“Todos los santafesinos y santafesinas tenemos una gran ministra”, aseguró el gobernador Omar Perotti a fines de diciembre en una entrevista radial. Del otro lado, la titular del Ministerio de Salud le devolvió la gentileza: “Él es un buen jefe, nos da directivas claras y en épocas de pandemia no es menor”. El intercambio al aire, quizás hasta azaroso, es un reflejo claro del vínculo que tejieron en los últimos dos años el mandatario y Sonia Martorano. Él la necesitaba y ella respondió.
El teléfono de la titular de la cartera sanitaria no para de sonar. Desde hace más de dos años no hay fines de semana, feriados ni tampoco horarios, apenas una semana de vacaciones. La mayoría de las veces del otro lado de la línea está el gobernador. En el entorno de la médica aseguran a Letra P que la pandemia del coronavirus potenció una relación que “quizás de otra forma no se hubiese dado”. No son muchas las personas de confianza de Perotti y, a fuerza de trabajo, Martorano se ganó un lugar en ese minúsculo círculo.
Quien empezó la pandemia como secretaria del área y a los pocos meses tomó la posta del ministerio fue la que mejor logró interpretar el tono que pretendía el rafaelino. Rápidamente se posicionó como una figura pública y copó la escena de la contención de la emergencia sanitaria en un lugar que le resultó cómodo. Si bien en el perottismo evitan hablar de nombres propios para 2023 y aseguran que el objetivo de este año es “fortalecer la gestión” y “garantizar con hechos concretos el modelo de provincia” que propone el gobernador, la figura de Martorano se agranda día tras día y son muchos los sectores que no la pierden de vista.
Perotti descansa en ella no solo para las resoluciones sanitarias sino también para su comunicación. “La respeta, la escucha, le presta atención”, subraya una fuente allegada a la ministra. Como si fuera poco, la prensa también se siente cómoda con ella, un dato no menor.
Martorano no es una militante política, llegó a la gestión pública desde el mutualismo y la actividad privada. Está ligada fuertemente a la Asociación Médica de Rosario, entidad que brinda una red gremial, prestacional y social a profesionales de la salud, y hasta tiene una pata de medicina privada. Allí fue directora de prensa y presidenta de la mutual hasta asumir el cargo en la provincia.
A esto se le suman seis años como presidenta del Colegio de Médicos de Rosario. Las personas que trabajan con ella destacan que no proviene de la política “y eso se nota”. Sin embargo, esto no la detiene sino que la potencia. La funcionaria articula muchas veces el trabajo interministerial y mantiene un diálogo constante con todas las áreas, fundamentalmente con Marcos Corach (Gestión Pública), Juan Manuel Pusineri (Trabajo) y Daniel Costamagna (Producción, Ciencia y Tecnología).
Con la misma didáctica con la que explica protocolos, resoluciones y medidas sanitarias en los medios de comunicación, charla con sus pares y garantiza los pedidos de Perotti. Provenir de otro ámbito le proporciona herramientas para manejarse de otra manera. Hasta el momento, su jefe está conforme con su trabajo.
Martorano junto a adolescentes que recibían su vacuna contra el Covid-19
Mientras algunos sectores no la pierden de vista, Martorano sigue gestionando. Con la disciplina y la autoexigencia que la caracterizan, también tiene trazada una hoja de ruta paralela a la pandemia. El objetivo para 2022 es potenciar el programa de los 1.000 días, una iniciativa, una ley aprobada a la par de la interrupción voluntaria del embarazo, que busca trabajar con las personas gestantes y las infancias desde la concepción hasta los primeros años de vida. De la articulación participarán también los ministerios de Igualdad, Género y Diversidad; Educación, y Desarrollo Social. Otra instancia en la que la titular de Salud podrá coordinar acciones con sus pares del gabinete.
La rosca y el armado político aún no tienen lugar en la agenda de una ministra que continúa gestionando en medio de la tercera ola y el crecimiento abrupto de casos de coronavirus. El objetivo ahora es mantener en marcha la rueda productiva de Santa Fe ante las altas cifras de ausentismo. En la última semana se modificaron los esquemas de aislamiento y los criterios de testeo para garantizar que esto sea posible. Una vez más Perotti pidió y ella reaccionó con rapidez.
Lo único cierto es que se convirtió en una de las personas de confianza del gobernador, es una de las ministras más conocidas del gabinete y su nombre no pasa desapercibido para nadie. El 2022 será clave para definir los próximos pasos de Martorano. El gobernador, sin posibilidad de reelección ni nombres propios fuertes para la continuidad de la gestión, quizás la necesite en 2023. ¿Ella le responderá?