PROYECCIÓN '23

A 15 meses de la campaña, 15 presidenciables

Fernández va por la reelección pero hay clamor por CFK y Macri. Con la Interna PRO, Milei es número puesto. Asoman los gobernadores y los radicales.

Parafraseando el derecho penal, en plena crisis, se es presidenciable hasta que se demuestre lo contrario. Por estas mismas fechas, en un año electoral como 2023, recién el cronograma fijará el cierre del padrón provisorio, el puntapié del cronograma para los comicios. Faltando tanto, en pleno terremoto económica post-covid y con la guerra declarada a la inflación, hay 15 aspirantes a liderar una boleta -tres de ellas mujeres-. La mayoría, como hoy es políticamente correcto no hablar de candidaturas, esquiva la definición. 

 

Hay excepciones a la regla del marketing político: el primero en lanzarse, para asimilar la tensión interna del Frente de Todos (FdT), por tradición o para prevenir que se hable de Síndrome de Pato Rengo, fue el propio presidente Alberto Fernández. El Día de la Militancia, en noviembre pasado, propuso una megainterna oficialista en las PASO del año que viene que, cuentan en el Instituto Patria, no le cayó muy bien a Cristina Fernández de Kirchner, quien, como mandataria, decretó las primarias abiertas pero siempre prefirió la lapicera. Dos veces recordó el jefe de Estado, ambas justo en José C.Paz, junto al excazatraidores Mario Ishii, que buscará su reelección. 

 

Ante Letra P, lideró el coro reelectoral del operativo clamor Matías Kulfas, el ministro albertista de Desarrollo Productivo. Se sumó el mismo sábado, en Toma y Daca, por AM 750, el gobernador fueguino Gustavo Melella. "Quiero la reelección de Alberto. Acá no hay más He-Mans en política", afirmó, reclamando el cese de hostilidades internas para no debilitar al Gobierno. 

 

Fue también ante este medio que alguien instaló la idea pública de una CFK2023: fue Carlos Bianco, jefe de asesores de Axel Kicillof. Desde La Cámpora evitan hablar de cualquier escenario electoral, acusando el momento de crisis, y más de uno que terminaría por resquebrajar la coalición. Si bien el ministro bonaerense Andrés Larroque calificó de "falta de respeto" hablar hoy de candidaturas; el intendente de Ensenada, Mario Seccono lo dudó: "Me gustaría". 

 

Con o sin Cristina en la boleta, en la misma Casa Rosada donde fogonean una interna todista descuentan que habrá una "oferta electoral K". Para ella ya consideran dos opciones: un dirigente con antecedentes de baños de humildad y un debutante en la danza de nombres. El primero es Jorge Capitanich, que antes de volver a ser gobernador de Chaco, tras su turbulento paso por la Jefatura de Gabinete cristinista, quedó en el camino para la supuesta primaria peronista 2015. El segundo es Eduardo de Pedro, que regresa este viernes de Israel. El ministro del Interior, al menos con su reciente portfolio fotográfico después de estar en el freezer albertista en la crisis de las renuncias que no fueron post-derrota 2021. 

 

El heterogéneo FdT tiene otro nombre para aportar a la danza: Sergio Massa. La expectativa continúa a pesar de que viene demorando la cumbre del Frente Renovador que, en los papales, oficiaría de plataforma de virtual lanzamiento. A pesar de que segundas partes nunca fueron buenas, una tesis lo ubica como el Alberto2023 2.0 como apuesta de Cristina Kirchner al admitir que con ella sola sigue sin alcanzar. 

 

Por si fuera poco, hay otro que pide permiso desde Brasil. Cuentan que el embajador Daniel Scioli está trabajando por la reelección de Fernández pero, si ésta se cae por algún "imponderable", se anota en las PASO peronistas del año que viene. Su nombre resuena, también, en cada recambio de gabinete que no termina de ocurrir.

 

Mauricio Macri era otro que venía amagando, supeditando su decisión a lo que dijera Juliana Awada. Ahora fue a través de una columna de Carlos Pagni publicada este martes en La Nación que el exmandatario avisó que quiere jugar en 2023. ¿Globo de ensayo, presión al otro presidenciable del espacio (Horacio Rodríguez Larreta) o realidad? Sólo él lo sabe hoy. 

 

Al menos en el barro cotidiano, le viene haciendo frente a Larreta la titular del PRO, Patricia Bullrich. La comidilla en el macrismo es que la exministra de Seguridad postula a Javier Iguacel para mostrar un candidato a gobernador bonaerense y evitar que la muden a esa categoría. Más allá de que le allanaría su propio camino, el alcalde porteño tampoco la quiere de eventual sucesora en la Ciudad. 

 

Otra que viaja como presidenciable y habla como presidenciable pero sería candidata a jefa de Gobierno porteño es María Eugenia Vidal. "A mí me gustaría ser presidenta, pero no estoy desesperada", aclaró el lunes, después de que Letra P contara sus últimos movimientos, con una visita protocolar a Neuquén. "Mide más que otras figuras del PRO, por eso nos sirve moverla por el país, pero el ojo está puesto en la Ciudad", aclara una parte del vidalismo. 

 

Envalentonada, la dirigencia de la UCR tampoco quiere perderse el tren. Como en 2007, antes de acompañar en la boleta a Roberto Lavagna, el gobernador jujeño, Gerardo Morales, augura un presidenciable radical para 2023. Más específicamente, a él mismo. Enfrente está Facundo Manes: mientras el centenario partido bonaerense busca postulante para acaparar los votos de la interna con Diego Santilli, el diputado y neurocientífico ya avisó que no será candidato a gobernador. Ergo, es un presidenciable. 

 

Hasta hace poco era inevitable ubicar a Martín Lousteau por la misma senda, pero el senador parece ya haberse bajado. "Estamos caminando la Ciudad, haciendo cuatro actividades por semana en esta primera etapa", revelan sus pasos cerca del economista. Eso sí, como la cara visible de este enclave radical, no quieren descuidar la construcción nacional: el 7 de mayo habrá una cumbre de Evolución en Santa Fe con referentes de todo el país.  

 

El centrismo que está naciendo tratando de recuperar la ancha avenida del medio tiene más nombres que lanzados. Sin reelección, están los gobernadores Juan Schiaretti (Córdoba) y Omar Perotti (Santa Fe), este último, de obligada visibilidad nacional frente a cada medida albertista que pegó en el campo, para no desairar a parte de su electorado. Como los últimos exgobernadores socialistas, sin reelección, la apuesta más grande es que Perotti se quede en sus pagos a construir el peronismo local desde una candidatura a diputado provincial. 

 

Si hay algo que no falta son gobernadores con aspiraciones, considerando que todo obispo quiere ser papa: el nombre del sanjuanino Sergio Uñac es uno de los que suena como propuesta desde la Liga Federal. Hay uno que ya se bajó igual de esa contienda: el bonaerense Kicillof está embarcado en su reelección. 

 

Por último, queda el liberalismo, la derecha, que en 2019 aportó no uno sino dos presidenciables: Juan José Gómez Centurión y José Luis Espert. Disputado por la interna de Juntos por el Cambio, con los halcones que le abren la puerta y los radicales y moderados que lo ponen de límite, no pasa un día sin que se hable de Javier Milei. De todos los que suenan, que dependen de otras jugadas o sus propias internas, es el único que tiene la senda allanada.

 

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