La suerte de la Fiscalía Regional Rosario, María Eugenia Iribarren estaba casi echada en diciembre, cuando quedó en el ojo de la tormenta por el crudo enfrentamiento entre sus investigadores. Su salida se formalizó hoy, con una durísima resolución de la fiscal general María Cecilia Vranicich, quien ordenó que la reemplace su par de Venado Tuerto, Matías Merlo.
El escrito de ocho puntos en el que Vranicich comunica la intervención de la fiscalía regional es una radiografía de lo que la última auditoría relevó sobre la conducción que ejerció Iribarren en Rosario. Concluye que no había liderazgo, ni criterio unificado de políticas de persecución criminal y más aún, que las fiscalías funcionan como compartimentos estancos, no había entrecruzamiento de datos ni información.
Vranicich tomó la determinación amparada en las modificaciones recientes que aprobó la Legislatura a la ley Orgánica del Ministerio Público de la Acusación, que determinó un MPA mucho más centralizado y verticalista. Le reforma le quitó poder a la Junta de Fiscales y le dio más herramientas a la fiscalía general para tomar decisiones.
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María Eugenia Iribarren. Es reemplazada en Rosario, pero continuará como jefa regional de Casilda, Cañada de Gómez, Villa Constitución y San Lorenzo
La reforma significó, sobre todo, un mensaje del poder político al MPA: resuelvan sus problemas dentro de su propia estructura. Vranicich, empoderada, entre las primeras medidas que tomó, reordenó su mesa chica y designó como nuevo secretario general del Ministerio Público de la Acusación (MPA) a Leandro Maiarota y ahora lanzó esta resolución, la primera de alto impacto público.
El escrito menciona, además, que Irribarren desconoció una orden directa de Vranicich. Fue cuando, la fiscal general le ordena a la regional que desplazara al fiscal Matías Edery, ya con un proceso disciplinario abierto, de la Agencia de Investigación Criminal y lo mande al área de investigación de siniestros viales. Dos semanas después de impartida la medida, Edery aún seguía en su oficina y con acceso al sistema de de los casos bajo investigación. Vranicich lo interpretó como una desobediencia manifiesta.
La lectura en la fiscalía general es que no solo hubo falta de liderazgo y conducción sino que además hubo parcialidad para con algunos fiscales. Sienten que tomó partido. Tanto así que tras la guerra de denuncias cruzadas entre fiscales rosarinos, hubo una última decisión de Irribarren que colmó el vaso y adelantó su salida. Fue cuando dispuso un sumario contra el fiscal Miguel Moreno, encargado de la Unidad de Delitos Económicos Complejos, cuando éste pidió más recursos para investigar. Y es que Moreno fue uno de los fiscales que denunció a Edery en el caso que sacó a la luz el descontrol y las internas de MPA.
Tras las últimas balaceras en la ciudad, en las que fueron asesinados dos taxistas, un chofer de coectivos y un playero, Vranicich había logrado apaciguar esas diferencias. Armó una unidad de investigadores integrado por fiscales de los dos lados de esa disputa. El sumario de Iribarren contra Moreno, leen desde la General, rompió ese débil equilibrio y fue por lo menos inoportuno.
Maximiliano Pullaro bancó la decisión
El gobernador Maximiliano Pullaro salió a bancar la decisión de Vranicich. “La fiscal general entendía que había niveles en donde se podía mejorar la investigación penal en Rosario, tomó decisiones que creemos correctas y que vamos a acompañar desde el gobierno de Santa Fe”, sostuvo.
Ahora, de Matías Merlo se espera que pueda reordenar las investigaciones en Rosario. Una de las críticas a Iribarren es la organización fraccionada de las unidades fiscales. Esa lógica llevó a investigaciones de causas graves de manera fragmentada que terminó afectando la estandarización de los procesos y los criterios de trabajo. Tanto así, menciona el escrito, que hasta encontraron casos manejados como “propiedad personal y exclusiva de los fiscales”.
A partir de mañana, y por lo menos por seis meses, Iribarren continuará como jefa regional de Casilda, Cañada de Gómez, Villa Constitución y San Lorenzo y deberá notificar en cuál de esos distritos fijará sede para el ejercicio de sus funciones. Merlo, por su parte, seguirá al frente de la fiscalía regional de Venado Tuerto y asumirá en paralelo la del distrito Rosario.