El peronismo de Santa Fe busca un anfibio para sellar la grieta entre los K y el territorio
Regresó el internismo al PJ provincial tras la derrota del 26-O. Pase de facturas a Ciudad Futura y un horizonte sombrío. ¿Dónde hay un new Omar Perotti?
El peronismo de Santa Fe en la noche del domingo 26.
El peronismo de Santa Fe terminó el domingo pasado con más dudas que certezas. No solo con incógnitas: también lo cerró con heridas internas, evidentemente, no zanjadas. La frescura de Caren Tepp no rompió la tendencia del techo bajo. Ahora, de cara a 2027, el PJ necesita un anfibio que retenga el núcleo duro y a la vez crezca hacia otros sectores. ¿Omar Perotti habrá ganado sin mover?
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El PJ confió en Juan Monteverde y Tepp a lo largo de todo el año. Él salió segundo en la elección de convencionales, pero con apenas 15 puntos. Ella terminó segunda el domingo, barrida por La Libertad Avanza. Se los eligió, en la previa, por renovadores, por dadores de aire fresco y líderes de peso en Rosario.
El 26-O del peronismo de Santa Fe
Con el resultado puesto, el peronismo santafesino se encontró de cara a un problema que involucra a la dupla de Ciudad Futura, pero que realmente la excede. Como el partido nacional, se dedicó sólo a enfrentar a Javier Milei con un discurso que caminó por la negativa. Cero propositivo, cero plan.
Tepp, por su parte, no hizo pie. Se creyó en ella para ganar Rosario, avalada por el antecedente victorioso de Monteverde en las legislativas locales, pero de proyectar un triunfo, Fuerza Patria pasó a llevarse una derrota contundente por siete puntos en la ciudad más importante de la provincia.
Mi más profundo agradecimiento a la militancia por la campaña y a la gente que confía en que nos merecemos un país mejor. Acá vamos a estar, siempre. Los quiero mucho pic.twitter.com/6tX3MleEjP
El resultado final despertó una tormenta el mismo domingo sobre el techo del búnker de Ciudad Futura. “Somos todos peronistas, progresistas las pelotas”, ladró La Cámpora, de visitante. Monteverde, por su parte, eligió no subir al escenario para no verse arrastrado por una derrota dura. Prefirió pensar en 2027 antes que hacerse cargo de su parte del traspié. El clima de internismo volvió más rápido de lo que se preveía.
El PJ no tiene candidato para 2027
En el cálculo de algunas tribus peronistas, una buena elección de Tepp en Santa Fe la posicionaba en la carrera a la gobernación. Una victoria, ni hablar. Ahora, la derrota por 12 puntos y la imposibilidad de romper el techo reciente de la marca tiñó de dudas el plan. Por el nombre, por la construcción, pero también por una cuestión de formas.
La campaña de Fuerza Patria adquirió el mismo tono kirchnerista que la bonaerense, se vio fagocitada por ese relato. Es verdad, era una campaña nacional, pero el peronismo santafesino tiene otros colores, otras características y su electorado tradicional requiere algo más que kirchnerismo en sangre.
Tepp sacó 28 puntos en el promedio provincial, pero rondó entre los 20 y 25 puntos en el interior de la provincia, sobre todo en el oeste, donde prima el gringaje. Evidentemente, con una retórica kirchnerista, el PJ no volverá a celebrar en la provincia. Todo lo contrario, seguirá bajando.
Omar Perotti, un ganador sin competir
Quien sí celebró el domingo fue el exgobernador Omar Perotti. El rafaelino vio dos cosas al principio del año. Debía correrse, llamarse a un retiro espiritual y no ser candidato a nada y, por otro lado, el PJ debía trabajar para que regresaran los tercios a la provincia.
Perotti se corrió, no jugó ni en los comicios para convencionales ni en las legislativas locales y zafó de la cara que te impone la derrota. También se abrió de la competencia nacional. En el medio, lo defenestraron por hache o por be y algunos sectores internos pidieron su expulsión del partido.
Con el resultado del domingo, el rafaelino renovó sus credenciales y demostró que su figura es necesaria y hasta central para el futuro que pueda tener el peronismo en Santa Fe. Por su trayectoria, origen y conocimiento, Perotti debería conducir el proceso que se abre. Además, es el último gobernador del peronismo en la provincia, sacó 40 puntos en un escenario de unidad y con aval de Cristina Fernández de Kirchner. Haga lo que haga en 2027 (¿candidato a gobernador? ¿senador nacional?), el rafaelino parece llamado a tener un lugar de centralidad.
Si Perotti se torna indescifrable, el peronismo provincial tiene en la construcción de 2019 un norte a seguir. Aquella idea de “la unidad en la diversidad” que tantas tribus incluyó. Con todo, necesita una figura y un armado, ajustado al molde de las características de Santa Fe, que penetre en Rosario la grande, pero que también haga pata ancha en el interior, el que defendió la 125 y se espanta si huele kirchnerismo.