LA PLATA (Corresponsalía Buenos Aires) El Frente Renovador (FR) cerró una semana difícil para la coalición de gobierno, aunque con el armisticio vigente, con una larga tarde de catarsis en San Fernando: Sergio Massa reunió a su tropa bonaerense para hablar de la crisis que surfea la alianza. Durante el encuentro, que se extendió por más de cinco horas, hablaron todos y todas y quedaron expuestas las diferencias que hay dentro del espacio respecto del rumbo a seguir, aunque el respaldo al jefe político fue unánime. En línea con el secretismo decidido por la cúpula todista en este período de paz consensuado, la dirigencia massista acordó guardar bajo siete llaves el contenido del cónclave.
La era del secretismo quedó inaugurada tras la cena que compartieron en Olivos el presidente Alberto Fernández y la vice Cristina Kirchner el lunes posterior a la renuncia de Martín Guzmán y continuó con los dos encuentros a los que se sumó Massa, sobre los cuales se mantiene el hermetismo. El pacto de silencio se respeta a rajatabla y se extendió al massismo este viernes. Letra P habló con tres importantes dirigentes que participaron del encuentro y la respuesta fue calcada: no se puede hablar.
Sin embargo, este medio accedió a algunos detalles de la reunión celebrada en el distrito que comanda Juan Andreotti. Durante el extenso plenario, la dirigencia que responde al hincha de Tigre ventiló sus pareceres a siete meses del último encuentro. Massa abrió y cerró la reunión.
“Cada uno dijo lo que siente”, afirmó uno de los presentes a este medio, al tiempo que marcó diferencias entre la dirigencia del interior y la del conurbano. Como viene relatando Letra P, en la tropa hay quienes acompañan la postura del conductor de oficiar de mediador entre los Fernández y quienes le piden dar un paso más y redoblar la presencia en el territorio de cara a 2023.
Massa viene atravesando momentos incómodos dentro de la alianza gobernante. Primero fue el desembarco de Daniel Scioli en el Ministerio de Desarrollo Productivo, histórico rival del Frente Renovador, principalmente durante el segundo mandato de aquel en el Ejecutivo provincial. Ese malestar fue explicitado por la dirigencia bonaerense.
El segundo mal trago fue tras la bomba Guzmán: Massa buscó, sin éxito, imponer los cambios que le venía planteando al Presidente hacía tiempo, un relanzamiento del Gobierno con él al frente de la Jefatura de Gabinete y un equipo económico propio. La llegada de Silvina Batakis al Palacio de Hacienda clausuró, al menos por ahora, sus chances.
La barra bonaerense del FR no se reunía completa desde el mes de noviembre del año pasado. Aquel encuentro fue también en San Fernando. Desde allí, Massa había reclamado la institucionalización de una mesa política del Frente de Todos, un pedido que nunca llegó a plasmarse. Ese día planteó por primera vez la necesidad de llevar adelante un congreso nacional del partido. La guerra interna del oficialismo hizo que lo suspendiera en reiteradas ocasiones: febrero, abril, julio… Ahora dicen que podría concretarse en agosto.