Si la estrepitosa derrota electoral de María Eugenia Vidal por casi 15 puntos en 2019 empezó a formatear un nuevo modelo político en la oposición, el avance concreto de los intendentes del PRO en la Legislatura dejó en evidencia este jueves el surgimiento de un nuevo paradigma de poder amarillo en la provincia de Buenos Aires, uno en el que la exgobernadora quedó desplazada por completo. El liderazgo quedó ahora en manos de los dueños de los votos, de Néstor Grindetti (Lanús), Julio Garro (La Plata), Jorge Macri (Vicente López) y Guillermo Montenegro (General Pueyrredón), quienes se afianzan como los interlocutores de la alianza oficialista Frente de Todos (FdT).
En contexto, en el mediano y largo plazo la ascendencia de los jefes comunales podría abrirle el camino a Diego Santilli, figura central del plan urdido por Horacio Rodríguez Larreta en su carrera presidencial que comenzó con el Plan Canje. Primer objetivo, cumplido: llevar al Colorado al Congreso en representación de Buenos Aires. Segundo objetivo, en construcción: transformarlo en el candidato a gobernador con el consenso de los dueños del territorio.
Como dio cuenta Letra P, el intendente de Lanús logró ubicar a Adrián Urreli en la vicepresidencia de la Cámara de Diputados y su par de La Plata, a Fabián Perechodnik en la vicepresidencia tercera; en tanto, se retomó el acuerdo para que alcalde de Vicente López en uso de licencia posicionara a Christian Gribaudo en la presidencia del bloque de senadores y senadoras de Juntos. El mandamás de General Pueyrredón también lo logró: su exjefe de gabinete y flamante senador Alejandro Rabinovich comandará el bloque a partir del segundo año, en presidencia rotativa con el enviado del jorgemacrismo.
Así, los cuatro dirigentes que ratificaron su poderío en sus pagos chicos en 2019 a pesar de la ola peronista que recuperó la Casa Rosada y la Casa de Gobierno en La Plata, los mismos que juntaron los votos para que la alianza opositora ganara la elección de noviembre en el principal distrito electoral del país, clausuraron la etapa de Vidal en territorio bonaerense, tras sus últimos intentos de controlar a la distancia a la tropa legislativa que todavía era mayoría en el Senado y le respondía.
De ahora en más, el gobernador Axel Kicillof y sus funcionarios tendrán sentados al otro lado de la mesa de negociación a los intendentes, quienes controlan una parte de los acuerdos legislativos; mientras el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires mira en detalle a la provincia a través de los ojos de dirigentes y cuatros técnicos.
Hernán Lacunza, el último ministro de Economía de Mauricio Macri, es intérprete estelar de la oposición de las medidas económicas del Gobierno. Por segundo año consecutivo encabeza el análisis de los proyectos de leyes de Presupuesto y de Fiscal Impositiva 2022 que la gestión kicillofista envió a la Legislatura el 29 de noviembre pasado.
Las conclusiones serán presentadas en un informe a intendentes, legisladores y legisladoras de la oposición en los próximos días. En ese paper, el bombero de la crisis cambiaria del macrismo saliente marcará diferencias con el optimismo oficial acerca del rebote del crecimiento y criticará la eliminación del Fondo de Infraestructura Municipal (FIM) y el financiamiento en dólares con organismos internacionales.