Sin candidatura a la vista, pule su perfil de peronista libertario y sostiene su deseo de ser canciller. Pocos logros de gestión y el avance de Karina Milei.
Daniel Scioli, secretario de Turismo, Ambiente y Deportes.
Sin pergaminos de logros en su gestión en Turismo, Daniel Scioli busca posicionarse en el gobierno libertario y no abandona su ambición de ser el canciller de Javier Milei. De hecho, en su entorno hay tanteos y consultas para armar equipos que, eventualmente, puedan desembarcar en el Palacio San Martín.
Si bien la posibilidad de una salida de Diana Mondino del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto fue perdiendo fuerza en las últimas semanas, el excandidato presidencial del Frente de Todos (FdT) está listo, como un soldado, para ocupar ese cargo. Cuenta con el antecedente de su gestión en la embajada argentina en Brasil (2020-2024).
Mientras resiste los embates de la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, que le interviene la caja y le recorta poder a su organismo, el secretario de Turismo, Ambiente y Deportes se afianza en el cargo con el correr de los meses y mantiene viva su ambición de avanzar casilleros hacia la Cancillería. Sería un rol con muchísimo más peso y exposición, pero que implicaría un camino peligroso por la interna palaciega del gobierno libertario.
Para sobrevivir dentro del gobierno de Milei, Scioli tuvo que mandar a sus funcionarios a tirarse encima de las granadas. Su último frente de tormenta fue el episodio que terminó en la ruidosa salida de su ex subsecretario Julio Garro. Sin dudarlo, Scioli le soltó la mano y le pidió la renuncia al exintendente platense por pedirle a Lionel Messi que se disculpara por los cantos xenófobos de La Selección. El hecho desató la furia de los trolls libertarios en las redes sociales.
En público, el exgobernador bonaerense jura que no tiene ninguna intención de competir en las elecciones de 2025. Su objetivo es construir la pata principal de un "peronismo libertario", como le gusta definirse ahora sin complejos. Nacido a la vida política en el menemismo, donde se forjó su ADN, se siente cómodo en el universo libertario y mira con expectativas el futuro, bien lejos del kirchnerismo.
"Soy peronista y libertario. Soy un especialista en acercar cosas que parecen muy distantes", dijo, a mediados de junio, durante una entrevista. "Yo tengo una visión del Perón que hablaba del movimiento, de la montura para cabalgar los cambios de la historia, de adaptarse a las distintas circunstancias. El mundo está en transformación, hay cambios y la Argentina los necesitaba. Mi compromiso es poner el hombro en estos momentos con mi experiencia”, agregó para explicar su desembarco en el gobierno libertario.
Por ahora, la gestión parece tener más dificultades que logros. El boom que había anunciado hace algunos meses para el turismo interno en las vacaciones de invierno quedó en expresión de fe. El sector que Scioli dice promover como si fuera "el primer lobbista" sufrió el golpe de la recesión libertaria, tuvo una caída interanual del 22% y movió 12% menos de personas.
Sin muchas buenas noticias que anunciar en el frente turístico, Scioli apunta todas las fichas ahora a convertirse en la cara de la transformación del fútbol argentino a través del desembarco de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD). Con ese objetivo venía trabajando con Garro, quien había logrado la voluntad de un club platense para arrancar el proceso de SAD.
Ahora, Scioli trabaja para avanzar con un proyecto que tiene como impulsor clave al ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, y que puede hacerle avanzar posiciones en el gobierno libertario.
Mientras tanto, resiste los embates internos, como el avance de Karina Milei sobre su organismo. Hace algunas semanas, la hermana presidencial tomó posiciones sobre el Instituto Nacional de Promoción Turística (Inprotur), que maneja unos 3.000 millones de pesos al año.
Por ahora, el entorno de Scioli repite que su único interés es aportar la experiencia de gestión y descarta una candidatura electoral en los comicios del próximo año.
Después de su frustrado intento de participar en la interna del Frente de Todos y deponer su postulación poco antes de las PASO, Scioli decidió quemar todos los puentes con el kirchnerismo y avanzar en un camino propio. Por ahora, jura que su futuro está lejos de las urnas, aunque el tiempo podría cambiar las cosas.