HUGO SIGMAN

Sin vacunas para el desencanto en el Reino de los negocios

Herido por la demora de las Astrazeneca y lejos de la rosca local, el magnate sigue la campaña desde el verano madrileño. Netflix, mutismo y un pulpo offshore.

Si Paolo Rocca se garantizó el cierre de show del UIApalooza, Marcelo Figueiras fue el rockstar emergente que se llevó los aplausos. Los empresarios y los escasos funcionarios que llegaron a José C. Paz el jueves, a celebrar el día de la Industria en Cerámica Alberdi, se acercaban al dueño de Richmond, que empieza a acelerar el abastecimiento de las segundas dosis de Sputnik V industria argentina. El fideicomiso con el que juntó U$S85 millones estuvo sobredemandado, con 60 inversores públicos y privados de ambos lados de la grieta. A miles de kilómetros, en Madrid, Hugo Sigman mastica desencanto por lo que, cree, fue una fuerte campaña en su contra. Por la demora en la llegada de las vacunas de AstraZeneca, cuya materia prima partió desde sus laboratorios mAbxience a envasarse en México y Estados Unidos. Y por su amistad con Ginés González García, a prueba de vacunatorios VIP.

 

El momento de Figueiras contrasta con lo que sucedió hace casi un año, cuando Sigman fue la estrella invitada a la Conferencia Anual Industrial, a fines de noviembre. En ese momento, todo eran buenos augurios: la vacuna comenzaba a fabricarse en Argentina y Sigman se mostraba contemplativo con la manera en que Ginés, su gran amigo desde la adolescencia, manejaba la pandemia desde el Ministerio de Salud. Después, claro, pasaron cosas. Una foto de ambos tomando un café en Madrid volvió a poner al empresario en la picota de las redes, justo cuando Patricia Bullrich lo vinculaba a desmentidos pedidos de coima a Pfizer.

 

Sigman capitalizó la buena noticia de la vacuna “industria argentina” hace un año, ante el silencio del laboratorio que firmó el contrato con el Gobierno, AstraZeneca, bajo el mecenazgo de su buen amigo Carlos Slim. El problema vino después, cuando AstraZeneca incumplió los plazos de entrega -un problema global- y el proveedor local de la materia prima quedó en el centro de la tormenta. Eso llevó al empresario a deslindar responsabilidades vía Twitter: “mAbxience no es la propietaria de la vacuna, ni la encargada de venderla, cobrarla, ni de firmar los contratos con los gobiernos o establecer las fechas de entrega”, escribió allá por abril, cuando los retrasos en la llegada de las dosis crispaban los ánimos de todos y todas. Hasta hace diez días, habían salido de Garín los compuestos para fabricar 145 millones de dosis de la vacuna desarrollada en Oxford.

 

Meses después, quien fuera uno de los empresarios más activos a favor de la campaña de Alberto Fernández en 2019 permanece lejos de la rosca. “Está corrido, desencantado”, dice un funcionario que tiene trato cotidiano con él y con otros miembros del Círculo Rojo. Su mutismo contrasta no solo con el protagonismo de Figueiras, sino con la actitud de los laboratorios nacionales, que “apoyan como nunca”, según la misma fuente.

 

Las farmacéuticas locales nucleadas en Cilfa quedaron decepcionadas con la gestión de Mauricio Macri. Entre otras cosas, por la serie de licitaciones con la que el gobierno anterior buscó romper una “cartelización” en el abastecimiento de medicamentos al PAMI, según denunció. La apertura implicó, en los hechos, más importación y una mayor participación de los laboratorios extranjeros. Con el mix de devaluación y caída de ventas, las multis terminaron vendiendo marcas de fabricación nacional a los argentinos. Elea, de Sigman y la familia Sielecki (de mejores vínculos con el expresidente), amplió su participación en la torta.

 

En un reciente informe, los laboratorios nacionales pusieron números al desencanto y a la posterior reactivación, cruzados por la puja histórica con los de origen extranjero. “Los laboratorios farmacéuticos de capital nacional registraron hasta el año 2016 un superávit comercial mientras que las empresas extranjeras eran fuertemente deficitarias. En el 2017, 2018 y 2019 los laboratorios de capital nacional registran un déficit comercial en el comercio exterior de medicamentos y en 2020 vuelven a registrar superávit. De esta manera, en 2020 los laboratorios extranjeros tuvieron un déficit que alcanzó los USD 1.309 millones, mientras que los laboratorios nacionales fueron superavitarios por USD 100 millones”, indicó Cilfa. De continuar con políticas a favor de la industria nacional, la cámara proyectó que las ventas internas podrían trepar 18,7% para 2025 medidas en dólares, hasta los casi U$S 10.000 millones.

 

En ese contexto, Sigman está cerca de cerrar el acuerdo con Sinopharm para fabricar la vacuna china en su laboratorio Sinergium -que se levantó en 2009, con la epidemia de gripe A como telón de fondo. A la vez, avanza en los estudios para probar la vacuna israelí, que también se podría fabricar en el país. Todo eso, mientras su productora K&S prepara la segunda temporada de El Reino, la serie que produjo para Netflix, y se acomoda en el sillón de mando de la editorial Siglo XXI, adquirida a mediados de junio por su sello Capital Intelectual.

 

El pulpo Insud, con todo, despliega tentáculos más largos fronteras afuera. Actualmente, Argentina representa el 15% de la facturación global, en la que tienen cada vez más peso las plantas de India y China. Sigman vive medio año en Madrid y medio en Buenos Aires. Quizás para noviembre, con la calidez primaveral bien instalada, las segundas dosis aplicadas y las elecciones generales en el calendario, su apatía cambie.

 

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