NOVENA SECCIÓN

Los caminos escarpados que conducen a Uspallata

Rodríguez Larreta amplía su influencia en tierra bonaerense. Las caras y los tonos de la resistencia. Santilli, en off. A un mes del cierre, definiciones cero.

Una fotografía de Horacio Rodríguez Larreta, Jorge Macri y 18 intendentes del PRO difundida en la tarde del viernes pareció mostrar la calma de la unidad en medio de la convulsionada interna de Juntos por el Cambio, en el que se baten a nivel nacional halcones y palomas y se cruzan un escalón más abajo el team porteño y una tropa bonaerense deshilachada por el control de la estrategia electoral de la alianza en la provincia de Buenos Aires. La llamativa ausencia de Diego Santilli, que horas antes se mostraba orgulloso en otra imagen al ser vacunado con la primera dosis en territorio capitalino, parecía abonar esa lectura. Lejos de eso, la puesta en escena escondió la pelea desigual entre el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y el intendente de Vicente López, que desde hace semanas se envían mensajes políticos encriptados en la previa del cierre de listas. El proyecto nacional del primero -el único aparentemente capaz de obturar el regreso del macrismo con Macri como oferta alternativa al peronismo- y la resistencia bonaerense que conduce el segundo ralentan el diseño de un armado sin fisuras para enfrentar al Frente de Todos y exponen las diferencias más de lo que les gustaría a sus socios en medio de una agenda social centrada en la crisis por el covid-19. En el fondo, tironean el poder por las bancas en el Congreso, la Legislatura y la mesa chica de conducción. De todos modos, aunque se presenten por ahora escarpados, todos los caminos empiezan a conducir al PRO bonaerense, otra vez, hacia el Obelisco.    

 

Si en algo coinciden las principales figuras de la oposición, pese al escenario de inédita revulsión interna que vive el partido fundado por Mauricio Macri, es que la única alternativa que tienen para volver a gobernar es a través de la unidad. Acaso por eso, no les queda otra que enfrentarse entre sí hasta el último minuto, sabiendo que quienes ganen y quienes pierdan deberán convivir el día después. Al menos, ese es el objetivo que plantean y que quedó expuesto en la reunión que tuvieron Rodríguez Larreta, Macri y los intendentes en Olavarría. Hacia afuera, se difundió una imagen de rigor, sin demasiados contrastes. Luego del encuentro, el primo del expresidente dijo que el objetivo fue sostener la unidad apoyada en los intendentes, mientras que su vecino porteño sólo mostró algunas recorridas con el anfitrión, Ezequiel Galli, y focalizó su discurso en la gestión. Hacia adentro, lo que intentó ser un acto de respaldo al plan nacional del jefe de Gobierno porteño, que incluye una avanzada sobre suelo bonaerense con el adelantado Santilli, se transformó en un capítulo más de la pelea por controlar el tesoro electoral más codicado. 

 

Según pudo saber Letra P, la cumbre en el interior había sido pedida por Rodríguez Larreta y Macri apareció sin previo aviso y sin ser convocado para contaminar parte del mensaje político diseñado originalmente.Incluso, fuentes distritales aseguraron que el presidente del PRO bonaerense insistió con que "las alianzas y los pisos de la provincia se discuten en la mesa provincial de Juntos por el Cambio" y que los lugares en las listas seccionales, al igual que las estrategias, se definen a partir del peso político de quienes controlan esos territorios. Además, planteó evitar una interna en las PASO, como pretende el jefe de Gobierno porteño. "No hay ninguna encuesta que muestre que Diego (Santilli) es mejor candidato que yo; forzar una interna es obligar a que todos los intendentes la sufran", fue el cuestionamiento directo que hizo, de acuerdo a testigos de la charla.  

 

Principal sobreviviente del regreso peronista, Rodríguez Larreta se ve obligado a ampliar sus márgenes de influencia más allá de General Paz. Por eso, su idea de buscar contención en los intendentes para destrabar su plan de enviar a Santilli a la provincia y convencer a María Eugenia Vidal  de regresar a la Ciudad para pelear por lugares en la Cámara de Diputados de la Nación; un proyecto enroque que le cierra por todos lados, pero que aún no pudo poner en práctica plena, pese al amplio respaldo que cosecha, tanto del ala dialoguista como, en parte, de dos de los cuatro fundadores del Grupo Dorrego, los intendentes Néstor Grindetti (Lanús) y Julio Garro(La Plata), que creen que una avanzada porteña en la provincia podría darse "bajo la lógica intendentista". En tanto,  Diego Valenzuela (Tres de Febrero) se declara prescindente en la discusión y espera hasta que aclare. 

 

"Es muy sencillo: si María Eugenia termina de definir que no juega en la provincia, Diego va a ir a fondo y, si tiene que haber internas, que haya", repiten fuentes del Gobierno porteño. La amplia interna parece incluir, también, a otra dirigencia de la oposición que hoy está en otros espacios. Trascendió el intento de persuadir a Margarita Stolbizer, del GEN; a José Luis Espert, de Despertar, y al exministro de Economía de la Alianza Ricardo López Murphy de sumarse a Juntos por el Cambio. Fue durante una reunión privada entre Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, que también mantienen un enfrentamiento público y privado por el dominio de la Ciudad. 

 

Hace tiempo que el jefe de Gobierno porteño viene exponiendo a los propios la idea de abrir, sumar y dar boleta a todo aquel que quiera enfrentar al kirchnerismo, pero la resistencia llegó cuando lo propuso en un territorio que no gobierna. "Tendría sentido en 2023, cuando peleamos por el Ejecutivo, pero en estas elecciones corremos el riesgo de sumar dos o tres puntos más, que accedan a una banca y que al otro día rompan el bloque y armen uno propio", analizó una figura de peso de la Coalición Cívica, que marca antecedentes en la Legislatura bonaerense con la salida de Walter Carusso, Fernando Pérez, Guillermo Bardón, María Elena Torresi y Martín Domínguez Yelpo y la ruptura de Cesira Arcada, del Partido Fe, que rompió con Juntos por el Cambio y se alineó al gobernador de Santa Fe, Omar Perotti, luego de ganarle el lugar al lilito Sebastián Juleriac por cupo femenino.

 

Pese a esto, la versión pública del planteo bonaerense es mucho más entre encriptada y edulcorada de lo que sus espadas sostienen en privado. Al menos así quedó expuesto por el comunicado oficial de la mesa de JxC de la provincia de Buenos Aires que firmaron Macri (Propuesta Republicana), Maximiliano Abad (Unión Cívica Radical), Andrés De Leo (Coalición Cívica) y Joaquín De la Torre (Peronismo Republicano), en la que intentaron mostrar una postura unificada. "Los partidos políticos y espacios que integramos Juntos por el Cambio vamos a delinear el mejor marco de acuerdos programáticos y electorales, para nuestra provincia y para los bonaerenses", remarcaron en el documento que publicaron en las redes sociales 24 horas después de haberse conocido la cumbre Larreta-Bullrich para la ampliación.

 

En definitiva, lo dicho: todos los caminos parecen conducir a Uspallata 3160, donde atiende Larreta. Mientras tanto, quienes pretenden transitarlos siguen de cerca los movimientos de la exgobernadora bonaerense, que, aún de viaje en Estados Unidos con agenda de canciller, sigue bloqueando la largada de la carrera.

 

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