ROSARIO (Corresponsalía Santa Fe) Un remanso de paz tras haber logrado la validación de casi todos los pliegos presentados para la Justicia y encaminar las sanciones a las leyes de presupuesto provincial y tributaria, le permite a la mesa chica del gobernador Omar Perotti empezar el scouting de encuestas en búsqueda de una candidatura competitiva y leal para 2023, quizás el talón de Aquiles del espacio que comanda el rafaelino. Con un jugador propio como el diputado Roberto Mirabella lanzado, en el perottismo ahora gana terreno a fuerza de números favorables la ministra de Salud, Sonia Martorano.
Mirabella es el único anotado en la carrera por la sucesión de Perotti dentro del peronismo que cuenta con la confianza del gobernador. Al diputado nacional, operador y alter ego del mandamás provincial, se le suman el camporista Marcos Cleri, el rossista Leandro Busatto y el representante del Movimiento Evita, Eduardo Toniolli. El senador Marcelo Lewandowski espera que la cosa decante a su favor, apalancado en encuestas que lo ponen como el peronista mejor posicionado, pero parece impacientarse: las jugadas independentistas de su sector no dejan de encandenarse.
En ese escenario, de las usinas del perottismo surgió el nombre de Martorano. Rosarina, ex presidenta del Colegio de Médicos, ligada fuertemente a la Asociación Médica de Rosario, la ministra que viene del mutualismo y la actividad privada rompe el esquema de todos varones cubriendo el tablero. Cuentan quienes la conocen que le costó hacer el tránsito a dirigente pública y casi que esquivaba hablar de política y peronismo. Hoy, más aplomada en su puesto, se define como perottista, un activo que permite contarla entre las cartas que puede jugar el rafaelino en 2023.
La médica se hizo cargo del fierro caliente que era la cartera de Salud y trajo soluciones en el momento más crítico de la pandemia y del operativo de vacunación. Con eso, se ganó la consideración del rafaelino y, dicen, subió en las encuestas. “Siempre la imaginaron como candidata para Rosario”, pero “en la última encuesta que el gobernador encargó rompió el techo municipal”, cuentan en estricto off fuentes de la Casa Gris. Dato no menor: la prensa se siente cómoda con ella, gran valor en un gobierno criticado por no tener muchas figuras que den la batalla mediática.
La ministra de Salud, entonces, se suma a la lista de potenciales delfines del mandamás provincial junto a Mirabella. Si bien son leales al gobernador, tienen distintas terminales dentro del perottismo. Quien se quede con la bendición del rafaelino tendrá que igual enfrentar una dura interna contra varias tribus en búsqueda del cetro peronista en las elecciones del año que viene, pero con una ventaja: los fierros del gobierno provincial a su disposición para hacer campaña. Correr, sí, pero con el caballo del comisario.