El candidato de Alternativa Vecinal se impuso con el 76% de los votos. Regocijo en el cordobesismo, que jugó en sociedad con la poderosa familia Urquía.
Eduardo Pizzi continuará al frente del gobierno de General Deheza. El gobernador Martín Llaryora lo acompañó en el búnker.
El gobernador Martín Llaryora y el ministro de Gobierno, Manuel Calvo, felicitan a Eduardo Pizzi.
Activa 94.3. General Deheza Eduardo Pizzi celebra junto al gobernador Martín Llaryora, el ministro de Gobierno Manuel Calvo y el asesor para los departamentos del Sur, Juan Manuel Llamosas
Activa 94.3. General DehezaCon el 76% de los votos, Eduardo Pizzi fue revalidado como intendente de General Deheza en las elecciones celebradas este domingo. Su éxito dibuja la primera sonrisa de Martín Llaryora, tras su regreso a Córdoba luego de una gira por el exterior de 10 días. Enhebra las victorias en la capital y Río Cuarto que lo tuvieron como estratega.
El gobernador tiene en Alternativa Vecinal -el sello que gobierna la ciudad desde hace más de 20 años- un nuevo y estratégico socio del Partido Cordobés. Con medida alegría, el mandatario viajó para felicitar personalmente a quien administrará la localidad del sur provincial, importante polo aceitero y manisero del centro del país y sede de la Aceitera General Deheza.
El vencedor se impuso a dos jóvenes competidores que llegaron desde fuerzas no tradicionales: el periodista Marcelo Araos, desde el espacio Proyecto Joven, que tuvo un 3,5% de los votos; la contadora Noelia Díaz, empleada en la AGD, por el recientemente creado Partido Libertario, que recogió 15,5% de los sufragios.
La escasa participación fue la nota distintiva de una jornada en la que sólo se elegía intendente. Sobre 10.600 dehecinos habilitados, sólo acudieron a votar 4.352, un magrísimo 41%. Los votos en blanco representaron un 5% del total de las boletas.
Con este espaldarazo, Pizzi completará mandato hasta 2027. Hasta este domingo se desempeñaba como intendente interino tras la muerte de Oscar Flores Ferrando, quien había solicitado licencia el mismo día de su asunción, el 10 de diciembre, para afrontar un prolongado tratamiento médico.
Riocuartense de nacimiento, el nuevo intendente se recibió de microbiólogo en la Universidad de la ciudad autopercibida imperio. A los 23 años se radicó en Deheza, donde comenzó a ejercer como docente y formó familia. Con 59 años espera llegar a la jubilación en 2025.
Concejal electo en julio del pasado año, ocupó la intendencia por acuerdo de la dirigencia de Alternativa Vecinal. Un año después, no obstante, debió sortear un proceso de convalidación interna, iniciado tan pronto se confirmara la realización de elecciones, en mayo pasado, sólo para el Ejecutivo municipal.
Una encuesta de 800 casos, que lo mostró mejor posicionado que Gabriel Pesco, el otro contendiente, selló su suerte como titular de la escudería oficial.
Creyente, católico practicante, Pizzi profundizó un perfil ajustado a los tiempos de discurso “anticasta”. Renuente a lo que denomina “sucias prácticas”, prefiere ubicarse como alguien que no proviene de la política.
En el tramo final, prefirió evitar referencias al apoyo oficial que le llegó desde el Panal. Incluso, en la última entrevista, brindada a Radio Vos, respondió con sumo cuidado a una pregunta en la que se lo invitó a elegir entre el gobernador y una de las referencias de la oposición, Luis Juez.
“Me gustan cosas de cada uno. Me gusta esto que hace Juez de denunciar, de poner las cosas en el tapete. Me gusta de Llaryora la capacidad de gestión que tiene”, respondió el docente.
Con o sin publicidad local, Alternativa Vecinal es la última incorporación a la argamasa del Partido Cordobés. Aún antes de la admisión oficial, distintos funcionarios, en particular el ministro de Gobierno, Manuel Calvo, incrementaron sus viajes a la localidad, ubicada 200 kilómetros al sur de la capital provincial.
"Este triunfo ratifica que nuestro equipo de gobierno busca sumar partidos y dirigentes con un objetivo en común: trabajar en pos de los intereses y del desarrollo de cada comunidad", escribió en X (ex Twitter) el mandatario provincial, quien viajó temprano para acompañar al ganador. Las elecciones en la capital de Córdoba y en Río Cuarto tuvieron su fuerte impronta.
Desde la Gobernación prefirieron inclinarse por la continuidad del partido que ha gobernado la ciudad en 32 de los 40 años de democracia. Para ello debieron convencer también al referente del peronismo local, el concejal Lelio Dedominici, quien declinó su voluntad sobre el cierre de la presentación de listas.
Tampoco fue de la partida la UCR, estragada por internas. Más allá de las expectativas previas, la decisión sorprendió en la capital provincial. En el departamento Juárez Celman sientan reales dirigentes de peso en el intendentismo boinablanca. En particular el diputado Marcos Carasso, hoy presidente del Comité Provincia y hombre fuerte de la vecina ciudad de General Cabrera.
El éxito del nuevo aliado opera también como temprano envión para Juan Manuel Llamosas, recientemente comisionado como representante formal de Llaryora para su proceso de ampliación de la alianza de gobierno.
Por encima de los cálculos, desde el Ejecutivo provincial destacan la coincidencia de enfoques con la dirigencia del partido dehecino. En particular, su atención al sector productivista y el interés por explotar la potencialidad de las innovaciones para el sector agrario.
Alternativa Vecinal es un partido estrechamente vinculado a la familia Urquía. Fue creado en la década del 80 como opción al bipartidismo que, con el PJ y la UCR como protagonistas, determinó la dinámica política mediterránea desde la vuelta de la democracia hasta el cambio de siglo.
Desde entonces, se convirtió en la fuerza dominante de la ciudad, una de las más importantes del fértil departamento Juárez Celman. Hasta hoy, las decisiones al interior del partido se toman con anuencia de Roberto Urquía, segundo hijo de Pascual Urquía, el fundador de la AGD.
Exlegislador provincial, exdiputado, exsenador, tejió tanto con el peronismo cordobés como con el kirchnerismo y el macrismo. Ahora, mira al gobierno de Milei con la ambigüedad de tantos: aunque considera positiva la remoción de intervenciones estatales se inquieta ante la profundidad de la crisis económica.
Sobre tales preocupaciones, el empresario proyecta las preocupaciones que deberían marcar la gestión de su apadrinado. "Eduardo tiene claras las prioridades. Lo dialogamos mucho. Hay una caída de las obras sociales que obliga a reforzar (la salud). También la niñez, con los comedores infantiles y la tercera edad. La Municipalidad no puede mirar para otro lado si falta algo", remarcó en diálogo con medios locales.