Desde una perspectiva trazada con la épica de postular al 2021 como “el año del renacimiento”, el gobernador Axel Kicillof presentó ante la asamblea legislativa un “Plan de reconstrucción y reactivación productiva” que abarca una serie de programas e iniciativas para descomprimir la carga tributaria, proteger a las pymes más impactadas, incentivar inversiones y reactivar el consumo.
Fue el anuncio más sembrado de expectativa desde el oficialismo y lo emitió al cierre de las casi dos horas de exposición, en las que, en materia económica, repitió definiciones ya realizadas en su alocución de apertura de sesiones de 2020 –en lo relativo a coparticipación y tarifas-, mientras que omitió planificaciones futuras sobre temas en los que había dedicado marcado énfasis el año pasado, tales como el abordaje de la deuda y la apuesta de su gestión por transformar a Buenos Aires en una provincia petrolera.
La reconstrucción del tejido productivo bonaerense a la que apeló Kicillof este lunes tiene múltiples patas que se traducen en la “mesa conjunta” que la Provincia conformó para delinear estas políticas: ARBA, Banco Provincia y los ministerios de Hacienda, Producción, Desarrollo Agrario y Trabajo, áreas que diseñaron un paquete de medidas que van desde el giro de proyectos que contemplen moratorias generales de impuestos patrimoniales, planes de pago y una simplificación del impuesto de Ingresos Brutos para monotributistas, hasta créditos por $56 mil millones para inversión productiva y de $5 mil millones para viviendas.
También, buscará potenciar microcréditos, la tarjeta procampo, líneas de leasing y programas que fomenten la instalación de parques industriales en el interior, entre otros. A eso, añadió la inyección de recursos en el sector de la construcción, vía el plan de infraestructura provincial que tiene presupuestado $170 mil millones. “Devolver capacidad de producción y consumo”, identificó Kicillof como objetivo central de este paquete de iniciativas que apuntan a acompañar las medidas macro lanzadas desde la Nación.
Un impulso de estas características era uno de los pedidos que las cámaras productivas de la provincia venían realizando en las sucesivas reuniones con funcionarios bonaerenses, en un contexto donde se enfatizaba que los Repro girados por el Gobierno nacional eran insuficientes y de bajo impacto en el sector pyme, a la vez que se esbozaba incertidumbre sobre la gravitación del descongelamiento tarifario, sobre todo para numerosas empresas en jaque con deudas significativas de arrastre en materia de servicios.
Ausencias
En un discurso cruzado por el aspecto sanitario y el abordaje de la pandemia, más allá del anuncio del plan de reactivación productiva, se vieron ausentes del mensaje de Kicillof aspectos que fueron centrales en 2020. En su planificación de políticas de industrialización, la discusión por el rol futuro de la provincia de Buenos Aires en torno al desarrollo de Vaca Muerta fue central el año pasado. Este lunes, fue omitido.
Lo mismo sucedió con otro asterisco crucial para el desenvolvimiento financiero futuro de la provincia, como lo es el avance de las negociaciones por el canje de bonos por 7,148 millones de dólares. Este lunes, el gobierno bonaerense prorrogó por décimo-tercera oportunidad el plazo para la discusión con los bonistas extranjeros, en un clima donde éstos empiezan a elevar las advertencias ante la persistente ausencia de un acuerdo.
Sí reiteró el gobernador la herencia recibida en esa materia en el fragmento discursivo donde se posó sobre el legado vidalista: “Asumimos después de un periodo de políticas neoliberales. El gasto público se redujo 10 puntos”, dijo sobre los cuatro años de "ajuste fiscal salvaje" de Vidal en los que, advirtió: “Lo único que crecieron fueron los pagos de servicio de deuda: 111%”. Amén de esto, no existieron precisiones sobre la marcha de las negociaciones.
Bis x 2
En ese llamado a la reconstrucción, Kicillof llamó a “transformar a fondo la injusta estructura de nuestra provincia”. En esa línea, reavivó un reclamo de 2020: la necesidad de recibir una mayor porción de coparticipación nacional. Esta vez, con el condimento de la polvareda que aún levanta el gobierno porteño por el recorte realizado por la Nación en septiembre pasado.
“Tenemos la firme decisión de recuperar los recursos que le pertenecen a la provincia y un presidente con voluntad de una distribución más justa de los recursos”, avisó el mandatario bonaerense para instar a la oposición a “abandonar las divergencias partidarias” y trabajar por recuperar “lo que a la provincia le pertenece”. Así, al remarcar que Buenos Aires es “una provincia rica con un Estado pobre”, admitió que “un Estado pobre es incapaz de construir a la velocidad que necesitamos el bienestar del conjunto”.
El aspecto tarifario fue otro punto donde el gobernador hizo un bis con lo dicho en 2020. Tras marcar que existen algunos aspectos del cálculo tarifario que están atados al valor del dólar, Kicillof reiteró: “Vamos a desdolarizar las tarifas de servicios, no puede ser que se pague a valor dólar”. De todas formas, esta expresión recobra su valor en un escenario donde la Provincia está discutiendo el descongelamiento tarifario con las energéticas.