CÓRDOBA (Corresponsalía) La decisión del Frente de Todos local de presentar listas propias para las elecciones provinciales del año próximo ya tiene a su primer portador de la mochila con el bastón de mariscal del que habló la vicepresidenta Cristina Kirchner el pasado martes en Avellaneda. Se trata de Federico Alesandri, el intendente de Embalse a quien la pata peronista del oficialismo en Córdoba ya postuló como precandidato a gobernador del espacio que dividirá el voto peronista mediterráneo con el candidato de Hacemos por Córdoba, el jefe comunal capitalino Martín Llaryora.
El nombre de Alesandri surge de la pata más peronista del espacio que tiene al vicepresidente del Banco Nación, Carlos Caserio, como referente principal. Los sectores del frente más ligados al kirchnerismo y al progresismo mediterráneo no han puesto todavía nombres en juego. De este modo, el dirigente, que el año próximo culminará su cuarto mandato como intendente de una las ciudades del departamento Calamuchita, aparece como el único lanzado por el espacio que quiere disputarle la identidad peronista al armado que comanda Juan Schiaretti reivindicando las políticas nacionales de la gestión encabezada por Alberto Fernández.
Con 43 años, Alesandri es uno de los nombres que desde hace tiempo viene ocupando un lugar relevante dentro de la dirigencia llamada a protagonizar la renovación en el escenario mediterráneo. Tiene un año más que el radical Rodrigo de Loredo, pero siete menos que Ramón Mestre, Llaryora y Martín Gill, el hombre al que todavía esperan algunos sectores del oficialismo nacional para dar batallas desde las filas del Frente de Todos.
Hijo de un histórico dirigente delasotista, el legislador Carlos Alesandri, fue la cabeza de una de las dos vertientes del PJ cordobés que se enfrentaron al schiarettismo en las elecciones partidarias del año pasado. Perdió por un estrecho margen en Calamuchita, pero quedó posicionado sobre otros referentes del interior peronista cordobés, muchos de los cuales terminaron acordando con el mando partidario la presentación de listas de unidad y no pudieron plantear la alternativa referenciada en la Casa Rosada.
Con mayor éxito, la legisladora Mariana Caserio logró torcerle el brazo al oficialismo partidario en el departamento Punilla y también se ubica como una de las alternativas que se barajan en el seno del Frente Peronista Cordobés en caso de que la proyección del embalseño sufra algún traspié. En el espacio también hay otro puñado de nombres con dilatada trayectoria y fuerte anclaje territorial, como el intendente de Leones y exdiputado nacional Fabián Francioni, la capitalina Olga Riutort o el propio Caserio.
Sin embargo, el elegido es el hombre que se formó al calor de la militancia juvenil que fue una de las bases más importantes del proceso que derivó en el regreso del peronismo al gobierno provincial hace ya 23 años. Desde allí sostiene sus relaciones con una buena parte de la dirigencia provincial, las que expandió y fortaleció cuando integró la conducción de la Agencia Córdoba Turismo. De allí, saltó al ministerio que conduce Matías Lammens y cortó su lazo con el schiarettismo.
Esa dosis de juventud, peronismo histórico y lazos políticos afianzados son los que parecen haber jugado a favor de su designación como candidato del espacio que a comienzos de esta semana definió su estrategia provincial y acusó a Schiaretti de haber acompañado a Mauricio Macri en 2019 y de continuar “en la misma senda”. “Como justicialista debemos marcar que ése no es el camino. Perón y Evita nos enseñaron que nuestro proyecto es nacional y popular, al lado del Pueblo y no de los poderes concentrados”, aseguran.
“Queremos una Córdoba con justicia social e integrada a un modelo de crecimiento de país. Actualmente, la provincia de Córdoba posee las tasas de desempleo y pobreza más alta del país, siendo las juventudes las más perjudicadas”, señala el documento con el que el Frente de Todos cordobés puso fin a las especulaciones que advertían sobre un posible acercamiento a Hacemos por Córdoba.
“Vamos a trabajar por una Córdoba que genere oportunidades reales y no solo obra pública”, aseguró el cuerpo de representantes en el que también se enumeran la camporista Gabriela Estévez, los diputados nacionales Pablo Carro y Eduardo Fernández, un grupo de referentes sindicales con peso propio en la escena cordobesa y más de una treintena de intendentes e intendentas que quieren torcer el destino del peronismo no cordobesista y construir un espacio que recupere representación en la discusión política mediterránea.