PROYECCIÓN ´23

Legislatura tucumana, un blindado peronista tripulado a cuatro manos

Tras la dura interna de 2021, Jaldo y Manzur controlan el parlamento provincial en un tenso equilibrio de fuerzas. Un mapa que condiciona el año electoral.

TUCUMÁN (Corresponsalía Norte Grande) La Legislatura provincial está integrada por 49 bancas que representan a los tres circuitos electorales en los que está dividido el distrito: las secciones Capital, Oeste y Este. El oficialismo posee un predominio claro que lo deposita a un solo voto de los dos tercios, la llave maestra para los grandes cambios. Sin embargo, esa mayoría de 35 escaños se articula a partir del doble comando que ejercen el gobernador en uso de licencia, Juan Manzur, y su vice, mandatario en ejercicio, Osvaldo Jaldo, el yin y el yang de un peronismo tucumano que se desequilibró hasta la fractura en 2021 y que ahora navega aguas de tensa calma rumbo a 2023.

 

La holgada superioridad numérica del Frente de Todos tiene sus pliegues. Quienes ocupan los 14 escaños identificados con Manzur constituyeron el subbloque "Lealtad Peronista", mientras que los 21 alineados con Jaldo se denominaban "Justicialistas de Todos". La bomba que llevó a esa diferenciación detonó el 8 de marzo de 2021 cuando una mayoría ocasional conformada por el jaldismo, algunos voluntades de Fuerza Republicana y del espacio que responde al intendente de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro, borraron de un plumazo el acuerdo para prorrogar el mandato del ombudsman manzurista Fernando Said Juri, y ungieron a Eduardo Cobos. El bloque se quebró y se inició una guerra sin cuartel en la Legislatura, a cargo entonces de Jaldo. Algunas de las consecuencias del cisma en medio de un clima enrarecido fueron la cesación de contratos del personal empleado en despachos manzuristas, el desplazamiento de los lugares de conducción de la dirigencia afín al actual jefe de Gabinete y 22 pedidos de juicio político contra el ministro de Educación, Juan Pablo Lichtmajer, y su posterior presentación de informes de gestión ante el cuerpo.

 

La guerra abierta y la casi insoportable convivencia parlamentaria terminaron en un enfrentamiento interno en las PASO, donde se impuso Manzur. La inmediata convocatoria al médico sanitarista para que ocupara el cargo de ministro coordinador del gobierno de Alberto Fernández obligó a ambas partes a una pax armada. Jaldo asumió al frente del Poder Ejecutivo provincial de manera interina. El legislador manzurista Sergio Mansilla, exintendente de Aguilares, quedó al frente del parlamento local. Otrora hombre de confianza del exgobernador José Alperovich, Mansilla habitó durante años el freezer donde lo ubicó Manzur. Sin embargo, luego de varias reuniones, trocó en una pieza clave de la estructura legislativa del jefe de Gabinete y en un garante de que el pacto con el jaldismo se cumpla a rajatabla en la Cámara.

 

La reagrupada bancada oficialista está liderada desde hace un año por el jaldista Roque Tobías Álvarez, que conoce como nadie los entresijos y los pasillos de la Legislatura tucumana debido a que, salvo en contadas ocasiones, forma parte del cuerpo hace tres décadas. Su periplo legislativo en representación de la Sección Oeste arrancó en el período 1991/95, etapa en la que fue diputado provincial y una de las espadas más importantes del exgobernador Ramón Ortega. Como si fuera poco, el tanque de 35 bancas oficialistas tiene además algunos satélites aliados: Sara Alperovich, de Hacemos Tucumán, un sello de mayor cercanía al gobernador interino, y Pablo Alfaro, cuyo padre -exlegislador- forma parte del espacio del intendente capitalino.

 

Por fuera del peronismo, Fuerza Republicana (FR), el partido que lidera Ricardo Bussi-hijo del exgobernador Antonio Bussi, ya fallecido, condenado por crímenes de lesa humanidad- posee cinco bancas, luego de las expulsiones de Juan Rojas y Paulo Ternavasio por haber votado a favor del ombudsman jaldista. Rojas ahora también forma parte de la bancada oficialista y Ternavasio juega con el alfarismo. Antes ya se había alejado del bloque de FR Nadima Pecci, por diferencias con Bussi, y tiene el unibloque Valores Republicanos que, por lo general, acompaña proyectos de la oposición y se sumaría al PRO en las próximas semanas.

 

Entre los bloques minoritarios tienen representación la Unión Cívica Radical (UCR), con José Ricardo Ascárate y José María Canelada; el alfarista Partido por la Justicia Social (PJS) integrado por Raúl Albarracín, Raúl Pellegrini, Walter Berarducci y Ternavasio; y Libres del Sur, quien sentó por segunda vez en la Legislatura a Federico Masso.

 

En este contexto, la unidad del peronismo se asoma con cautela a la cuenta regresiva rumbo a las elecciones provinciales del año que viene que, en principio, podrían ser el 11 de junio. Las especulaciones sobran, pero el conflicto ordenador sigue siendo la definición de la fórmula para la gobernación. Jaldo quiere ser candidato. Manzur está impedido de repetir, pero puede buscar el vericueto de pelear por la vicegobernación. Un veterano legislador peronista advirtió en diálogo con Letra P que si bien en la superficie el bloque legislativo está unido, gran parte de esa continuidad dependerá del buen diálogo que sostengan ambos dirigentes.

 

"Antes de fin de año debería haber un acuerdo que termine con las especulaciones sobre si Manzur regresa o no a Tucumán, si Jaldo será el candidato a gobernador y lo acompañará como vice el jefe de Gabinete o si habrá una tercera opción. Como sea, urge aclarar este escenario para evitar que se repita la foto de ambos referentes divididos, lo que nadie quiere", reflexionó. Este parlamentario integra el grupo reducido que no puede aspirar a otro mandato. En la Legislatura tucumana, hay 36 representantes que tienen posibilidad de pelear por retener su banca. Con pocas posibilidades de recambio, las próximas elecciones suman así otro elemento de tensión que deberá sortear el peronismo tucumano bicéfalo. Para que nadie se olvide, desde que ocupó su despacho en la Casa Rosada en septiembre de 2021, religiosamente, Manzur viaja todos los viernes a Tucumán para encabezar alguna actividad de gestión.

 

Omar Perotti, el gran apuntado por la debacle del peronismo en Santa Fe.
Victoria Villarruel y Javier Milei

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