fondo, lo que pasa es parecido a 1945. Un fenómeno en la historia argentina donde la sociedad aparece, la elite política queda absorta porque no entiende lo que está pasando y se reorganiza la vida social, política y económica de la Argentina.
La oposición en su laberinto
-¿Cómo se crea una nueva oposición hacia 2027?
-Así como en 1983 el contrato cívico que organizó la representación entre la sociedad y la política fue la democracia liberal, hoy el contrato cívico es el orden y la estabilidad macroeconómica. A la oposición todavía le cuesta encontrar un conjunto de ideas a partir de este supuesto. La agenda del votante independiente en Argentina, o de la clase media como identidad cultural, está pidiendo nuevos líderes, nuevos partidos, nueva economía y un nuevo reformismo. Es un santo cuadrante sobre el cual la oposición todavía no hizo nada. Entonces, está en penitencia.
-Esa renovación a varias puntas puede llevar años.
-Miremos la historia. El peronismo no fue con Herminio Iglesias a pelear con Raúl Alfonsín: fue con la renovación. La oposición a Carlos Menem no le ganó con la Coordinadora radical: tuvo que crear el Frente Grande, crear una expresión de esa época, después el Frepaso, la Alianza. Para derrotar al kirchnerismo se tuvieron que armar primero el ARI, el PRO, ganar la Ciudad y armar Cambiemos. Cuando hay cambios de época, la oposición debe hacer el ejercicio de renovar el elenco político, las ideas y la oferta partidaria.
-¿Sobre qué sujeto social y político que no representa Milei puede nacer una alternativa?
-Hay pequeñas fugas, pero no es fácil encontrarlas. En su fase final, el kirchnerismo está recostándose en el conurbano bonaerense, que probablemente sea el territorio que más va a tener que reconvertirse en una economía más abierta y de mercado. Ahí hay una tensión entre Cristina Fernández de Kirchner y Axel Kicillof, pero también con los intendentes que ganaron protagonismo en la elección de septiembre.
-Con alguna fina hierba de la crisis, intentó hociquear la sociología vacante de la clase media alta, republicana, a la que tampoco le gustan las formas de Milei. También está vacío ese espacio. De todos modos, lo único nuevo hasta el momento son Milei y el ausentismo.
-Tenía una hoja de ruta, que van a seguir indagando: la posibilidad de una ruptura en el poder político de la provincia de Buenos Aires. Sin eso, hoy no pueden sumar al peronismo metropolitano para hacer una propuesta nacional. Ahí hay una pregunta sobre Kicillof y sobre los intendentes. Porque los gobernadores con Cristina no quieren nada.
-¿Tiene el modelo de los gobernadores de la Región Centro una respuesta para los problemas del conurbano?
-No sé si alguien tiene una resolución para los problemas del conurbano. En principio, Milei lo manda a autogestionarse y quizás hay una parte de la sociedad que lo escucha y piensa: “Hoy para poder ascender tengo que hacerlo por mano propia”. La Región Centro es un modelo de resolución para la Argentina federal más que para el conurbano bonaerense.
-¿Ese modelo de la Argentina federal puede encarnar una nueva polarización?
-La política armó una polarización: ajuste vs. distribución. La sociedad le respondió: reformismo y orden vs. conservadurismo y caos. La sociedad asocia el conservadurismo, el volver para atrás, el caos, al último gobierno. Así organiza un debate diferente al que esperaba la política.
-En esa polarización que usted plantea, ¿qué pueden aportar de nuevo los gobernadores?
-La Región Centro tiene un modelo porque la política la organizó la sociedad de abajo para arriba. Es un reformismo no individualista. Entonces, los gobernadores pueden tener un rol, pero tiene que tener un rol la sociedad. La salida que propone Milei es reformismo y orden. Hay que buscar una salida que contenga eso y además coloque como protagonista a la sociedad o a un entramado más cooperativo de las fuerzas sociales. Por supuesto tiene que tener política, pero no la puede organizar solamente la política desde arriba.
-¿Tiene el Círculo Rojo un plan B o está cómodo con Milei?
-La ruptura del orden político del '23 también implica una ruptura del bloque económico. La economía política de Milei es básicamente petróleo, gas y minería. Es muy diferente a la economía política del viejo régimen, montada sobre actores industriales especializados en las regulaciones y en el mercado protegido. Es una economía exportadora, no una economía de mercado intermedio.
-Está vacante, no tiene un sujeto político. Para el agro, Milei es mejor que quienes estaban antes, pero no tiene un lugar. A los trabajadores informales Milei les baja la inflación. Para petróleo, gas y minería tiene el RIGI. El campo está vacante. Ahí podría haber una sociología económica para un nuevo bloque político, al que el peronismo tampoco interpela.
-¿Hay diferencias respecto del rol del Estado nacional entre esos dos bloques?
-No, los dos sectores creen que el Estado nacional no cumple ninguna función. Es una mochila.
Un proyecto, un país
-Los gobernadores plantean que la Nación gasta lo que produce el interior. ¿Cómo van a poner un presidente con ese discurso?
-En el fondo, estamos discutiendo un reordenamiento de la relación del Estado federal. Los sectores dinámicos le van a pedir al Estado nacional que se ocupe de determinadas cosas y las haga bien: estabilidad macroeconómica, bienes públicos, infraestructura, que es el gran déficit en la Argentina, y listo. El riesgo es que en lugar de ir hacia un Estado federal con una nueva organización vayamos a un sistema confederal.
-Los gobernadores tienen que darse cuenta de que la reconstrucción del entramado político nacional necesariamente conlleva un proceso de abajo para arriba, traer actores nuevos a la política. Un entramado que parece el CFI, con todos de traje y corbata, donde no le abren la puerta a nadie, parece una CGT de los gobernadores, no un proyecto nacional.
-Una caja de herramientas diferente a la que usan en sus distritos.
-Lo que les sirvió para ser gobernadores en sus provincias probablemente no les sirva para armar un proyecto nacional. Entonces, el tropezón de Provincias Unidas el 26-O no es para decir “¡che, nos metemos puertas adentro!”, sino para decir “¡seamos un poco más profundos en el anclaje social, económico y político y cultural que le damos a esta alternativa”. Si no, puede que la sociedad se los lleve puestos como una ola también en sus provincias.
-Entonces, ¿quién le discute el 2027 a Milei?
-Así como la sociedad lo puso, la que va a sacar a Milei es la sociedad. Si vas a ofrecer a Milei con todos sus problemas, sus defectos, sus crueldades o volver al pasado, la sociedad va a seguir usando la herramienta Milei. Si a la sociedad le ofrecés una herramienta que tiene algunas cosas de Milei, pero que resuelve cosas que él no resuelve, empieza una discusión más rica.