ELECCIONES 2021

La Guardia de Lilita: qué tiene y qué busca la tropa bonaerense de Carrió

Más influencia en las decisiones y lugares de gestión local, más allá de las bancas. Los socios y los focos de tensión según la sección. La pata rural. Nombres.

Con una estructura territorial modesta, en el armado bonaerense de Elisa Carrió no se autodefinen como acaparadores seriales de cargos y sostienen que el crecimiento del partido, más que exponencial, tiene que darse en calidad. Tener incidencia en las definiciones frentistas y acceder al manejo de áreas clave en algunas comunas gobernadas por Juntos por el Cambio donde tiene sintonía con sus intendentes son algunas de las aspiraciones de la Coalición Cívica de la provincia de Buenos Aires más allá de lo legislativo, donde ve que, de poner el cuerpo, Lilita lo hará para solidificar las bases de la coalición y no para sumar focos de tensión a la ya turbulenta negociación interna. Allí, hay quienes calculan que el reclamo del partido no irá mucho más allá de mantener o superar mínimamente el número de escaños en la Legislatura y en el Congreso.

 

El senador Andrés de Leo, presidente de la CC-Ari bonaerense, participó el martes del encuentro que lideró Carrió con referentes radicales. “Fue una reunión productiva, importante”, dijo el representante de la Sexta sección a Letra P y comentó que “hay criterios similares en aspectos fundamentales de Juntos por el Cambio, que tienen que ver con priorizar la unidad no sólo a la hora de las elecciones, sino fundamentalmente después”.

 

De Leo destacó que esto último “es más importante que un resultado electoral”. En ese sentido, explicó: “No es bueno ir juntos en una lista y que después determinados dirigentes o espacios políticos, en la Legislatura y en los concejos deliberantes, terminen abandonando los espacios o votando con los oficialismos”, señaló, en clara referencia al armado que en la provincia de Buenos Aires lidera el expresidente de la Cámara de Diputados de la Nación Emilio Monzó, quien rompió el bloque de Juntos por el Cambio en la Cámara baja bonaerense y trabaja en un armado que lo ponga en carrera para 2023.

 

Los movimientos en la Coalición Cívica y el radicalismo no están atados sólo a las estrategias de cada partido, sino, también, a las definiciones que tome el PRO, hoy atravesado por una fuerte interna entre distintos sectores. En el territorio, afirman que están “preparados” para acompañar un desembarco de la líder con presencia en cada una de las secciones, donde dan cuenta de bancas en diversos concejos deliberantes, pero dosifican energías. En línea con el planteo de De Leo, hacen foco prioritario en la necesidad de la unidad en la multiplicidad “sin confrontar”, para no regalarle terreno al oficialismo provincial y nacional.

 

La amplitud y la heterogeneidad del mapa bonaerense pinta realidades distintas. Por eso, al consultar al llano la estrategia electoral, se modifica según los vínculos tejidos por las dirigencias locales. “No hay una solución integral, sencilla. En algunos distritos, la Coalición tiene mejor vínculo con el PRO, en otros con el radicalismo y lo mismo sucede con los intendentes: a veces es bueno, a veces es distante”, señaló un dirigente del interior.

 

Si bien no confrontar y la unidad son ejes rectores, también avisan que, aunque pueden integrar frentes y acompañar conducciones de otros partidos, en aquellos distritos donde una o un dirigente tiene perspectivas concretas para 2023, darán pelea en las PASO para encabezar las listas. Además, destacan la necesidad de “tener criterio” a la hora de jugar electoralmente. “A veces tener un concejal significa condicionamientos y en algunos distritos preferimos no tenerlos”, señalan a manera de estrategia cuando vislumbran que el vínculo con el Ejecutivo puede ser tenso.

 

Hoy, la Coalición Cívica no gobierna intendencias en la provincia de Buenos Aires. Supo ser de esas filas Camilo Etchevarren, actual jefe comunal de Dolores, que sigue en JxC pero no desde la CC, donde admiten que las cosas no quedaron nada bien allí. Sí hay perspectivas en varios distritos donde empezarán a dar pelea este año. Eso sucede en Mar Chiquita, donde el partido fundado por Carrió competirá fuerte con Valeria Velázquez a la cabeza, concejala que pretende repetir junto a Bernardo Ornardini y quiere posicionarse para 2023. Por eso, advierten que, en distritos como ese, donde el liderazgo interno en disputa es alcanzable, si deben ir a internas, irán.

 

En otro distrito, Roque Pérez, Juan Cravero quedó en 2019 a solo nueve votos de la intendencia. Con perspectivas a 2023, su banca en el concejo vence este año y no puede renovar. Por eso, suena como una carta posible a jugar por la CC en la Séptima. En su entorno ven con buenos ojos esa posibilidad, pero destacan la prioridad de renovar en el Senado de la armadora seccional Carolina Tironi. En esa sección, varios lilitos sintonizan más con el PRO que con la UCR. Esos factores, mutan de acuerdo a la jurisdicción.

 

Por ejemplo, en Mar del Plata es fluida la relación de la CC con Guillermo Montenegro. Allí, está al frente del Ente Municipal de Turismo (Emtur) el referente lilito de la Quinta, Bernardo Martín, uno de los pocos casos de referentes de la CC que ocupan cargos de relevancia en una gestión local. Anteriormente, la propia Lilita bajaba la línea de no ocupar cargos públicos, pero modificó esa visión y ahora da luz verde con la idea de que, donde existan cuadros capaces de hacerlo, empiecen a ocupar casilleros de gestión en distritos controlados por JxC. En La Feliz, la CC también tiene perspectivas de retener la banca de Angélica González.

 

Como contracara, donde no hay sintonía, la CC no obstaculiza, pero tampoco prescinde de participar, como sucede en Pinamar, donde gobierna Martín Yeza (PRO).

 

Una relación partidaria similar a la marplatense se da en el conurbano. En Tres de Febrero, el concejal Fernando Trigo ha construido un buen vínculo con el intendente del Grupo Dorrego, el macrista Diego Valenzuela, quien en 2015 lo designó director de Acción Social y Tercera Edad y en 2017 lo convocó para que integrase la lista de aspirantes al Concejo. Trigo es uno de los cuatro concejales lilitos de la Primera Sección y el único cuyo intendente es de la misma alianza. Los otros casos, todas mujeres, están en José C. Paz, Marcos Paz y Pilar, distritos conducidos por intendentes del Frente de Todos.

 

El armado en esta sección está dividido entre la diputada nacional Marcela Campagnoli, que coordina en los distritos del conurbano, y el diputado provincial de la Cuarta, Luciano Bugallo, que ordena municipios asociados más a la lógica del interior, como General Las Heras, Marcos Paz, Mercedes y Lujan. En este sentido, la CC prevé la reelección de la concejala Lorena Harguinteguy en Marcos Paz; en Luján podría competir la exconcejala Susana Busso o el referente local Jeremías Rodríguez; en Mercedes el referente Martin Bossi y en General Las Heras la semana que vienen presentarán un armado formado por profesionales y empresarios.

 

Fuentes de la CC provincial perfilan el espacio como uno de los grandes emergentes de la 125, por lo que hacen gala de una pata rural “muy fuerte”. Como uno de sus principales exponentes aparece, justamente, el diputado y referente de la Cuarta Bugallo, pero también asoman otros dirigentes distritales que podrían pedir lugar en la lista de candidatos a concejales, como Sebastián Miguens (Chascomús), Guillermo Chapado (General Villegas), Carla Bruno (Bragado), Federico Pirotta (9 de Julio), Marcelo Petrini (Chivilcoy) y Rodrigo Esponda (Junín). En el caso del referente juninense, busca instalarse para disputar el control del municipio en 2023 por lo que no descartan ir con lista propia en el caso de que no pueda consensuarse una lista de unidad.

 

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